Buscan establecer responsabilidades respecto de los daños al ecosistema de la región de Los Lagos. (Mundo Acuícola). La Federación de pescadores artesanales de Hualaihue, región de Los Lagos, presidido por...
Buscan establecer responsabilidades respecto de los daños al ecosistema de la región de Los Lagos. (Mundo Acuícola).
La Federación de pescadores artesanales de Hualaihue, región de Los Lagos, presidido por su presidente José Alvarado, presentan hoy miércoles una demanda ante el Tribunal Ambiental de Valdivia para establecer responsabilidades respecto a los sucesivos escapes masivos de salmones desde los centros de cultivo.
Para los pescadores, más allá que hoy día la legislación otorga a las empresas salmoneras un plazo de 30 días, prorrogables por 30 días más, para la recaptura de sus peces escapados desde las concesiones acuícolas, el problema base es el asilvestramiento de las poblaciones de peces fugados, lo que consideran es una responsabilidad propia de la empresa, sobre todo cuando existe desarrollo tecnológico capaz de resolver contingencias ambientales como éstas, por lo tanto, es un tema de voluntad empresarial.
En este contexto, la organización gremial analiza además la propuesta del diputado Gabriel Ascencio, respecto al proyecto de ley que buscar liberar la captura de especies exóticas (salmones escapados), por ser consideradas plagas ajenas a los espacios marinos costeros.
Preocupación latente
Hoy existe incertidumbre en el sector artesanal respecto a la adaptación de los salmones que no fueron recapturados por la industria, que de acuerdo a los antecedentes científicos que maneja la la Federación de Hualaihue, estarían viviendo en profundidad en un proceso de adecuación al ecosistema natural pero que una vez adaptados, ingresarán al hábitat de las otras especies endémicas, desequilibrando el ecosistema, por ser una especie altamente depredadora que terminaran con peces más pequeños como sardinas, pejerreyes y róbalos, que son la base de la pesca artesanal en esta región.
Más aún, la preocupación se acrecienta en el sector cuando se sabe que la empresa Marine Harvest, en vez de modificar su estrategia de producción hacia poblaciones más reducidas por espacios marinos concesionados, ha optado por incrementar la densidad de peces por metro cuadrado, evidenciando una total despreocupación por el medio ambiente y los ecosistemas naturales.
Ante el potencial desastre, los pescadores hacen un llamado a las empresas para que hagan todo lo humanamente posible para controlar todos los aspectos involucrados, en una mirada de largo plazo, que no solo abarque la recaptura, sino que hable de una relación de buenos vecinos con voluntad para generar acuerdos que beneficien a todos.
A juicio de los pescadores artesanales, la empresa hasta ahora solo emite un claro mensaje de que la sustentabilidad solo es un concepto abordable en seminarios y mesas de negociación, sin llegar a concretar dichas declaraciones. «El gobierno debe limitar su capacidad de producción y evitar la creación de grandes centros que solo aumentarán los riesgos de accidentes por fenómenos naturales y por fallas técnicas en el fondeo y operación de los centros”, expresó José Alvarado.
Señal de las autoridades
“Hasta ahora, ninguna autoridad se ha pronunciado. Más bien tenemos distractores como el barco con su carga de salmones muertos, que en realidad viene a tapar el verdadero problema que está generando la actividad industria en su relación con nuestra actividad productiva artesanal”, señaló el dirigente de Hualaihue respecto del accionar de las autoridades pesqueras en la región.
“Hoy no basta con recapturar el 10% de la población de salmones escapados para continuar normalmente con las operaciones acuícolas en las mismas zonas geográficas. Nosotros creemos que se debe invertir el porcentaje de recaptura, que debiera ser del 90% para poder recién continuar con sus actividades”, enfatizó Alvarado.
Y agregó, “los pescadores han tenido la voluntad de colaborar con esta recaptura, sin embargo, somos fiscalizados por Carabineros y servicios públicos, bajo una lógica de control más que de colaboración. Porque cuando se escapan 900 mil salmones, se trata de una situación muy grave y aun así no hay claridad en la autoridad de cómo afrontarlas. Y a pesar que las empresas requieren de los servicios de la pesca artesanal por ser parte del ciclo productivo, no hay buenas acciones de parte de la industria desde una mirada ética, por lo que nuestros socios, usuarios del mar y sus recursos naturales merecemos respeto”, concluyó.