Presidenta de Asipes (Asociación de Industriales Pesqueros) se mostró a favor de traspasar al próximo año remanente de sardina y anchoveta.
“Nosotros comprendemos la solicitud de los dirigentes artesanales para que este remanente pueda ser traspasado para el próximo año, porque la actividad genera ingresos para cientos de familias, trabajo y activación del comercio local», dijo Macarena Cepeda, Presidenta de la Asociación de Industriales Pesqueros.
El “remanente” de cuota en el mundo pesquero es esa parte de la porción de recursos que se autoriza por ley y que no es posible de capturar en el plazo que la norma indica por diversas razones, entre ellas una veda biológica originada cuando los peces no están aptos para pescarlos por bajo crecimiento o desove, por ejemplo.
Este es el caso de la sardina y anchoveta, que este miércoles 1 de diciembre volvió a entrar en veda la que se extenderá hasta el 15 de diciembre de 2021, luego que el sector artesanal que se dedica a su captura alertara que la especie se encontraba bajo talla y aun desovando. “Nos reconforta desde el punto de vista de la sostenibilidad de los recursos pesqueros que los dirigentes artesanales que trabajan sobre este recurso hayan levantado la voz con tanta fuerza para protegerlo y pedir que se decretara una veda de protección”, señaló Macarena Cepeda Godoy, presidenta de la Asociación de Industriales Pesqueros.
Según estimaciones de los actores, quedarían en el “agua” cerca de 100 mil toneladas pendientes de captura de sardina y anchoveta que pescan lanchas artesanales de diversos puertos y caletas de la Región del Biobío. “Nosotros comprendemos la solicitud de los dirigentes artesanales para que este remanente pueda ser traspasado para el próximo año, porque la actividad genera ingresos para cientos de familias, trabajo y activación del comercio local, no autorizar el uso del remanente para el 2022 sería un golpe muy duro para estas familias”, precisó la dirigente gremial.
Macarena Cepeda también levantó una alerta que respalda de manera más profunda la petición artesanal: “sabemos que el 2022 será un año duro en términos económicos, se habrán acabado las ayudas estatales, aumentará el desempleo y la economía comenzará a resentirse, por ello, el mundo pesquero artesanal e industrial que empuja la actividad económica en regiones requiere ser protegida y que se le brinden las condiciones para seguir apoyando a las miles de familias que dependen de ella».