Con un timing que juzgan correcto, con mercados de capitales entusiastas, la expectativa en Camanchaca es que esta apertura -la primera de una firma chilena que abarca el parqué de...
Con un timing que juzgan correcto, con mercados de capitales entusiastas, la expectativa en Camanchaca es que esta apertura -la primera de una firma chilena que abarca el parqué de Oslo- «valorice más a la compañía». (El Mercurio).
García, quien también preside la filial de salmones, cree que en Chile esta industria es aún joven, una «adolescente» que está madurando, «convenciendo a sus pares en la sociedad de que se porta bien» y que vale la pena creer en ella.
«Oslo es el principal mercado para las empresas de salmones del mundo no solamente en número de empresas, sino de analistas y de inversionistas», resume Ricardo García, el gerente general de Compañía Pesquera Camanchaca, al detallar los alcances de la operación que este viernes se conoció públicamente: su filial Salmones Camanchaca saldrá a la Bolsa en Santiago, pero también transará en la Bolsa de Oslo, en Noruega, a través de la emisión de certificados equivalentes a ADRs (American Depositary Receipts) son certificados negociables que representan la propiedad de una o más acciones de una compañía extranjera.
Con la operación, Salmones Camanchaca se transformará en la primera compañía salmonera chilena en tener presencia en la plaza noruega, donde transan las principales compañías del rubro del mundo. Marine Harvest, por ejemplo, exhibe allí una capitalización del orden de US$ 8.300 millones, según datos de Bloomberg. Además, Salmocam -el nemotécnico que usará la filial salmonera de Camanchaca en bolsa- se constituiría como la primera apertura de 2018 en Chile.
Aunque esta semana en el mercado se escucharon rumores de que esta operación respondía al interés concreto de un actor noruego para comprar la filial de Camanchaca, en la firma responden con un categórico «no».
El timing para la apertura lo vislumbran correcto en la compañía. «Los mercados de capitales en el mundo están entusiastas, hay atractivo por el sector, se ha ido digiriendo el cambio regulatorio que se produjo en Chile en 2016, hay más confianza. Estamos en un buen momento», estima García, quien además preside el directorio de la filial, que integran también Jorge Fernández Valdés, Francisco Cifuentes Correa, Felipe Sandoval y Tore Valderhaug. La gerencia general está en manos de Jorge Andrés Fernández García, hijo de Jorge Fernández, quien lleva 30 años de experiencia en la compañía, como encargado de esta división de salmones de Pesquera Camanchaca.
Ricardo García explica que la decisión de allegar recursos con esta salida en bolsa de la filial -y no directamente a través de Pesquera Camanchaca- responde a varios factores. «Los activos salmoneros tienen un precio bien definido, que han alcanzado un cierto grado de madurez, en particular en el mercado de la Bolsa de Oslo. Por tanto, estimamos que nuestra principal filial, que es la que está hoy con el mayor plan de crecimiento, la más relevante dentro de Compañía Pesquera Camanchaca, que obtenga los recursos directamente, nos parece apropiado», explica.
Detalla que a las empresas que tienen distintos tipos de negocios, los mercados tienden a ponerle algún descuento, al no tener una compañía que esté enteramente dedicada a un negocio en particular. No así a los activos más «puros»; en este caso, la compañía de salmones. Hacer un aumento de capital en la matriz implicaría un descuento y hacerlo en la compañía de salmones no. «Y esa es una condición de valor que nos parece más atractiva», manifiesta.
En efecto, Compañía Pesquera Camanchaca integra varios negocios. Además del salmonero, que es el objeto de la actual colocación, también desarrolla pesca extractiva -producción de harina y aceite de pescado, productos para consumo humano, como conservas y congelados- y cultivos, como mejillones y abalones. Pero, sin duda, salmones es su negocio estrella, pues en ingresos aportan más del 60% de los negocios y en Ebitda, sobre el 80%, según se desprende de su balance a septiembre.
Una tercera razón que explica García es la estructura de propiedad de Pesquera Camanchaca. Allí, la familia Fernández tiene en torno al 53%, por lo que al allegar recursos nuevos, de otros inversionistas a la matriz, podría implicar reducir ese control. «Eso podría ser mal visto en el mercado (…) Los mercados les entregan un premio a aquellas empresas que tienen un controlador comprometido definido», explica.
-¿Qué efectos concretos y prácticos ven en estar en Oslo? ¿Los inversionistas los entienden mejor? ¿En Chile la industria tiene una mala imagen y no paga bien?
«Veamos el vaso medio lleno. La posibilidad es atractiva, por la profundidad que tiene el mercado noruego, la liquidez, el conocimiento y la experiencia de inversionistas y analistas, y la dispersión y cantidad de inversionistas que hay, de muchos billones de dólares de capitalización de mercado. Ofrece una liquidez que, en opinión nuestra, se va a traducir en una mejor valorización».
-¿En Chile se entiende poco a esta industria? ¿Quedó marcada por distintos eventos?
