El curso estuvo dirigido a quienes poseen embarcaciones de fibra de vidrio y fue ofrecido por el Cetmis (Mundo Acuícola). “Reparación de embarcaciones de fibra de vidrio” es el nombre...
El curso estuvo dirigido a quienes poseen embarcaciones de fibra de vidrio y fue ofrecido por el Cetmis (Mundo Acuícola).
“Reparación de embarcaciones de fibra de vidrio” es el nombre de la capacitación impartida a mitilicultores de Chiloé, la que fue ofrecida por Francisco Dubreuil, extensionista del Centro de Extensionismo Tecnológico para una Mitilicultura Sustentable, Cetmis. El objetivo de esta capacitación consistió en entregar herramientas técnicas y prácticas para que sean los mismos mitilicultores quienes puedan reparar rápidamente los daños del casco que pudiesen generarse por su uso.
Misael Guiaquin, habitante de la comuna de Dalcahue, fue uno de los beneficiarios de esta capacitación. Guaiquin es empresario mitilicultor dedicado a la engorda de mejillón por lo que posee y hace uso de una embarcación de fibra de vidrio para sus labores cotidianas. La principal ventaja de estas embarcaciones es su durabilidad y precio, pero son muchas las causas que pueden ocasionar un daño.
Guaiquin calificó como “excelente” este aprendizaje “porque teníamos que depender de otra persona que sepa (…). Ahora ya sabemos lo básico, las mezclas y preparar la superficie, limpiarla bien”, explicó. Esto le significó un ahorro de un 80% en relación a lo que antes debía desembolsar para contratar a un tercero que hiciera este trabajo.
“Es beneficio porque no busqué a una persona para que me solucione los parchecitos (de la embarcación), sino que lo hicimos mi hijo y yo, (nosotros) lo solucionamos. Ya no tenemos costos de mano de obra”, aseveró. Otro tema importante en esta materia es que, debido a las largas distancias que existe dentro de la isla de Chiloé, solicitar el servicio de reparación de una de estas embarcaciones toma varios días. En este caso a Guaiquin y su hijo les tomó solo un día reparar su bote.
Luis Oliva, gerente del Cetmis, destacó esta iniciativa como un beneficio real a los pequeños mitilicultores de la zona, toda vez que no solo les genera un beneficio económico al ahorrar un costo que suele ser imprevisto, sino que además tiene como ventaja una mejor gestión y mayor disponibilidad de tiempo para las labores propias de su actividad productiva.
“Hoy un casco en mal estado puede comenzar a embarcar agua y terminar con la embarcación hundida y todo lo que eso significa en términos monetarios. Si tiene daños importantes debe ser sacado del agua, pero si el daño es pequeño y superficial por lo general se puede reparar con un procedimiento relativamente sencillo, pero muchos mitilicultores lo desconocen”, explicó Oliva.