La compañía, ubicada en una zona cordillerana de difícil acceso, se formó en el año 1992 y desde hace cuatro años está exportando a Estados Unidos. En la localidad de...
La compañía, ubicada en una zona cordillerana de difícil acceso, se formó en el año 1992 y desde hace cuatro años está exportando a Estados Unidos.
En la localidad de San Gerardo de Dota, en la cordillera de Talamanca, zona sur de Costa Rica, se ubica la empresa Truchas Reales, el mayor productor de salmónidos de agua dulce del país centroamericano. Hasta ese lugar llegó Mundo Acuícola, en su gira por América Central, con el objetivo de observar el desempeño de la actividad acuícola en la zona cordillerana costarricense.
Se trata de un área que se caracteriza por su clima frío y lluvioso, ríos de aguas prístinas y bosques majestuosos, presentando condiciones ideales para el crecimiento de truchas. De hecho, el río Salvagre, que desemboca en el Océano Pacífico, es conocido entre los amantes de la pesca recreativa por los peces presentes en sus aguas. Además, por ser una zona cordillerana, San Gerardo de Dota goza de fama internacional por la calidad del café de altura que aquí se produce.
Precisamente en ese entorno se ubica Truchas Reales, la principal firma productora y exportadora de trucha en Costa Rica. Su gerente general, José Miguel Víquez, comenta a Mundo Acuícola que la compañía se formó en el año 1992 y que desde hace cuatro años están exportando a Estados Unidos, específicamente a Miami, Florida. Según explica Víquez, la empresa produce 32 toneladas por mes, aproximadamente, de las cuales la mitad se comercializa en el mercado interno (tamaño entre 800 gramos y un kilo) y la otra parte se envía al país norteamericano (tamaño pansize de 500 gramos).
Cada mes, en el centro de cultivo que visitó Mundo Acuícola, se siembran 120 mil ejemplares de trucha. La infraestructura, ubicada en medio de la cordillera costarricense, posee 30 estanques cuadrados de 11 X 11 metros, con dos metros de profundidad. El sistema de alimentación es semiautomático, mientras que el flujo de agua es abierto. Como explica Manuel Sibaja, jefe de planta de Truchas Reales, el proceso de crecimiento de los peces, para llegar de ova a tamaño comercial, demora entre 7 a 8 meses, dependiendo principalmente de las condiciones climáticas.
Una de las ventajas que tiene la zona donde Truchas Reales posee el centro visitado por Mundo Acuícola es la pureza de sus aguas. Eso redunda en que los peces no se vean afectados por enfermedades importantes, por lo que tampoco son medicados en sus diferentes etapas de cultivo. “Las mortalidades más grandes se han producido cuando llueve demasiado y los ríos se vuelven más turbios. Pero ahora hemos instalado unas bombas, para que, en caso que el agua venga muy sucia, cerramos compuertas y mantenemos el agua de la finca con aireadores y un sistema de recirculación”, añade José Miguel Víquez.
Cabe señalar que la empresa costarricense posee dos centros de cultivo de trucha, el de San Gerardo de Dota, que visitó Mundo Acuícola, y que tiene por objeto producir para el mercado nacional -240 M2 de espejo de agua-; y el de Piedra de Rivas, cuyo producto se destina para exportación y que posee unos 300 M2 de espejo de agua. En tanto, la planta de proceso de Truchas Reales, ubicada en la misma localidad cordillerana de San Gerardo de Dota, tiene una capacidad para faenar 1.500 kilos diarios de materia prima y en ella trabajan 30 operarios.
Exportando a mercados exigentes
Desde hace varios años que Truchas Reales exporta parte de su producción a Estados Unidos. Para ello, la empresa debe cumplir una serie de certificaciones de buenas prácticas en acuicultura. Tal como explica Wendy Bonilla, gerente administrativa de Truchas Reales, la empresa es proveedora de Walmart, por lo que mantiene una demanda constante de producto. En cuanto a sus instalaciones, la firma posee un centro de alevinaje de trucha, dos centros de engorda de esta especie, además de un cuarto centro que acaba de comenzar el cultivo de tilapia, en Tilarán, Guanacaste, al norte de Costa Rica.
Pedro Barra L.
Edición N°118, Revista Mundo Acuícola.