Se efectuó un trabajo participativo en el que se desarrollaron dos matrices de riesgo: una para las áreas de captación de semilla y otra para las áreas/comunas donde se realiza...
Se efectuó un trabajo participativo en el que se desarrollaron dos matrices de riesgo: una para las áreas de captación de semilla y otra para las áreas/comunas donde se realiza la engorda. Además, cada equipo debía también proponer medidas de prevención y mitigación de los impactos (Mundo Acuícola-INCAR).
Una muy buena recepción tuvo el taller “Fortaleciendo la Mitilicultura de la Región de Los Lagos frente a la variabilidad climática y cambio climático”, organizado por el Interdisciplinario para la Investigación Acuícola, INCAR; el Instituto Tecnológico de la Mitilicultura, INTEMIT, y la Asociación de Mitilicultores de Chile, AMICHILE, realizado el miércoles 12 de diciembre en la ciudad de Castro.
En el encuentro se reunieron productores de semilla y de engorda, representantes de instituciones de investigación/extensión y del estado, en el marco de una investigación impulsada por el Programa Integrativo (PI) del Centro INCAR, que aborda la vulnerabilidad de la mitilicultura en la X Región ante variabilidad climática y cambio climático atendiendo a los diferentes forzantes para la captación de semilla y para la engorda.
“El análisis de vulnerabilidad implica entender la interacción entre los forzantes biofísicos, los aspectos ecológicos, el manejo del recurso y las consecuencias sociales y de gobernanza. Para evaluar la vulnerabilidad es necesario conocer la exposición del sistema productivo al cambio climático y esta se ha abordado a través de un análisis de riesgo semi-cuantitativo. En este sentido, hemos estado desarrollando una investigación por casi un año en colaboración con la Universidad Austral de Chile (UACh), el Instituto de Fomento Pesquero (IFOP) y AmiChile para analizar cuáles son los factores de riesgo en relación al cambio climático, qué podría pasar en el futuro y cómo podríamos abordar esos factores”, explicó la Investigadora Principal del PI, Dra. Doris Soto.
El Director del Centro INCAR, Dr. Renato Quiñones, señaló que la participación de representantes del sector productivo, científico y de gobierno “es un reconocimiento a que el tratamiento de estos temas amerita la participación de diferentes organizaciones para que desde sus respectivas disciplinas y niveles de conocimiento, puedan hacer sus contribuciones al sector”.
Durante la jornada, se efectuó un trabajo participativo en el que se desarrollaron dos matrices de riesgo: una para las áreas de captación de semilla y otra para las áreas/comunas donde se realiza la engorda. Además, cada equipo debía también proponer medidas de prevención y mitigación de los impactos.
Los participantes apreciaron la actividad y en especial la oportunidad de intercambiar información y experiencias entre la academia y la industria. “Vimos a los participantes muy motivados y en el diálogo pudimos recoger información de los propios productores sobre las problemáticas que ellos mismos perciben a nivel local”.
Para Eduardo Orellana, Jefe de Operaciones del Centro de Cultivo, “Villa Marina” de Chonchi, la jornada destacó por la calidad de los expositores y la cantidad de información entregada. “No siempre uno va a una jornada y encuentra esa calidad de capital humano como el que hemos visto hoy. Por eso, es muy importante que la gente de la industria se involucre más en estos temas, porque el cambio climático no hace distinción entre pequeños, medianos o grandes acuicultores”, recalcó.
Por su parte, Cristian Segura, Jefe de Proyectos de Intemit, señaló que “si bien se esperaba un mayor número de productores, la participación fue positiva. De hecho, estamos evaluando repetir esta experiencia yendo a Hualaihué a la zona de captación de semillas”, acotó.
Los resultados del taller se integrarán a los resultados de la investigación en curso y se espera tener una evaluación preliminar ampliada de la vulnerabilidad en el primer trimestre del 2019 incluyendo recomendaciones de manejo y medidas que permitan reducir la vulnerabilidad y fortalecer la producción del mejillón Patagónico de Chile.