La Legislatura de Washington votó el viernes 2 de marzo eliminar el cultivo en agua de mar del salmón del Atlántico, una industria que ha operado durante décadas en el...
La Legislatura de Washington votó el viernes 2 de marzo eliminar el cultivo en agua de mar del salmón del Atlántico, una industria que ha operado durante décadas en el estado, pero fue duramente criticada después de que decenas de miles de peces no nativos escaparan a las vías fluviales el verano pasado (Associated Press).
Después de un largo debate, el Senado aprobó el proyecto de ley en una votación de 31 a 16. La Cámara lo aprobó con 67-31 votos y ahora se dirige al gobernador Jay Inslee, un demócrata que ha expresado su apoyo.
El proyecto de ley terminaría con los arrendamientos estatales y los permisos para las operaciones que producen peces no nativos en aguas estatales cuando expire el arrendamiento actual en 2022.
El proyecto de ley se dirige a la canadiense Cooke Aquaculture Pacific, el mayor productor de salmón Atlántico de cultivo en los Estados Unidos, cuyos centros de cultivo en el noroeste de Washington colapsaron el 19 de agosto. Cooke actualmente tiene dos contratos de concesiones con el Estado.
Funcionarios estatales culparon el mes pasado a la negligencia de Cooke por no mantener sus rediles. Dijeron que el escape del salmón puso en riesgo el ecosistema del Estado y multó a la compañía con US$332.000. Hasta 263.000 salmones del Atlántico escaparon, lo que generó temores sobre el impacto sobre el salmón nativo del Pacífico.
El senador Kevin Ranker, un demócrata que patrocinó una legislación similar en el Senado, dijo que «la prohibición estatal es una postura firme para garantizar la protección de nuestro medioambiente marino y las poblaciones de salmón nativo».
Joel Richardson, vicepresidente de Cooke Aquaculture, dijo en un comunicado que la compañía estaba «profundamente decepcionada» con el proyecto de ley, el impacto potencial en la industria y «más de 600 trabajadores rurales y sus familias que dependen de la agricultura del salmón para su sustento”.
Richardson añadió que la compañía evaluará sus operaciones e inversiones en el estado de Washington y se asegurará de que cualquier decisión que tomen considere, primero, a las familias y a los trabajadores.
El ejecutivo de la compañía manifestó a los legisladores el mes pasado que Cooke podría solicitar una indemnización en virtud de una disposición del Tratado de Libre Comercio de América del Norte si se aprueba la medida. Sostuvo que el proyecto de ley despojaría a la empresa con sede en Canadá de su inversión de US$76 millones en el estado de una manera injusta. Él no abordó ese tema en su declaración del viernes.
En tanto, la senadora Judy Warnick, republicana, dijo que «estamos poniendo una industria fuera del negocio».
Otros republicanos que se opusieron al proyecto de ley, donde manifestaron que dejaría a la gente sin trabajo, cerraría una industria vital y sentaría un mal precedente.
Los republicanos introdujeron numerosas enmiendas que fueron rechazadas, incluidas propuestas para permitir el cultivo de peces nativos o salmón del Atlántico de un solo sexo, y un paquete de incentivos fiscales.
El cultivo del salmón del Atlántico ha estado en el estado de Washington desde la década de 1980, pero sigue siendo controvertido en el noroeste, famoso por sus salmones nativos del Pacífico y donde se gastan decenas de millones de dólares cada año para recuperar poblaciones en declive de salmón del Pacífico.
El estado de Washington se une a Alaska, que ha prohibido la acuicultura comercial de peces. Oregon y California no tienen operaciones comerciales de cultivo de salmón.
Cooke, con sede en New Brunswick, Canadá, es la única compañía que cultiva el salmón del Atlántico en aguas estatales. La compañía compró operaciones a Icicle Acquisition Subsidiary en 2016. Estaba en proceso de obtener permisos para una operación ampliada cerca de Port Angeles cuando colapsó el centro de cultivo de Cipres Island.