Durante los meses de enero y febrero de este año se registraron más de 20 varazones en la zona centro sur de Chile, principalmente en las costas de la región del Biobío. Sardina común, anchoveta, pampanito, larvas de crustáceos, entre otras especies fueron encontradas de forma masivas en las costas chilenas. ¿Es normal esto?, ¿existen factores externos? De acuerdo con las investigaciones, que aún siguen su curso, este sería un fenómeno natural causado por la surgencia costera.
Por Carolina Medel, Geofísica, Ecosistemas Acuáticos CIEP
Durante los meses de enero y febrero de este año se registraron más de 20 varazones en la zona centro sur de Chile, principalmente en las costas de la región del Biobío. Sardina común, anchoveta, pampanito, larvas de crustáceos, entre otras especies fueron encontradas de forma masivas en las costas chilenas. ¿Es normal esto?, ¿existen factores externos? De acuerdo con las investigaciones, que aún siguen su curso, este sería un fenómeno natural causado por la surgencia costera.
La surgencia costera es un fenómeno natural que ocurre en diferentes partes del mundo y que se genera por una combinación entre el viento, la respuesta del océano y la rotación de la Tierra. Durante los meses de primavera y verano, el viento predominante frente a las costas de Chile es viento que viaja del sur al norte (paralelo a la costa). Pero este viento hacia el norte no mueve las aguas en la misma dirección en la que sopla. Por efecto de la rotación de la tierra, las aguas oceánicas superficiales se desplazan mar adentro, alejándolas de la costa. En compensación a esta pérdida de agua en la costa, masas profundas ascienden a superficie.
Estas aguas profundas son más frías y ricas en nutrientes y eso permite que se genere una rica diversidad marina en las costas de Chile, pero además son pobres en oxígeno. Cuando los vientos hacia el norte se intensifican o se hacen persistentes por un período largo de tiempo, el ascenso aumenta, llevando más aguas con poco oxígeno a superficie. Mientras más especies hay, mayor es la demanda del poco oxígeno disponible en la superficie y si no tienen lo suficiente para vivir comienzan a migrar buscando lugares más oxigenados o comienzan a morir, pudiendo generar varazones masivas a lo largo de la costa.
Durante los últimos meses se mantuvo viento paralelo a la costa persistente que intensificó el fenómeno de surgencia que sucede todos los años. Lo que, además, puede ser reforzado por fenómenos remotos como el de La Niña que se origina en el Ecuador y que actualmente nos acompaña, este fenómeno ayuda a potenciar la surgencia al intensificar los vientos y favorecer el ascenso de aguas subsuperficiales.
¿Qué pasa con el factor humano?
No hay dudas de que los desechos industriales alteran la composición biogeoquímica de las aguas, pero el impacto relativo con respecto a las variables naturales aún no ha sido abordado del todo. La decisión de instalar y mantener industrias que liberan sus desechos al mar en lugares con baja circulación y lenta renovación de aguas, y donde sus zonas aledañas han sido definidas como zonas de surgencia intensa y retención, deben ser constantemente evaluadas para disminuir los efectos de factores incidentes (naturales + antrópicos).
Gracias a herramientas satelitales, también ha sido identificado el fenómeno de surgencia costera en la región de Aysén. Así, conocer y monitorear panoramas en otras regiones nos ayuda a anticiparnos a eventuales escenarios que pudiesen ocurrir en la región. Las proyecciones indican que la surgencia costera se seguirá intensificando y siendo más persiste en los próximos años en la zona centro sur del país, por lo tanto, los eventos de varazones seguirán sucediendo, aumentando en frecuencia y cobertura geográfica. No hay forma de evitarlos, debemos adaptarnos y proponer medidas de alerta temprana para que los costos ambientales y económicos que este fenómeno genera no sean tan grandes. La coordinación entre organismos del Estado, coordinación pública/privada junto a la academia debe ser constante.