Eduardo Riquelme subraya que “el sector artesanal podrá incursionar en actividades económicas distintas de la extracción de recursos”, con el respaldo de una ley, cuyo reglamento revisa ahora la Contraloría...
Eduardo Riquelme subraya que “el sector artesanal podrá incursionar en actividades económicas distintas de la extracción de recursos”, con el respaldo de una ley, cuyo reglamento revisa ahora la Contraloría (Subpesca.cl).
Las caletas constituyen una palanca clave para proyectar la pesca artesanal hacia el futuro, según plantea el subsecretario de Pesca y Acuicultura, Eduardo Riquelme, en una columna publicada por diversos diarios del país.
La autoridad aborda el tema, tras al envío a la Contraloría General de la República del reglamento de la ley caletas, por parte del Presidente Sebastián Piñera, para el trámite de toma razón.
Conforme a instrucciones del Mandatario y orientaciones del ministro de Economía, José Ramón Valente, Riquelme anticipa que, con el respaldo de esa norma, los pescadores de todo el país podrán incursionar en actividades distintas de la mera extracción de recursos, lo que transformará a esos asentamientos costeros en verdaderos polos de desarrollo económico.
El texto de la columna es el siguiente:
«Hay una buena noticia para los pescadores artesanales de todo el país: el Presidente Sebastián Piñera acaba de ingresar a la Contraloría, para toma de razón, el reglamento de la ley caletas.
«Cuando el trámite se cumpla, esa ley podrá aplicarse a cabalidad, en directo beneficio de los cerca de 90 mil pescadores artesanales que trabajan a lo largo de nuestras costas, desde Arica-Parinacota a Magallanes.
«La norma -cuya plena entrada en vigencia constituye un comprensible anhelo en ese rubro- tiene un objetivo ambicioso, pero realizable: convertir a las aproximadamente 450 caletas que hay en el país, en verdaderos polos de desarrollo económico.
«El origen de muchos de esos asentamientos costeros se pierde en el tiempo. Y su desarrollo, como es lógico, ha estado relacionado históricamente con una sola tarea: la extracción de recursos marinos, sean peces, moluscos, algas u otros.
«Esa esforzada y, a veces, arriesgada labor, ya la practicaban algunos de nuestros pueblos originarios. Como los changos en el norte, o los chonos en el sur, mucho tiempo antes del nacimiento de la República.
«A lo largo de los años, las caletas han realizado un aporte evidente, al suministrar alimentos frescos, ricos y saludables a la población. Junto con lo anterior, han contribuido al desarrollo económico nacional. Pero, además, se han convertido en una hebra clave del tejido cultural chileno.
«Con una disponibilidad menor de recursos marinos, que los propios pescadores constatan a diario cuando salen en sus embarcaciones, sin embargo, resulta insoslayable buscar fórmulas para proyectar al sector artesanal hacia el futuro, a partir de las caletas.
«En ese esfuerzo será fundamental esta ley, cuyo reglamento se encuentra ahora en la Contraloría. Porque entregará herramientas concretas a los pescadores para que avancen hacia la diversificación productiva. Premisa que Subpesca promueve para el sector, por orden del Presidente y conforme a las orientaciones del ministro de Economía, José Ramón Valente.
«En línea con ese principio, el sector artesanal podrá incursionar en actividades económicas distintas de la extracción de recursos marinos. Desde las propias caletas y sin dejar de lado la valiosa, a la vez que colorida, forma de vida que se da en esos asentamientos.
«Las iniciativas que tendrán la opción de llevar adelante, se relacionan con ámbitos diversos, cuyos límites estarán dados únicamente por la creatividad y el empuje de los pescadores. Gastronomía, a partir de los recursos que ellos mismos extraen; venta de artesanías, administración de estacionamientos, turismo en embarcaciones y pesca recreativa, se cuentan entre ellas.
«Lo anterior se verá facilitado por el hecho de que las organizaciones artesanales podrán pedir la destinación (concesión marítima) de sus caletas, de manera gratuita y por un plazo de 30 años.
«Los pescadores de todo el país quedan ahora con una tarea por delante: interiorizarse sobre los alcances de la ley de caletas y echar mano a todo su ingenio y ganas de progresar, para sacarle el máximo provecho, tanto en su favor como en el de la actividad a la que se han entregado con ahínco y cariño, en algunos casos por generaciones. ¡Ese es el desafío!».