Los proyectos que se realizan con recursos del Fondecyt, también cuentan con el apoyo de Oceana, organización que facilitó un robot submarino para explorar el fondo del mar (Mundo Acuícola)....
Los proyectos que se realizan con recursos del Fondecyt, también cuentan con el apoyo de Oceana, organización que facilitó un robot submarino para explorar el fondo del mar (Mundo Acuícola).
Práxedes Muñoz y Javier Sellanes, académicos del Departamento de Biología Marina, Facultad de Ciencias del Mar Universidad Católica del Norte, lideran un equipo de investigadores nacionales y extranjeros que se encuentran en Rapa Nui, adelantando un estudio sobre las algas filamentosas o cianobacterias, una especie poco conocida y con un importante rol ecológico.
El trabajo en terreno se inició el pasado 25 de noviembre y se extenderá hasta el 19 de diciembre, en el marco de dos proyectos Fondecyt, dirigidos por los Dres. Muñoz y Sellanes, respectivamente.
Además de profesionales de Chile, colaboran expertos de Dinamarca, Holanda, España y Estados Unidos. También participa el Núcleo Milenio de Ecología y Manejo Sustentable de Islas Oceánicas (ESMOI) y la organización sin fines de lucro Oceana, que facilitó equipos como un Vehículo de Operación Remota (ROV) para explorar con más detalle el fondo marino.
Sin registros previos
Los tapices de cianobacterias filamentosas son un grupo pobremente estudiado en la isla, afirma Javier Sellanes, explicando que el fenómeno fue descubierto en el 2014 a 85 m de profundidad, durante una de las primeras visitas a la isla del Núcleo ESMOI, lo que motivó a buscar financiamiento para las investigaciones.
“Prácticamente no hay publicaciones científicas reportando su presencia, a pesar de que se presume sean un componente importante de la diversidad marina local y que tienen además un rol ecológico importante (…)”, indicó.
Consultado sobre si esta especie es invasora, el académico aclara que por el momento no se sabe cuántas hay, ni su identidad. Además, como no hay registros previos, “tampoco es factible indicar si son invasoras”.
Su efecto en la biodiversidad
Uno de los puntos importantes de esta investigación radica en que, según experiencias observadas en otras islas tropicales del mundo donde se han registrado proliferaciones de estos tapices, se da la mortandad de corales, “ya que las cianobacterias crecen sobre ellos y los terminan matando”, señaló Sellanes.
“Si muere el coral se altera todo el ecosistema asociado a ellos. También pueden generar compuestos tóxicos, perjudiciales para las especies que las ingieren e incluso estas toxinas se pueden ir acumulando en las tramas tróficas y afectar al ser humano”, advirtió.
Tareas específicas
Del equipo integrado por 20 especialistas, -entre colaboradores internacionales, técnicos, coinvestigadores y tesistas de doctorado asociados a ambos proyectos-, 7 pertenecen a la UCN y cumplen labores como la recolección de muestras biológicas, de sedimento, la realización de filmaciones submarinas y mediciones del ambiente donde están los tapices de cianobacterias.
“El potencial de encontrar especies nuevas para la ciencia es enorme, pero no basta solo tener imágenes o filmaciones, también hay que tener muestras físicas. Por último y no menos importante, hemos tenido el gusto de poder interactuar con profesores y estudiantes el Liceo Aldea Educativa de Rapa Nui, donde les hemos contado sobre nuestras investigaciones y mostrado el uso y las aplicaciones de los equipos que estamos utilizando”, precisó Sellanes.
Las investigaciones en detalle
En este estudio convergen dos proyectos Fondecyt; el 1180694 a cargo de Práxedes Muñoz, y el 1181153 , dirigido por Javier Sellanes, quien también es coinvestigador del primero.
Participan especialistas de la UCN, Universidad de Southern Denmark (USD), Universidad de Amsterdam (UA), Universidad de Hawai´i (UH), Museo Bishop (Hawai’ i) y Universidad de Texas (UTRGV), quienes realizarán diversos muestreos principalmente frente a Hanga Piko y Hanga Roa pero también en otras partes de la isla.
Por el momento, no se sabe cuánto puede extenderse la investigación, sin embargo, para mediados del 2020 esperan tener los resultados preliminares.