El estándar Aquaculture Stewardship Council (ASC) es una de las certificaciones de sustentabilidad con las que cuenta St. Andrews; además de BAP, ORGÁNICO y FOS (Friends of the Sea).
Las dos plantas que St Andrews posee en la provincia de Chiloé, X Región de Los Lagos, fueron nuevamente auditadas para renovar su certificación ASC, una de las más importantes entre las certificaciones de sustentabilidad para la acuicultura y que otorga el Aquaculture Stewardship Council (ASC), institución certificadora líder en el mundo para productos del mar cultivados, que garantiza que los Choritos de St. Andrews se han producido de forma responsable con las comunidades y el medio ambiente, desde el cultivo hasta su proceso y elaboración de productos finales. En este caso, las certificaciones de las plantas estarán vigente hasta finales del 2025.
Pedro Ovalle, Gerente Comercial de St. Andrews, afirma que “estamos muy contentos por haber renovado este sello internacional. Nuestro foco está puesto en la seguridad y calidad para nuestros clientes, además de ser conscientes con el medio ambiente y la comunidad, por ello trabajamos nuevamente por esta certificación a pesar de no ser obligatoria”.
Además de la ASC, los Mejillones producidos por St. Andrews cuentan con otros reconocimientos, como el Best Aquaculture Practices (BAP), el Friends Of the Sea (FOS) y la certificación de producto Orgánico de la Organización Internacional Agropecuaria (OIA).
Otras acciones sustentables
St. Andrews tiene tanto sus centros de cultivo como sus plantas en la región de Los Lagos, mayoritariamente en la provincia de Chiloé, y por ello, desde sus inicios ha impulsado la reducción de la contaminación que se pueda generar en la zona. En ese sentido, Ovalle señala que “siempre queremos ir un paso más allá, nos preocupa el entorno principalmente de la zona donde estamos operando, por ello generamos diferentes iniciativas, aunque no haya impacto en nuestra gestión. Por ejemplo, proyecto de valorización de residuos y operativos de limpieza de playas para que estén libres de residuos”.
En la misma línea, la mitilicultora está buscando nuevas alternativas para el tratamiento y disposición de residuos en general, como los caldos de cocción, la fauna acompañante que crece junto a los Mejillones cultivados, los residuos cárnicos del proceso y las conchas de los Mejillones. “Tenemos un gran desafío: hacernos cargo de esos residuos inorgánicos y orgánicos. Actualmente los trasladamos fuera del Archipiélago de Chiloé, lo que implica un gran impacto en la huella de carbono por concepto de traslado. Estamos trabajando en alternativas”, indicó el ejecutivo de St. Andrews.
Además, ya desarrollan proyectos para mejorar su huella hídrica, reduciendo el uso de agua dulce en los distintos procesos. En cuanto a huella de carbono de la producción y elaboración de Choritos, la de St. Andrews es hasta 20 veces más baja que otras proteínas de consumo humano, como carne de aves, peces, cerdos, vacunos, llegando a sólo 1,42 kg de CO2e por cada kilo de producto final en base a Mejillón producido. Pedro Ovalle, señala que, “nuestro producto es un alimento natural y orgánico, no lo alimentamos, come las microalgas que están en el mar, por lo que tenemos que ser consecuentes y seguir esa línea, ya sea en los centros de cultivo, plantas de proceso y a nivel comercial, cuidando el medio ambiente, respetando a las comunidades y manteniendo nuestras certificaciones que lo avalan”.