La localidad costera de Cobquecura tiene uno de los escenarios naturales más valiosos para la conservación de la biodiversidad ecológica de la zona central del país, pues constituye el hábitat...
La localidad costera de Cobquecura tiene uno de los escenarios naturales más valiosos para la conservación de la biodiversidad ecológica de la zona central del país, pues constituye el hábitat de diversas especies de algas y animales marinos, destacando el lobo marino común.
El sector comprendido por los islotes, la lobería y la famosa iglesia de piedra, fue declarado Santuario de la Naturaleza en 1992, abarcando una franja de mar de 5 kilómetros en la playa principal de la comuna, a 1 kilómetro del pueblo, con el fin de proteger este importante patrimonio natural, especialmente durante la época estival, donde se produce la aparición de cientos de crías de lobo marino, período que coincide con la mayor presencia de turistas y visitantes en la zona.
Por esta razón, durante enero y febrero Sernapesca, junto a la ilustre municipalidad de Cobquecura, CODEFF y el Programa de Investigación Marina (PIMEX) de la Universidad de Concepción, aúnan esfuerzos para vigilar el santuario y reaccionar adecuadamente ante los varamientos de crías muchas veces arrastradas a la orilla por el oleaje o la corriente.
Gracias a este trabajo en conjunto, durante la temporada de varamientos 2020, el centro de rescate instalado y operado por las instituciones participantes, constató un total de 417 eventos de varamiento de crías de lobo marino, pudiendo rescatar 371, de las cuales se pudo devolver exitosamente 331 ejemplares a la lobería, prácticamente el triple respecto del año anterior, cuando se reinsertaron 120 crías.
Así lo informó el Director Regional de Sernapesca Ñuble, Daniel Andrades, quien destacó además el trabajo preventivo y educativo que realizaron los 47 voluntarios de CODEFF, los que durante todo el verano entregaron resguardo a los lobitos varados, ayudando a mantener las distancias mínimas de avistamiento (50 metros), y permitir el descanso de las crías.
«Si hay un factor clave para el éxito de este operativo, es el trabajo conjunto de todas las instituciones. Como Sernapesca dispusimos una oficina móvil y funcionarios durante toda la temporada; también implementamos un corral perimetral que permitió la estabilización, descanso y atención primaria a las crías», dijo Andrades.
Por su parte, el académico de la Universidad de Concepción, Renato Quiñones, se refirió también el valor turístico del santuario. «Durante el verano fue posible realizar unos 15 avistamientos de delfines chilenos en manadas de unos 20 individuos con crías, demostrando el potencial del santuario como atracción de turismo y también como una manera hermosa de ir destacando la importancia del océano y la importancia de la conservación ecológica de la zona costera a través de estos mamíferos».
Luciano Pérez, Director de CODEFF, subrayó la capacidad de respuesta de los equipos de trabajo, en especial frente a varazones masivas.
«Un par de días vararon más de 80 crías de lobo marino que tuvieron que ser rescatadas, pudiendo sortear la contingencia con efectividad. El corral y la casa rodante que aportó Sernapesca fue de gran ayuda para poder cuidar a las crías de lobos marinos durante la noche, donde innovamos creando un «tercer turno» de vigilancia, el cual fue muy exitoso.
En general, fueron 6 semanas de trabajo intenso, coordinados con Sernapesca, Universidad de Concepción y con el municipio de Cobquecura, los cuales fueron los principales actores de todos los esfuerzos aunados para poder articular este trabajo conjunto. Son 29 años de trabajo en el Santuario de la Naturaleza y nos vamos con la mejor sensación de que el trabajo que nos queda en el futuro va a ser igual de productivo que esta exitosa temporada que estamos cerrando».
Finalmente, los organizadores agradecieron el apoyo del sindicato de pescadores de Cobquecura, que facilitó embarcaciones para realizar la reinserción y del municipio, que participó activamente proporcionando ayuda veterinaria en casos específicos y realizando el retiro de los ejemplares muertos y aportando en apoyo logístico, principalmente en alimentación para los voluntarios en terreno.
Nota original publicada por Sernapesca.