Investigadores abordaron los mitos, verdades y perspectivas sobre el uso de antimicrobianos en la salmonicultura chilena.
Disminuir el uso de antimicrobianos es uno de los principales desafíos de la industria del salmón chileno, existiendo bajo ese enfoque diversas recomendaciones desde la academia, gobernanza y empresas privadas.
Cada año el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (SERNAPESCA) publica el Informe Anual de Uso de Antimicrobianos, como resultado de los datos que las mismas empresas productoras declaran en el Sistema de Información para la Fiscalización de la Acuicultura.
Así, si bien la cantidad de antimicrobiano utilizada por tonelada de salmón cosechado (ICA) tuvo su nivel más alto el año 2015 (630 gramos por tonelada cosechada), observándose desde entonces una tendencia anual a la reducción en el uso de antimicrobianos, para el año 2021 se detectó un aumento en el uso de antimicrobianos respecto a 2020.
En este contexto, visiones emergentes han planteado que el uso de antimicrobianos en acuicultura puede implicar riesgos para el medio ambiente, los animales y la salud humana. Sin embargo, muchas veces se hace una asociación poco rigurosa entre el fenómeno de la resistencia antimicrobiana (RAM) y salmonicultura, ello como consecuencia de informaciones parciales respecto a un tema que no es fácil de abordar y en el que todavía queda mucho por investigar.
“Existe una necesidad mundial de establecer una metodología y herramientas estándar para comprender mejor el impacto de los antimicrobianos. Si bien existe una comprensión profunda de lo que impulsa el uso y el uso indebido de antimicrobianos en la acuicultura, todavía existen lagunas de datos clave que deben resolverse”, apuntan desde el Monterey Bay Aquarium-SeafoodWatch.
Hechos, mitos y perspectivas sobre el uso de antimicrobianos en salmonicultura
Así, como una forma de evaluar las múltiples investigaciones en torno al uso de antimicrobianos y la susceptibilidad a los antibióticos de los patógenos en salmónidos, los Dres. Ruben Avendaño-Herrera (Unab y Centro Incar), Marcos Mancilla (Laboratorio ADL), y Claudio Miranda (UCN) recientemente publicaron una extensa revisión sobre el tema titulada “Uso de antimicrobianos en la salmonicultura chilena: hechos, mitos y perspectivas”, revisión que describió el uso histórico y actual de antimicrobianos en la salmonicultura chilena, proporcionando también recomendaciones para el uso de antimicrobianos en la salmonicultura nacional.
Así, para saber más sobre este review, Mundo Acuícola conversó con Ruben Avendaño-Herrera, Investigador Principal de la línea Salud animal en estadios de vida de agua dulce de salmónidos de INCAR y Académico de la Universidad Andrés Bello (UNAB).
-¿Cuál fue la motivación para realizar este review?
En un momento aparecieron una serie de investigaciones internacionales con información errónea sobre los antimicrobianos que utiliza la acuicultura chilena, sosteniendo que se utilizaban más de 15 compuestos o quinolonas. A ello se suman prejuicios como que la carne del salmón chileno posee antibióticos», señala el Dr. Rubén Avendaño-Herrera, Investigador Principal de la línea Salud animal en estadios de vida de agua dulce de salmónidos de INCAR y Académico de la Universidad Andrés Bello (UNAB).
Por otro lado, también emergieron publicaciones locales que alertaban sobre la posible presencia de bacterias multi-resistentes (RAM) en Chile producto del uso de antimicrobianos en la salmonicultura, y otras que describían la posibilidad de que P. salmonis fuera una bacteria oportunista y no un patógeno en sí.
Frente a ello, nos propusimos aclarar algunas de estas conclusiones desactualizadas o poco fundamentadas y poner a disposición un documento científico de calidad, publicándolo en Review in Aquaculture que es la número 1 en el ranking de las revista del área de Fisheries», explica el investigador.
-¿De qué manera lo realizaron y que informaciones fueron desmentidas o refutadas?
Sintetizamos el desarrollo y la evolución histórica en el uso de antimicrobianos en la salmonicultura chilena, con tablas que indican los compuestos que se han dejado de utilizar y los que se utilizan en la actualidad.
Naturalmente, como los salmones que se cultivan en Chile pueden ser producidos durante su ciclo con antimicrobianos, existe un exhaustivo control por las autoridades en su uso, con periodos de carencia (tiempo en que las trazas de los antimicrobianos depositadas en el músculo de los peces son metabolizados y eliminados) y un límite máximo residual en el producto final.
De hecho, en el review destacamos que entre 2013 a 2020 se han realizado un total de 3.343 análisis en las plantas de proceso para detectar florfenicol, con 0 casos positivos.
*Lea la entrevista en la última edición de la revista Mundo Acuícola