Bajo nivel de comercialización de ese producto genera pérdidas económicas fuertes en ese sector (Diario El Comercio). Para la semana de celebraciones por Semana Santa, las expectativas de venta de...
Bajo nivel de comercialización de ese producto genera pérdidas económicas fuertes en ese sector (Diario El Comercio).
Para la semana de celebraciones por Semana Santa, las expectativas de venta de truchas y obtención de beneficios económicos, eran altas para los productores de la región Puno, en Perú. El estado de emergencia por el coronavirus frustró esa posibilidad, ahora la actividad truchícola puneña, la mayor productora del vecino país, está en graves problemas. Cientos de truchicultores no lograron comercializar sus productos como esperaban y la falta de liquidez les impide adquirir alimentos para las truchas. Las pérdidas económicas cada día se acumulan más.
“Yo puedo subsistir de alguna manera en el actual estado de emergencia, pero que hago con mis truchas. No tengo dinero para comprar alimento balanceado y ya no tengo como alimentarlos en sus jaulas”, refiere Rogelio Segura Laurente, mientras observa con mucha inquietud las jaulas flotantes donde crían sus truchas.
Rogelio Segura, es presidente de la Asociación de Productores de Truchas El Faro, en el distrito de Pomata en la provincia de Chucuito. Agrupa a 42 criadores que producen unas 100 toneladas semanales de truchas que comercializa en mercados de la región y vecino país de Bolivia.
Las limitaciones que afrontan por falta de transporte, restringieron los canales de comercialización y ahora apenas pueden poner a la venta el 5% de su producción. Por tal razón, las jaulas de truchas están sobrepobladas y falta capital para alimentarlos.
Frente a estos inconvenientes, en las últimas tres semanas del estado de emergencia, los truchicultores adoptaron la decisión obligada de reducir la alimentación a sus peces, con la consiguiente pérdida de calidad y peso del producto.
“Normalmente debemos alimentar a las truchas dos veces por día, pero, por la emergencia no vendemos, y no tenemos dinero para comprar alimentos. Por eso hemos reducido a dos veces por semana”, explica Segura Laurente.
Además, las empresas productoras de alimentos, no nos facilitan ningún crédito a los productores para la compra de alimentos balanceados y subieron los costos del mismo de 2 a 4% por cada bolsa de alimentos.
Ante ese panorama, se vieron obligados a despedir casi un 50% de sus trabajadores. En esa Asociación, laboraban 450 personas diariamente en tareas de selección y alimentación en las jaulas, ahora algo más de la mitad ya no están en sus puestos de trabajo.
Similar situación se vive en otras asociaciones de productores de truchas de la región, informó Segura Laurente. En la misma zona de Pomata, donde opera la Asociación El Faro, existen otras organizaciones conformadas por muchas familias y generan cientos de puestos de trabajo, todas ahora en crisis.
Canal de comercialización
Una forma de atenuar las pérdidas económicas sería que las autoridades del Ministerio de la Producción del Perú, les facilitaran los canales de comercialización hacía los mercados regionales y del extranjero (Bolivia).
Invocan a la ministra Rocío Barrios, disponga que funcionarios de Sanidad Pesquera (Sanipes) les otorguen la certificación respectiva y facilidades para trasladar a Bolivia su producción antes de perderlo todo.
“En Bolivia nos podrían comprar nuestras truchas, pero como no tenemos certificados de inocuidad y calidad de nuestra producción, porque no viene ningún funcionario para evaluar nuestra producción por el estado de emergencia, no podemos comercializarlo en ese país donde son exigentes”, expresó Segura Laurente.
Terminó señalando que en el momento se sienten abandonados por las autoridades del sector, especialmente los funcionarios regionales, desaparecidos desde que la declaración del estado de emergencia por el coronavirus.