Muy pocos piscicultores, en Chile y el extranjero, podrán negar que la piedra de tope en la incubación de ovas ha sido desde siempre el ataque de hongos del género...
Muy pocos piscicultores, en Chile y el extranjero, podrán negar que la piedra de tope en la incubación de ovas ha sido desde siempre el ataque de hongos del género Saprolegnia, enfermedad conocida como saprolegniasis, a la que se le atribuyen las mayores pérdidas durante la primera fase del ciclo productivo del cultivo del salmón. Su control se dificultó aún más hace dos décadas atrás, al ser prohibido el uso del recurrido químico Verde de Malaquita debido a su potencial efecto carcinogénico en el hombre.
Desde entonces ha habido varias opciones, de distintas eficacias y eficiencias, como el Bronopol y la Formalina, así como también el Cloruro de Sodio o sal común, esta última no exenta de inconvenientes operativos para su aplicación.
Sin embargo, muy poco se conoce de un químico mucho más amigable con el medio ambiente y de costos significativamente más bajos que las opciones mencionadas. Nos referimos al Peróxido de Hidrógeno o “agua oxigenada”, el mismo que, durante años, sí hemos utilizado en grandes volúmenes para baños contra la caligidosis en el mar, pero no hemos aprovechado sus ventajas para el ciclo en agua dulce en Chile y para la sostenibilidad ambiental de la actividad salmonera.
Los primeros resultados preliminares, realizados en 1994 por científicos del Centro Nacional de Investigación Pesquera La Crosse, en los Estados Unidos, indicaron sobre la esperanzadora efectividad del Peróxido de Hidrógeno, en el control de la saprolegniosis, durante la incubación de ovas de trucha O. mykiss, además de controlar una amplia gama de bacterias, virus, levaduras y esporas. Concluyeron que tratamientos profilácticos, con concentraciones entre 250 a 500 ppm, aplicados por 15 minutos, día por medio, inhibían la infección por hongos de ovas sanas, además de favorecer la recuperación y aumentar la eclosión en ovas ya infectadas.
Posteriormente, en 1996, investigadores del Servicio Biológico Nacional de los Estados Unidos. hicieron pruebas comparando la efectividad de tres agentes antifúngicos como el Cloruro de Sodio (sal), Formalina y el Peróxido de Hidrógeno en ovas de trucha arcoíris, O. mykiss, corroborando la efectividad del Peróxido de Hidrógeno cuando se aplicaba por 15 minutos a concentraciones entre 500 a 1000 ppm, día por medio.
Este poderoso agente oxidante, que luego de actuar se descompone en hidrógeno gaseoso y agua, lo convierten en un compuesto de gran afinidad ecológica debido al nulo impacto de sus residuos post uso. Este argumento llevó a que la FDA (Oficina para la Administración de Alimentos y Drogas de los EEUU) lo clasificara como una “droga de baja prioridad regulatoria”, si era utilizada en concentraciones de hasta 500 ppm, para el control de saprolegniasis en todos los estadios de vida de todos los peces, ovas incluidas.
Recientemente, el 2018, científicos del Departamento de Medicina Veterinaria de la Universidad Navi Sad de Serbia, experimentaron con ovas del mismo género del salmón del Atlántico, la trucha café Salmo trutta, para evaluar la efectividad del Cloruro de Sodio (sal) y el Peróxido de Hidrógeno en el control de hongos durante la incubación. Los resultados no hicieron más que confirmar lo que ya se esperaba: el Peróxido de Hidrógeno, a 500 ppm de concentración, resultó muy eficaz contra la infección por hongos, además de mostrar una tasa de eclosión un 27,3 % mayor que aquellas ovas tratadas con sal, por 30 minutos, a una concentración de 25 g/litro.
Existe evidencia contundente de que el Peróxido de Hidrógeno es un agente altamente efectivo contra la saprolegniasis, de un costo económico mucho menor a las alternativas hoy en uso, y de una sustentabilidad medioambiental imposible de contra argumentar. A diferencia de la invisibilidad que le dan los laboratorios veterinarios por razones obvias, debiese ser seriamente considerado como una alternativa real contra el principal problema sanitario de la salmonicultura de ciclo de agua dulce en Chile.
Interesados en recibir los paper científicos completos, escribir a:
Rodolfo Infante Espiñeira, MSc
Gerente Técnico
Happy Fish SpA
rodolfo.happyfish@gmail.com
Edición N°123, revista Mundo Acuícola 2019