Del mar a mi mesa es un programa de la Subsecretaría de Pesca que se propone aumentar el consumo de pescados y mariscos entre los chilenos, que actualmente es de...
Del mar a mi mesa es un programa de la Subsecretaría de Pesca que se propone aumentar el consumo de pescados y mariscos entre los chilenos, que actualmente es de 13 kilos, para llegar a los 20, que es el promedio per cápita mundial, hacia 2027.
A pesar de ser una potencia pesquera y acuícola, en Chile el consumo de productos del mar es menor a los 20 kilos per cápita, que es el promedio mundial, y a los valores que recomiendan organismos internacionales. La baja ingesta relativa de estos alimentos tiene varias razones, como desconocimiento, la preferencia por otras fuentes de proteína y la dependencia territorial para disponer de ellos.
La bióloga marina Sandra Ferrada Fuentes, investigadora del Laboratorio de Genética y Acuicultura del Departamento de Oceanografía (Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas), dice que desde la experiencia de la UdeC se reconoce que uno de los elementos más importantes tiene que ver con la educación, que debiera partir desde edad temprana.
“Así como se motiva a consumir alimentos tan importantes como huevos, lácteos, legumbres, también debería existir, en un país marítimo como Chile, campañas a nivel de gobierno para promover el consumo de alimentos del mar”, señala.
Eso —afirma— es lo que hace Del mar a mi mesa, iniciativa de la Subsecretaría de Pesca que busca aumentar en siete kilos el consumo de pescados en los chilenos para llegar al promedio mundial en 2027.
El programa ya va en su tercera fase y desde junio está a cargo de un equipo de profesionales de la UdeC, liderado por Ferrada, quien comenta que la iniciativa contempla una serie de líneas de trabajo que han sido definidas como prioritarias por Subpesca.
“Entre ellas se encuentran la educación sobre aspectos nutricionales de los recursos del mar, accesibilidad a ellos y consumo responsable, además de la visibilización de la cadena de acciones y actores detrás de la puesta en la mesa del producto del mar, como la pesca artesanal e industrial, plantas procesadoras, comercializadores de productos del mar, sector gastronómico, entre otros”, señala.
La profesional indica que en el cumplimiento del plan de trabajo se está preparando material de difusión y cápsulas educativas, así como una serie de actividades territoriales, que partirán con intervenciones en ferias libres y, luego, en caletas de pescadores artesanales, para finalizar en establecimientos educaciones durante el primer semestre del 2021, si las condiciones sanitarias lo permiten.
Mientras, las acciones se han centrado en las redes sociales —el programa tiene cuentas en Instagram y Facebook y pronto lanzará su web— “han sido muy importantes, considerando sobre todo los tiempos de confinamiento intermitente que vivimos”.
En estas plataformas se han realizado varios encuentros on line, como uno dedicado al consumo de productos del mar en tiempos de Covid-19. Allí, cuenta Sandra, participaron “nuestros socios estratégicos que son parte de la #ComunidadDelMar, que ya cuenta con más de 60 instituciones públicas y privadas, que trabajamos por el aumento del consumo de productos del mar, con todos los beneficios nutricionales, económicos y sociales que eso significa”.
La semana pasada, en tanto, se efectuó el conversatorio “Comunidad del Mar, Mujeres del Mar» que incluyó la participación de panelistas del sector artesanal, la academia y de la FAO, quienes entregaron una mirada desde las estadísticas sobre la participación de las mujeres en la pesca artesanal e industrial.
La presencia de la mujer en el mar, en los distintos eslabones de la cadena productiva, asegura, es fundamental. “Sin el trabajo de las mujeres, los productos del mar no serían como son. Son ellas las que limpian, charquean, terminan el proceso y quienes dan innovación y valor agregado a los productos extraídos por los hombres principalmente», afirma.
Sandra Ferrada anota que durante la pandemia se han visto algunos cambios en los hábitos de consumo de la población chilena que van en la línea de esta programa.
“El consumo de productos como la conserva de jurel, ha tenido un aumento del 13% en relación con el año anterior. Esperemos pase lo mismo para alimentos del mar frescos y/o congelados”.
Alimentación saludable
Del mar a mi mesa también es una respuesta a los altos índices de obesidad y malnutrición que registra el país y a los objetivos del gobierno de promover una alimentación saludable entre chilenas y chilenos, argumenta Julio Jorquera, coordinador del programa en la Subsecretaría de Pesca.
“Sabemos que los productos del mar son grandes aliados para esta cruzada, dado los beneficios nutricionales que contienen. Se reconoce que son un gran componente dentro del sistema alimentario sostenible y contribuyen significativamente a la seguridad alimentaria, garantizando productos que benefician la salud de las personas”, indica el profesional.
Con esta iniciativa, según Jorquera, se ha empezado a instalar una cultura de alimentación saludable, garantizando la sostenibilidad de los recursos pesqueros y acuícolas, con énfasis en la innovación, desarrollo local y accesibilidad, reconociendo que el aumento del consumo de productos del mar es tarea de todos.
El funcionario destaca que, desde sus inicios, Del mar a mi mesa “ha logrado unir y trabajar en conjunto con más de 60 organizaciones del sector público y privado que han asumido el reto de fomentar el consumo de productos del mar”. También se “trabaja codo a codo con importantes instituciones públicas como Elige Vivir Sano, Junaeb, entre otras”.
De acuerdo a Jorquera, la ejecución de la nueva etapa del programa se adjudicó a la UdeC, vía licitación pública, considerando su propuesta metodológica; el perfil y nivel de especialización del equipo de trabajo y la experiencia, capacidad y trayectoria de la casa de estudios en investigación sobre los recursos y ambientes pesqueros.
“Para este proyecto en particular, primó de igual manera la experiencia de la universidad y equipo de trabajo en temas relacionados a la gastronomía del mar, el conocimiento del sector pesquero y de su patrimonio social y cultural”.