En las inspecciones, efectuadas en coordinación con la Autoridad Marítima, se pudieron constatar malas prácticas en el retiro y manejo de mortalidades, así como la falta de notificación a Sernapesca...
En las inspecciones, efectuadas en coordinación con la Autoridad Marítima, se pudieron constatar malas prácticas en el retiro y manejo de mortalidades, así como la falta de notificación a Sernapesca ante la superación de capacidades de almacenamiento de mortalidad ensilada en algunos de los centros (Mundo Acuícola-Sernapesca).
En el marco de una campaña de fiscalización implementada en la región de Los Lagos, el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura constató mal manejo de mortalidades en centros de cultivo de la empresa Salmones Antártica en el área de Chiloé centro. Ante esta situación, el día 23 de enero se solicitó a la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) la determinación de medidas provisionales.
Durante la realización de estas inspecciones, efectuadas en coordinación con la Autoridad Marítima, se pudieron constatar malas prácticas en el retiro y manejo de mortalidades, así como la falta de notificación a Sernapesca ante la superación de capacidades de almacenamiento de mortalidad ensilada en algunos de los centros.
La Subdirectora de Acuicultura, Marcela Lara, confirmó que, ante los incumplimientos verificados y con fecha 29 de enero, se procedió a cursar las denuncias correspondientes ante el Juzgado de Letras de Castro. La acción se dirigió a dos de los centros de cultivo fiscalizados, por incumplimiento a la Ley General de Pesca y Acuicultura. La autoridad fiscalizadora señaló: «Como Servicio somos enfáticos en relación al cumplimiento de las medidas de bioseguridad que contempla la normativa y hacemos el llamado a las empresas salmonicultoras a dejar estas malas prácticas, ya que ponen en riesgo a la actividad desde el punto de vista sanitario y ambiental».
La regulación vigente contempla que todos los centros de cultivo deben realizar un retiro de mortalidad diario desde las jaulas. Esa mortalidad debe luego ser clasificada, desnaturalizada y retirada del centro de cultivo. Estas medidas de bioseguridad fueron implementadas después de la crisis causada por el virus ISA, y fueron relevantes para lograr el control de la enfermedad. Por lo mismo, la mantención estas buenas prácticas resulta claves para la sustentabilidad de la acuicultura.