Si bien en la zona donde Salmones Magallanes cultiva sus peces no se ha detectado la presencia de cáligus, la normativa exige que todos los centros de cultivos realicen monitoreos...
Si bien en la zona donde Salmones Magallanes cultiva sus peces no se ha detectado la presencia de cáligus, la normativa exige que todos los centros de cultivos realicen monitoreos semanales para detectar presencia o ausencia de este parásito. (Asociación Salmonicultores Magallanes).
Es a propósito de esta normativa de Sernapesca, que exige a lo menos a una persona capacitada para realizar este monitoreo semanalmente en cada centro de cultivos, que Salmones Magallanes realizó un nuevo curso normativo que incluyó a 8 colaboradores.
“Nosotros aspiramos a tener el 100 por ciento de colaboradores capacitados en esto. Los muestreos se realizan para ver si hay presencia o ausencia de estos parásitos en los peces de cultivo. En la región hay cáligus, sin embargo, en esta zona de la región no se ha detectado”, comentó Iván Ñancufil, jefe de Salud de Salmones Magallanes.
El curso teórico-práctico contempló alrededor de 10 horas y estuvo a cargo de la relatora Gladys Asencio, acreditada ante el Sernapesca para este tipo de cursos y quien es, además, investigadora del Centro I-mar de la Universidad de Los Lagos.
“El monitoreo contempla tomar a 10 peces de cuatro jaulas y que se examinen visualmente para ver si se detecta el parásito externamente. Una vez realizado este muestreo se realiza el recuento y se informa a Sernapesca. En el caso de existir presencia de cáligus se debe señalar qué cantidad fue encontrada. El reporte se envía semanalmente a la institución”, comentó Iván Ñancufil.
Quienes aprueben el curso quedan habilitados como muestreadores calificados, de acuerdo con los requerimientos del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca).
El cáligus es un copépodo ectoparásito que afecta a la industria, disminuyendo el estado de salud de los peces y produciendo pérdidas económicas directas e indirectas. Por tal razón es que el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) desarrolló un sistema de vigilancia, que implica la capacitación de trabajadores de los centros de cultivos, a fin de que en cada uno de ellos realice un monitoreo constante.
Se estima que en el año 2017, en Chile, el cáligus significó un costo cercano a los US$ 350 millones para la industria.