Una investigación interdisciplinaria comprobó que Nacella concinna, una especie que cumple una importante función ecológica en los ecosistemas marinos del continente blanco, tiene una capacidad limitada de subsistencia. Los resultados fueron...
Una investigación interdisciplinaria comprobó que Nacella concinna, una especie que cumple una importante función ecológica en los ecosistemas marinos del continente blanco, tiene una capacidad limitada de subsistencia. Los resultados fueron publicados en la prestigiosa revista científica Science of the Total Enviroment.
Nacella concinna es una lapa antártica que habita en los ecosistemas marinos rocosos y se alimenta principalmente de pequeñas algas adheridas a las rocas y propágulos. Se encuentra en altas densidades en la zona submareal. De hecho, se han descrito hasta 100 individuos por metro cuadrado y a pesar de que carece de importancia comercial, este invertebrado cumple una importante función ecológica: genera una gran cantidad de biomasa para las cadenas tróficas.
Las proyecciones de cambio climático indican que en el Océano Austral algunos organismos marinos tendrán una capacidad reducida para hacer frente a las condiciones ambientales cambiantes, lo que incluso podría desafiar su supervivencia. Una nueva investigación, cuyos resultados fueron publicados en la prestigiosa revista científica Science of the Total Enviroment, realizó un cruce entre la ecofisiología y la transcriptómica para evaluar las respuestas de N. concinna.
El estudio encabezado por el Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh), en colaboración con el Laboratorio Costero Laredo de la Universidad de Magallanes (UMAG) y el British Antarctic Survey (BAS, Reino Unido), se centró en analizar el efecto combinado de la temperatura y salinidad sobre esta especie de lapa antártica.
Durante el 2018, el equipo de científicos extrajo ejemplares adultos de lapas a ocho metros de profundidad en Bahía Fildes, Isla Rey Jorge, Península Antártica, en el marco de la Expedición Científica Antártica del Instituto Antártico Chileno (INACH). Posteriormente, los investigadores realizaron experimentos donde sometieron a la especie a un periodo de aclimatación gradual de 60 días seguido por otro periodo de exposición a diferentes condiciones de temperatura (1, 4, 8, 11, 14°C) y salinidades (20 y 30 psu), también de 60 días.
“Se comprobó que N. concinna es una especie altamente estenoica, es decir, sobrevive solo dentro de un estrecho rango de fluctuaciones de las condiciones ambientales. Esto significa que son poco tolerantes a grandes cambios y que poseen capacidad limitada de supervivencia a temperaturas superiores a 4°C, donde se observó un drástico aumento de la mortalidad”, explica el líder del estudio, Dr. Jorge Navarro, académico del Instituto de Ciencias Marinas y Limnológicas (ICML) e investigador principal del Centro IDEAL.
Las proyecciones de cambio climático para finales de siglo en la Isla Rey Jorge, Antártica, pueden, por lo tanto, resultar en una disminución significativa de la población submareal de N. concinna, afectando las interacciones ecológicas y la diversidad de la red alimentaria.
Revisa el artículo científico aquí.