«Es una industria joven, una adolescente en el proceso de desarrollo económico del país. Emerge a fines de los 80, comienzos de los 90; no tiene 30 años. En el contexto de un país de 200 años y fracción de independencia, es como un joven de 15 años. Como todo adolescente, está madurando, afinando su regulación, convenciendo a sus pares en la sociedad de que se porta bien y que vale la pena creer en él. En eso estamos. Naturalmente que no se entiende bien, le falta que la comprendan. Este no es un trabajo de la sociedad, sino nuestro, de darnos a conocer, de mostrarnos, explicar qué hacemos y el aporte que hacemos al país».
«En Noruega no solamente la salmonicultura tiene más años, sino que los países nórdicos tienen salmón silvestre, de manera que el producto es algo propio. En el caso de nosotros, es una especie importada. Para los noruegos, el salmón es como el mote con huesillos».
-En Chile es foco permanente de ataques, por el ISA, antibióticos, bloom de algas. Genera muchos anticuerpos…
«No tengo esa impresión de que genera tantos anticuerpos en Chile. Lo que pasa es que lo que emerge a la luz son aquellos que yo considero pocos que tienen estas aprensiones. Y como siempre ocurre, la mayoría silenciosa no se pronuncia. Los que hacen ruido son una minoría. Eso no quiere decir que nosotros no tengamos cosas que arreglar. Ahora, definitivamente, los noruegos son muy orgullosos de su industria de salmonicultura. Es un orgullo nacional, de la cual se prestigian. Es un ejemplo a seguir por nosotros para llegar a ese lugar».
-¿Usted cree que allá van a ser mucho mejor comprendidos, y eso lo va a pagar ese mercado?
«Este salto que esperamos dar en las próximas semanas es algo que nos va a valorizar y va a mostrar también en Chile que esta es una industria preciada en el mundo».
-O sea, si hicieran este proceso solo en Chile, ¿la recaudación sería menor?
«Esperamos que esa apertura y esa invitación a inversionistas europeos a participar en Salmones Camanchaca valoricen más a la compañía».
-¿En qué pie va a quedar Pesquera Camanchaca? ¿Tiene sentido mantenerla listada en Bolsa?
«Tiene todo el sentido del mundo. Se le ha enriquecido su negocio principal, no se le ha sacado. Va a tener completo control (entre 60% y 70%) de algo que va a tener más valor».
-Pero de todas formas podría tener un descuento. Hoy vale unos US$ 370 millones, a valor bursátil.
«Mi opinión personal es que hoy tiene ese descuento. Compañía Pesquera Camanchaca se colocó en 2010 en US$ 650 millones como valor bursátil».
-¿Han visto opciones de crecimiento inorgánico? ¿El negocio de salmones de Friosur, por ejemplo?
«No lo hemos visto, pero naturalmente que es algo que podríamos ver en el futuro. Los noruegos son muy orgullosos de su industria de salmonicultura. Es un orgullo nacional de la cual se prestigian. Es un ejemplo a seguir por nosotros para llegar ese lugar».
Hundimiento de barco con peces de Camanchaca: ya se ha sacado el 50% de los peces y el 100% de los hidrocarburos, sin ningún impacto medioambiental.
En octubre, Camanchaca se vio afectada por una denuncia de Sernapesca a raíz del hundimiento de una embarcación de la empresa CPT, que transportaba peces de la salmonera. En su oportunidad, Sernapesca activó tal denuncia argumentando que Camanchaca había tardado más de lo que establece la norma para sacar los peces muertos. Pero Camanchaca planteó que el evento había ocurrido fuera de sus instalaciones y concesión y, por tanto, tenía que atenerse a las normas de la Armada.
Hasta ahora, destaca Ricardo García, se ha conseguido sacar el 50% de los peces y el 100% de los hidrocarburos y aceites, sin ningún impacto medioambiental, destaca. «Lo importante es que esto está totalmente contenido», manifiesta. Respecto de la denuncia de Sernapesca, Camanchaca está con una reclamación en tribunales para demostrar su inocencia.
-En 2016 hubo una nueva regulación a la salmonicultura por parte de la autoridad, pero hubo críticas a ella. Víctor Hugo Puchi (AquaChile) planteó en ese momento que iba a ser costosa y que las transformaciones suponían contar con una ley. ¿Coincide?
«Salmones Camanchaca no tiene ese diagnóstico. Y el gremio, SalmonChile, con su nuevo presidente Arturo Clement, tiene una agenda de trabajo que busca trabajar con la autoridad para mejorar y perfeccionar la regulación actual y buscar espacios de mejoras. Creemos que hubo un cambio regulatorio importante y que hay que dejar que ese cambio muestre sus efectos y sus bondades, y juzgarlo con resultados y con hechos. Y eso todavía no ha ocurrido. El cambio del reglamento de densidades y el programa de reducción de siembras está en plena implementación, y por lo menos las cifras que yo conozco hablan de que logró lo que se esperaba, que era controlar la siembra para que solo haya crecimiento con mejoras en la situación bio sanitaria».