Entre otras materias, la norma sanciona la ruptura maliciosa o sustracción de especies; prohíbe la liberación de ejemplares desde los centros de cultivo; y fija las sanciones en caso de escape.
Recientemente, la revista Science publicó una carta elaborada por un grupo de investigadores, entre los que se encuentra el Dr. Francisco Correa del Instituto Iberoamericano de Desarrollo Sostenible de la Universidad Autónoma de Chile, en la cual llaman a proteger esta valiosa reserva natural, frente a una situación que va más allá de un tema entre privados, que enloda la reputación internacional del país y lo aleja de las metas respecto a la sostenibilidad medio ambiental.
«Aunque el proyecto de ley es un paso en la dirección correcta para la gestión de los escapes, se debe considerar un enfoque holístico que incluya un programa de seguimiento a largo plazo y la caracterización de los sistemas socio ecológicos de la Patagonia» concluye una carta publicada en el número de diciembre de la prestigiosa revista Science, una de las revistas más importantes a nivel mundial.
Alrededor de 5 millones de salmones escaparon entre 2010 y 2020 en la Patagonia, con los riesgos socioambientales que significa, principalmente daño en la biodiversidad nativa a través de la disminución de poblaciones de peces de aguadulce «efectos bien documentos» como señala la carta. Antes, las fugas se consideraba un problema de privados, la legislación los obligó a recuperar al menos el 10% de los peces escapados, sin embargo, las empresas sólo recuperan aproximadamente un tercio de los salmones.
De ahí la relevancia del proyecto de Ley actualmente en discusión, el que permitiría a los pescadores artesanales debidamente inscritos en el registro, la captura de especies que se hayan escapado de centros de cultivos. Esto, previa solicitud de prestación de servicios por parte del responsable del centro de cultivo. Además, los armadores que en sus faenas habituales capturen accidentalmente estas especies, deberán informarlo en sus declaraciones de desembarque. Incluiría así la recomendación de científicos y entidades conservacionistas para permitir que los pescadores artesanales y recreativos puedan pescar los salmones que ha escapado permitiendo su venta legal. «Los pescadores artesanales podrían aumentar la tasa de recaptura, reduciendo los impactos socioambientales en la Patagonia» señala la carta «Co-management of Chile’s escaped farmed salmon».
Entre otras materias, la norma regula también la información sobre el uso de antiobióticos, un tema que también es abordado en Science. Eso sí los investigadores solicitan que las pruebas que determinan si los salmones son aptos para consumo humano, luego de haber sido tratados con antibióticos u otros productos químicos, se hagan antes, durante el proceso de crianza, además de ser obligatorios, para permitir que las comunidades aledañas que capturen los salmones fugados y puedan aprovechar este recurso.
Entre otras materias, la norma sanciona la ruptura maliciosa o sustracción de especies; prohíbe la liberación de ejemplares desde los centros de cultivo; y fija las sanciones en caso de escape.
En esa línea, establece una multa cuyo valor será equivalente a la cosecha de los ejemplares escapados que no sean recapturados. A eso se suma la suspensión de operaciones en el centro por un plazo de entre uno y cuatro años. Además, el responsable del lugar deberá financiar el monitoreo de ejemplares de la o las especies escapadas, por el plazo de dos años; para determinar los efectos derivados del evento. Solo no serán responsables en caso de fuerza mayor o caso fortuito.
Figueroa, G.; Correa-Araneda, F. J.; Cid-Aguayo, B.; Gomez-Uchida, D. Co-management of Chile’s escaped farmed salmon. December 2022 Science 378(6624):1060-1061. http://dx.doi.org/10.1126/science.adf6211