Libre de deudas, con el balance recapitalizado y con un cliente que le garantiza la compra de toda la producción de rodaballos, la empresa acuícola vuelve a ser productiva (La...
Libre de deudas, con el balance recapitalizado y con un cliente que le garantiza la compra de toda la producción de rodaballos, la empresa acuícola vuelve a ser productiva (La Voz de Galicia).
Acuinova Actividades Piscícolas o, lo que es lo mismo, la mayor planta de cultivo de rodaballo de Europa que Pescanova perdió a manos de la banca acreedora portuguesa, ha superado la quiebra. La piscicultura, situada en la villa de Mira (distrito de Coímbra, Portugal) vuelve a ser una empresa saneada y viable pero ya ajena por completo al grupo pesquero gallego, que se desprendió de ella en el año 2017, mediante la venta a la sociedad portuguesa Ondas e Versos LDA (propiedad del fondo de inversiones Oxy Capital) por una suma que no llegó a trascender.
En realidad no fue la corporación Nueva Pescanova quien vendió, sino la banca acreedora lusa que, desde hacía casi dos años, se había hecho con el control de la planta de cultivo de rodaballo por una deuda acumulada de 166,64 millones de euros.
Cuando el grupo que preside Jacobo González-Robatto se deshizo de Acuinova Portugal, la planta ya no computaba en los balances de Pescanova, debido a su elevada deuda, y estaba sumida en el proceso concursal que ahora ha superado. Así lo notificó el Juzgado Mercantil de Coímbra, que a finales del año pasado dio por finalizado el procedimiento concursal «con el cierre del proceso de insolvencia y la aprobación del plan que prevé la continuidad de la empresa».
De vuelta a la actividad
Libre de deudas, con el balance recapitalizado y con un cliente que le garantiza la compra de toda la producción de rodaballos, la empresa acuícola vuelve a ser productiva, según la revista financiera lusa Negocios. «Se ha recuperado una compañía que pasó por un proceso de insolvencia, la unidad está produciendo pescado y, además, garantiza el mantenimiento de más de 110 puestos de trabajo. Ahora queda comprobar que cumple el plan de insolvencia (el equivalente al plan de viabilidad) aprobado por el tribunal concursal de Coímbra», cita esta fuente.
La planta acuícola, concebida por Pescanova con la expectativa de ser la mayor de Europa -lo es en dimensión- siempre ha estado por debajo de su capacidad de producción, como consecuencia de los accidentes provocados por fallos de construcción, que entre los años 2009 y 2014, provocaron más de 70 millones de euros de pérdidas a la compañía. El grupo, entonces en manos todavía del expresidente Fernández de Sousa (ahora procesado por la quiebra del grupo pesquero en el año 2013), cifró la inversión en Mira en 107 millones de euros.
El proyecto recibió 58 millones de euros de fondos públicos portugueses y del Fondo Europeo de Pesca. Ocho años después, en el 2017, dos graves incidentes derivaron en la declaración de insolvencia de la compañía. Fruto de este proceso, la empresa vio perdonados 142 millones de euros de los 166,64 de la deuda declarada.
Los principales acreedores de Acuinova han sido hasta la fecha Nuevo Banco, CGD, BCP y BPI, a los que adeudaba entre préstamos y otros instrumentos e intereses, 100 millones de euros, mientras que los proveedores han tenido que perdonarle 34 millones.
Hasta el 1 de septiembre del 2017 (fecha de la venta), la producción de Mira se destinaba al grupo Nueva Pescanova. A partir de entonces la planta acuícola ha tenido que buscar nuevos clientes. Según Oxy Capital, a pesar del procedimiento de insolvencia, Ondas e Versos «ha conseguido mantener la sociedad en funcionamiento regular, abasteciendo el mercado con un producto de elevada calidad».