Proyecto europeo Scuba Cancers acaban de publicar en la revista multidisciplinar eLife los primeros hallazgos de un nuevo caso de cáncer contagioso.
«Este hallazgo es una advertencia de que debemos controlar el comercio que incluye el movimiento de especies marinas que padecen cáncer contagioso para evitar introducir esta enfermedad en poblaciones de regiones libres de cáncer», señalan investigadores del proyecto europeo Scuba Cancers.
Los investigadores del proyecto europeo Scuba Cancers acaban de publicar en la revista multidisciplinar eLife los primeros hallazgos de un nuevo caso de cáncer contagioso que afecta a las almejas carneiro, también conocidas como escupiñas o bolo.
Para ello, recolectaron 345 almejas carneiro de las costas de España, Portugal, Francia, Irlanda y Croacia, encontrando un tipo de cáncer similar a la leucemia llamado neoplasia hémica en dos localidades españolas. Las tecnologías de secuenciación de ADN han permitido descubrir que el cáncer se está contagiando entre almejas carneiro comportándose de manera infecciosa.
Además, el estudio del ADN tanto nuclear como mitocondrial reveló que este cáncer se originó en una almeja diferente, conocida como chirla que habita las mismas regiones que las almejas carneiro. El contagio de cáncer entre especies cercanas alerta del peligro que suponen estos cánceres contagiosos.
Una pandemia de cáncer en los mares del sur de Europa
Este cáncer contagioso se ha encontrado en almejas carneiro recolectadas en la costa atlántica y en la mediterránea. Se desconoce si el contagio entre almejas de estas dos regiones ha ocurrido con el viaje de células de cáncer por las aguas marinas o si el movimiento de almejas por parte de los humanos ha supuesto su expansión.
Un estudio previo sobre el cáncer contagioso de mejillones que se encuentra en las costas europea y sudamericana propuso como potencial vía de contagio el viaje de mejillones adheridos a los cascos de barcos que realizan rutas comerciales entre Europa y Sudamérica. Según la investigadora Alicia L. Bruzos, “en el caso de estas almejas se trataría de un traslado artificial ya que estas especies no se adhieren a los barcos como lo hacen los mejillones. Sin embargo, en la gastronomía mediterránea las escupiñas son muy apreciadas y consumidas, por ello, no es descabellado imaginar que alguna de las almejas carneiro con cáncer recolectadas en Galicia y trasladadas a las Islas Baleares para su venta, acabase en sus playas a la espera del día de su ingesta”.
Este hallazgo advierte de la importancia de controlar el comercio nacional e internacional que traslada especies marinas de un lugar a otro por el riesgo epidémico que supone.
Una década de contagios
El cáncer contagioso sobrevive a la muerte de la almeja en que se originó porque infecta a nuevas almejas. De hecho, el cáncer contagioso que padecen los perros se ha estimado que tiene unos 8.500 años. “Futuros estudios nos permitirán arrojar luz sobre la edad del cáncer contagioso de las almejas carneiro, pero como mínimo, se sabe que tiene unos nueve años de antigüedad ya que las muestras analizadas en este estudio fueron recolectadas entre 2011 y 2020” sostiene el investigador Daniel García-Souto.