Tongoy, en la Región de Coquimbo, es el punto de origen de una exportación no tradicional y altamente sofisticada. Se trata de las semillas de ostra japonesa (Crassostrea gigas) producidas...
Tongoy, en la Región de Coquimbo, es el punto de origen de una exportación no tradicional y altamente sofisticada. Se trata de las semillas de ostra japonesa (Crassostrea gigas) producidas por la empresa Cultimar (Cultivos Marinos Tongoy), filial de Fundación Chile (FCh).
Son 180 millones de semillas de ostra las que se producen en Cultimar, un cultivo detrás del cual hay más de 30 años de I+D en acuicultura, conocimiento científico y tecnológico que han llevado a una genética de la más alta calidad, reconocida en el mundo por sus excepcionales características: ostras grandes, carnosas, de un color violáceo y sabor apreciado por los consumidores de numerosos mercados.
Una vez que han alcanzado una talla (2 a 3 mm.), que les permite resistir el traslado y cambio de ambiente, las semillas inician un viaje cuyo principal destino es Canadá y, específicamente, las playas en la región de la Columbia Británica.
Las cajas de semillas son trasladadas en avión y desembarcan en Vancouver, para luego ser distribuidas a los distintos centros de cultivo. Después de un año y medio de engorda, gran parte se exporta a otros mercados, con el rótulo de “producto de Canadá”, aunque la genética es chilena. Proceso similar ocurre en mercados como Brasil, México, Sudáfrica y Namibia.
En conversación con Mundo Acuícola, Paul van de Grift, gerente de Desarrollo de Negocios de Cultimar, se refirió a las proyecciones del cultivo y exportación de semillas de ostra japonesa a mercados distantes como el canadiense. Esto, luego de la participación de Cultimar en el Annual Meeting de la British Columbia Shellfish Growers Association (BCSGA), realizado en la ciudad de Courtenay, Canadá.
– ¿Cómo se gestó el proyecto que permitió el desarrollo para proveer semillas de ostra japonesa?
El estudio de la ostra japonesa, o del Pacífico, comienza, en 1978, con los primeros trabajos de introducción de la especie al país por parte de Fundación Chile. En FCh somos expertos en tecnologías de hatchery, habiendo reproducido decenas de peces y múltiples moluscos a través de numerosos programas de I+D.
En 1983, se constituye la empresa subsidiaria Cultivos Marinos Tongoy (Cultimar) y las incipientes producciones comienzan a salir al mercado nacional e internacional. En esos años, Fundación Chile participa en dos importantes eventos internacionales (Anuga, en Alemania y Seafood Conference, en Austria), en los que se presentó a los compradores internacionales la ostra del Pacífico, producida en Chile. En ambas ocasiones el producto logró una buena acogida. A partir de 1984, Cultivos Marinos Tongoy comienza a entregar importantes volúmenes de ostras al mercado nacional e internacional. Actualmente Cultimar es un hatchery 100% comercial.
– ¿En qué etapa se encuentra el proyecto para ser utilizado en la industria, tanto nacional como extranjera?
Hoy en día, Cultimar es el único hatchery de producción comercial de semillas de ostra de Latinoamérica. Actualmente, Cultivos Marinos Tongoy S.A., pone a disposición de sus clientes semillas de ostras diploides y triploides naturales; estas últimas producidas a partir de espermas tetraploides, lo que le permite ofrecer semillas 100% triploides, en los distintos calibres. Con esto se dio un importante avance en la oferta del hatchery, al disponer de semillas diploides y triploides, a lo largo de todo el año, de acuerdo a los requerimientos de los clientes.
Las semillas son exportadas a países como Canadá, México, Sudáfrica, Namibia, Singapur y Dubái, que las engordan para reexportarlas a innumerables destinos. El mercado internacional sigue creciendo cada año, por lo que siempre hay nuevas oportunidades para nuestro producto, que es valorado como una ostra de alta calidad en restaurantes, ferias y mercados gastronómicos.
También existe la venta de semilla al mercado nacional, especialmente en el sur, donde también engordan las semillas a un tamaño comercial. Aparte de la comercialización de semillas, estamos haciendo una fuerte campaña para la venta de la ostra japonesa adulta al mercado nacional. Dentro de Chile esta ostra puede satisfacer mercados distintos a los de la especie chilena, por su sabor, textura y tamaño. Es una ostra con más rendimiento de carne al mismo calibre que una ostra chilena (Ostrea chilensis).
– ¿Cuáles son las características de cultivo de la especie?
En Cultimar producimos estas semillas y ostras adultas desde la fecundación controlada, la obtención de larvas y la fijación de ellas; es decir, cuando la larva se convierte en semilla. En Cultimar hacemos toda la fase inicial del crecimiento, que es la parte más compleja del proceso de desarrollo y en la cual tenemos mucha experiencia. La larva es producida en el hatchery, luego se traspasa la semilla al estero y, en tercera fase, al mar, donde la semilla crece en un ambiente 100% natural. Exportamos las semillas en varios calibres comerciales, dependiendo de los requerimientos de los mercados de destino.
– ¿Qué ventajas presenta Chile para su cultivo?
Tongoy es un lugar perfecto para el cultivo de ostras. Es un lugar lejos de grandes ciudades e industria acuícola. Se aprovecha el agua de mar limpia y fresca de la corriente de Humboldt, libre de virus y patógenos. La bahía de Tongoy tiene las características perfectas para el crecimiento y sobrevivencia de esta especie. Además, utilizamos el estero, donde el agua cuenta con mucha alimentación y una temperatura agradable, lo que va en beneficio del crecimiento. Cultimar usa el estero como una etapa ideal después del hatchery y antes de colocar las semillas en el mar.
– ¿Cuáles son las proyecciones para potenciar la producción?
Cada año aumentamos la producción y, en el 2018, contaremos con una capacidad de 300 millones de semillas al año. El mercado sigue creciendo, así que en Cultimar estamos siempre haciendo inversiones para aumentar capacidad y estar al día con todos los requerimientos de bioseguridad de los países donde exportamos.
– ¿Qué otras instituciones se encuentran participando, o esperan que se incorporen más actores público-privados?
Cultimar es un hatchery comercial 100%. Ya no es un proyecto, sino una empresa que exporta semillas de una genética de alta calidad. Para la diversificación de la oferta, trabajamos con varias instancias en el ámbito público y privado, como la UCN (Universidad Católica del Norte) y AquaPacífico, en proyectos dirigidos a la acuicultura de pequeña escala (APE), que están permitiendo expandir las oportunidades de producción de los pescadores artesanales.
– ¿Cuáles son los desafíos, tanto productivos como de investigación que se deben solventar para el desarrollo del proyecto?
Los desafíos son mantenerse como el proveedor número uno para el mercado canadiense. Para esto, tenemos que desarrollar un programa de mejora continua de la genética de nuestro producto. Aparte de ese programa, necesitamos estar siempre al día con la bioseguridad para entrar a mercados difíciles como el de Canadá. Al mismo tiempo, buscamos siempre nuevos mercados para nuestro producto. La capacidad de producción debe estar a la par con la creciente demanda del mercado y eso es un desafío permanente.
Al término, el representante de Cultimar reiteró que el destino final son comercios, ferias gastronómicas y restoranes, a nivel global, donde estas ostras son reconocidas como un producto premium y consumidas en distintos formatos: frescas, apanadas, en sopa, a la parrilla y hasta en sándwich, lo que se traduce en una oportunidad para las semillas producidas en Tongoy.
Cristian Alvial G.
Edición N°115
Revista Mundo Acuícola