Cuando una ostra que uno piensa comer tiene un olorcillo dudoso y a pesar de la advertencia de nuestro olfato, uno se la come y enferma, ya no cabe dudas...
Cuando una ostra que uno piensa comer tiene un olorcillo dudoso y a pesar de la advertencia de nuestro olfato, uno se la come y enferma, ya no cabe dudas que estaba podrida. Eso mismo ha sucedido con la Ley de Pesca y Acuicultura.
Durante el debate de su última modificación profunda en el año 2011, Lota Protein S.A., con un gran esfuerzo logró traer a Chile a la máxima autoridad mundial en materia de subastas, Prof. Paul R. Milgrom, de Stanford University, recientemente galardonado con el Premio Nobel de Economía «por sus mejoras en la teoría de las subastas e invenciones de nuevos formatos de subastas». Tuve el privilegio de acompañarlo durante su estadía en Chile y, a pesar de sus brillantes exposiciones y respuesta a las preguntas que se le hicieron, su contribución no fue aceptada ni por el gobierno ni por el Congreso de Chile. En definitiva, se aprobó lo que se puede llamar el «desastre Longueira», que hoy en día continúa penando y creando problemas.
Cuando se cometen injusticias como es otorgar prebendas a ciertos individuos o empresas solo por su belleza personal o el grueso de su billetera, quienes han sido perjudicados siguen trabajando para que se corrija la injusticia. Espero que ahora, en la tramitación de la Ley Corta de Pesca, se incorpore el conocimiento de la teoría de subastas de Paul R. Milgrom y Robert B. Wilson, porque, como dice la Academia Sueca: “ha sido de gran beneficio para compradores, vendedores y la sociedad en general”.
Desde mi retiro de COVID-19
Rodrigo Vial Cox