Actualmente el 20% de los centros de cultivo de salmón en Chile se encuentran certificados bajo el sello ASC. (Mundo Acuícola). Construir una metodología para el monitoreo ambiental y social...
Actualmente el 20% de los centros de cultivo de salmón en Chile se encuentran certificados bajo el sello ASC. (Mundo Acuícola).
Construir una metodología para el monitoreo ambiental y social de la certificación ASC (Aquaculture Stewardship Council) en el sur del país y, en base a evidencia científica, compartir los hallazgos y las recomendaciones para mejorar sus impactos en el territorio. Estos son los principales objetivos del estudio presentado por WWF Chile en Puerto Montt, denominado “Monitoreo social y ambiental de la certificación ASC en el sur de Chile. Lecciones aprendidas y recomendaciones”.
Entre las orientaciones generadas, destaca la importancia de que el monitoreo sea asumido de forma continua y sistemática por ASC, integrando también al resto de los actores del sector, estableciéndose mecanismos para la toma de decisiones en base a los datos derivados del monitoreo y protocolos para comunicar la evidencia encontrada.
El estudio se basó en la medición de indicadores en centros de cultivo de salmón certificados y no certificados, abarcando un periodo de tres años. Los indicadores ambientales considerados fueron calidad de la columna de agua, calidad en el fondo y biodiversidad bentónica.
En el caso de los efectos sociales de la certificación, se recogieron las experiencias y percepciones de comunidades vecinas a centros de cultivo de salmón, a través de un estudio cualitativo. La información recogida por entrevistas fue complementada con insumos de grupos focales y mapeo colectivo.
Según lo destaca Irina Montenegro, directora de Estrategia y Ciencia de WWF Chile, el principal aporte de este estudio es la generación de evidencia científica sobre variables ambientales y sociales asociadas a algunos de los criterios e indicadores del estándar ASC, con el propósito principal de proponer recomendaciones para robustecer la certificación ASC en Chile y consolidar un sistema de monitoreo más efectivo respecto a los cambios ambientales y sociales resultantes de la adopción de buenas prácticas.
“Este estudio nos permitió construir y comprobar una metodología para el monitoreo de indicadores ambientales y sociales asociados a la certificación ASC y avanzar en el análisis de ciertos hallazgos luego de tres años de medición de dichos indicadores, que pueden aportar a la discusión para el mejoramiento en la implementación del estándar. No obstante, esto es un proceso de largo plazo que debe mantenerse para poder realmente entender los impactos de la certificación, y en esa misma línea esperamos que ASC pueda asumir un rol activo en el monitoreo”, añadió Montenegro.
Entre las recomendaciones se plantea el involucrar a nuevos actores, dando más claridad sobre la certificación ASC y la importancia del monitoreo ambiental y social, sobre todo considerando que muchas de las partes interesadas todavía desconocen sus responsabilidad, roles y derechos para la implementación del estándar.
Por otra parte, otorgar roles más importantes a partes interesadas locales en el monitoreo y registro de cambios derivados de la certificación debería constituirse en una condición del monitoreo.
Asimismo, se destaca que el acceso a información de calidad, actualizada y representativa de lo que está sucediendo en torno a los centros de cultivo y su área de influencia, es clave para una implementación efectiva, transparente y verificable del sistema de monitoreo integrado.
“Las malas prácticas de la salmonicultura son una de las principales amenazas a la naturaleza y a los modos de vida de comunidades locales e indígenas en el sur del país, por tanto, es imprescindible monitorear en forma efectiva la implementación y los efectos que puedan ir teniendo las mejores prácticas impulsadas por ASC. Esto, sin duda, es un aporte a la transparencia y rendición de cuentas apropiada sobre la efectividad de las medidas adoptadas por las empresas certificadas y la discusión abierta con múltiples actores sobre si las prácticas requieren ser fortalecidas o los instrumentos para medirlos o comunicarlos son suficientes”, puntualizó la experta.