Juan Montenegro, presidente de FETRAPES, reacciona frente a lo ocurrido en la sesión de la comisión de pesca en Concepción.
El día de hoy, estaba programada la última sesión en terreno de la Comisión de Pesca de la Cámara en Biobío, específicamente, en la Universidad de Concepción. Esto tras un acuerdo en la misma comisión.
Pero en las últimas sesiones, los parlamentarios de la derecha, insistentemente, el diputado Bobadilla, solicitó en reiteradas oportunidades que se cambiara el lugar para que “dieran cabida a muchas organizaciones”, y “tener público”. Como el punto ya se había acordado, el presidente de la comisión, Jorge Brito, puso el punto a votación cada vez que lo solicitó Bobadilla, cambiar el acuerdo requería unanimidad, lo que no ocurrió.
Por otra parte, el diputado Romero también insistió en cambiar el lugar, incluso diciendo que “hay serios reparos y lo van a vivir ustedes en vivo y en directo”.
Esto, debido a que se preparó, desde la Industria Pesquera de la octava región, la asistencia de trabajadores de estas, transportados por buses de las industrias y en horario laboral, tal como lo anunció Juan Montenegro, presidente de FETRAPES (Federación de Trabajadores Pesqueros y ramas afines Zona Centro Sur de Chile)
En ese escenario, Juan Montenegro es crítico respecto a lo que ocurrió en la sesión, señalando que “no habían condiciones para plantear una posición distinta de los trabajadores distinta de la empresas pesqueras, cuando están presionando a sus trabajadores de la manera que vimos hoy. Las industrias pesqueras de la octava región mostraron su verdadero rostro, poniendo como escudos de sus privilegios, a sus trabajadores”, agregó que “su intención es ir a exponer a la comisión, pero en el congreso, donde se da una discusión de forma seria, en un marco de respeto, escucha y sin amedrentamientos”
El dirigente manifestó que le preocupa el tipo de argumentos que se están dando para asustar a sus trabajadores, “se ha dicho que si se aumenta la cuota artesanal las plantas de proceso van a cerrar, cuando todo el desembarque que procesan las plantas proviene de los artesanales, no habrá ningún empleo afectado, salvo que los industriales quieran despedir a algunos por motivos diferentes.”
“Fuimos testigo del relato de una trabajadora filetera que contó: ‘trabajamos 4 meses, y son 7 meses que después estamos en la casa, esa es la idea, esa es la pega de nosotros, esa es la inquietud de nosotros últimamente. Ya no se está trabajando como anteriormente, ya no se hacen los contratos, incluso se hacen anexos, te pueden hacer hasta 10, 5 ó 6 anexos la empresa, y te tienen ahí, pero el anexo te dura dos días.” Mencionó el dirigente.
Juan Montenegro terminó preguntándose ¿qué tipo de empleo proporciona la industria? ¿por qué una trabajadora defendería un trabajo con esas condiciones?