Material fotográfico facilita el análisis sobre las diatomeas -organismos fotosintéticos y fundamentales en la cadena trófica del Océano Austral-, y acerca a la ciudadanía a estas especies, que cumplen un...
Material fotográfico facilita el análisis sobre las diatomeas -organismos fotosintéticos y fundamentales en la cadena trófica del Océano Austral-, y acerca a la ciudadanía a estas especies, que cumplen un importante rol para la vida en el Planeta.
Las diatomeas son organismos unicelulares presentes en todos los océanos del mundo. Además de ser uno de los grupos más comunes de fitoplancton, su rol es fundamental para la vida en el Planeta: ayudan a la captura de CO2 y realizan fotosíntesis, transformando esta diminuta alga en el principal productor primario de los mares de altas latitudes.
Sin embargo, debido a las condiciones ambientales extremas que poseen los océanos polares y a la presencia de hielo marino, las especies de diatomeas que allí habitan también ofrecen información acerca de los distintos cambios a nivel climático que ha tenido la Tierra durante millones de años.
Ante la importancia de preservar y comprender estos organismos y con el fin de dar a conocer su diversidad y complejidad arquitectónica, la bióloga Paola Cárdenas, integrante del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh) y de la Universidad de Concepción (UdeC), creó un catálogo de diatomeas presentes en la Antártica.
“Este es un material fotográfico para que investigadores y técnicos puedan identificar las especies, en caso de encontrarlas en alguna muestra de agua o sedimento. A su vez, también está dirigido a aquellas personas que quieran conocer estos organismos, las estructuras arquitectónicas que poseen y la importancia que tienen para la vida en la Tierra”, comentó Cárdenas.
Las 86 especies de diatomeas presentes en este catálogo fueron recuperadas en testigos de sedimentos rescatados en la expedición del rompehielo de investigación alemán Polastern, en el Estrecho de Bransfield, ubicado entre la Península Antártica y las Islas Shetland del Sur. Las muestras fueron limpiadas y fotografiadas en un periodo de más de un año.
Si bien las diatomeas presentes en la Antártica son predominantes en la biodiversidad marina del lugar, el aumento de la temperatura global y el retroceso del hielo han impactado a estos organismos, los que son particularmente sensibles a cambios atmosféricos y oceanográficos. Estas nuevas condiciones permitirían que otras especies fotosintéticas, tal vez con menor capacidad de atrapar el CO2 del ambiente, vayan posicionándose en el continente blanco.
“Los recientes estudios comentan que un mayor calentamiento en las regiones polares podría reducir la transferencia de carbono por parte de las diatomeas a los organismos consumidores y su exportación al fondo del océano”, explica la bióloga.
Cárdenas hace hincapié en la necesidad de estudiar estos microorganismos, debido a que permiten reconstruir el pasado climático y oceanográfico de los lugares en los que habitan. “Las diatomeas se utilizan para establecer modelos predictivos, sobre la base de conocer cómo ha cambiado el Planeta en el pasado para ver qué nos depara el futuro”.
Puedes descargar el catálogo de manera gratuita aquí.