El evento convoca a científicas y científicos para resolver un desafío relacionado con la biodiversidad oceánica.
Cinco iniciativas de distintas regiones de Chile buscan ganar esta maratón de 48 horas en la que participan otras 13 ciudades del mundo, y que tienen como objetivo desarrollar soluciones concretas para la protección de la biodiversidad oceánica y las funciones de los ecosistemas marinos.
Un 71% del área terrestre está cubierta de agua. Chile ocupa el décimo puesto a nivel mundial con mayor territorio marítimo y en sus 6.430 km de costa se puede observar la inmensidad del océano Pacífico. Esta es una de las razones para que, por segundo año consecutivo, sea parte de la séptima edición de Ocean Hackathon (OH), que se realizará de manera telemática entre el 2 y el 4 de diciembre.
El evento convoca a científicas y científicos para resolver un desafío relacionado con la biodiversidad oceánica y las funciones de los ecosistemas marinos en solo 48 horas. Los ganadores de esta edición, podrán participar en la gran final de Brest, donde se enfrentarán a los vencedores de los demás países participantes.
La OH es organizada por el Campus Mondial de la Mer a nivel global, y la edición chilena es organizada por la Delegación Regional de Cooperación de la Embajada de Francia, el Instituto Francés de Chile e Inria Chile. Al igual que la edición de 2021, el Data Observatory es el “Data Provider” de la actividad.
La biodiversidad marina es vital para la productividad primaria y la captura de carbono que es liberado a la atmósfera por parte de los seres humanos. Uno de los principales impulsores de los cambios en las funciones de los ecosistemas es la biodiversidad, que es medida generalmente como número de especies y, sobre todo, en entornos terrestres y de agua dulce. Entender estos procesos es fundamental para tomar acciones desde el punto de vista científico y político.
El consejero de Cooperación y Acción Cultural de la Embajada de Francia en Chile y director del Instituto Francés de Chile, Christian Estrade, señaló que la Ocean Hackathon “representa una forma innovadora de responder a los grandes desafíos de la ciencia y la sociedad, proponiendo soluciones concretas”.
Por su parte, Mauricio Leiva, project manager del Data Observatory señaló: «es verdaderamente relevante organizar este tipo de desafíos que permiten poner a prueba en tiempo real al capital humano que ya existe o se forma en Chile, y aplicando el data science en retos muy actuales que aún no encuentran una respuesta única, como son aquellos asociados al cambio climático y el impacto en el ecosistema marítimo. Esperamos que esta hackathon de a luz interesantes e innovadoras soluciones en manos de investigadores y jóvenes generaciones de esta disciplina en el país».
Soluciones 2022
Las soluciones de esta edición de la Ocean Hackathon -en la que participan otras trece ciudades del mundo- contienen una exploración exhaustiva de la relación entre el funcionamiento de los ecosistemas y la biodiversidad. El objetivo es salvar a los océanos a través de la ciencia y la innovación, entendiendo diversos niveles de la mencionada biodiversidad.
La directora de Inria Chile, Nayat Sánchez-Pi, explicó que este tipo de actividades buscan “inspirar a las futuras generaciones de científicos e ingenieros que en muchos lugares del mundo están comprometidos con la ecología, el medioambiente y el cuidado de los océanos. Esta es una oportunidad, ya que los equipos están abiertos para que más gente se integre”.
Este año, las soluciones arribaron de diversas regiones de Chile. Así, desde la Región de Coquimbo y en representación del Centro de Estudios Avanzados de Zonas Áridas (CEAZA),el doctor en Oceanografía, Boris Dewitte, propone la solución “Generar y explorar ideas para desarrollar una base de datos y un atlas mundial de oxígeno oceánico”, que busca crear una plataforma para uniformar y sintetizar la data disponible sobre la desoxigenación en la zona costera chilena y crear una base estandarizada relacionada con este fenómeno. Esta solución se inscribe en el marco del programa impulsado por las Naciones Unidas llamado GOOD que busca combatir la creciente amenaza de la desoxigenación de los océanos y las repercusiones que este provoca en los ecosistemas marinos.
Dos soluciones vienen de la Región del Biobío. La primera se titula “Influencia del clima en la dinámica del fitoplancton a múltiples escalas”, y es presentada por el doctor en Biología y Ecología aplicada, Carlos Lara. Esta busca, en una primera instancia, entender y comparar la respuesta de la biomasa del fitoplancton al impacto de las fluctuaciones climáticas simultáneas de la Patagonia Occidental y la Península Occidental de la Antártida, para así poder crear una plataforma digital tipo “semáforo ambiental” de prevención marítima.
La segunda es la “Conservación de la diversidad oculta del océano profundo”, de la postdoctorante de la Universidad de Concepción e investigadora del Centro Milenio de Oceanografía, Carolina González, que tiene como objetivo generar una base de datos interactiva que permita conocer las especificidades de la diversidad oceánica de la profundidad marina de la fosa de Atacama. Esta solución buscar crear una plataforma que muestre la diversidad hasta ahora desconocida de la zona más profunda del pacifico sudamericano y las variables ambientales que la pueden estar afectando.
Al igual que en la versión de 2021, desde la doceava región, la Universidad de Magallanes presentó una solución llamada “Hacia el abordaje de los metadatos ecológicos para la predicción de las respuestas funcionales de la biota marina”, a través de Claudia Andrade, doctora en Ciencias Naturales de la misma casa de estudios, que pretende desarrollar una herramienta donde se visualicen datos que haga predicciones a futuro y sea capaz de superponer variables ecológicas sobre un mapa de la Patagonia.
Finalmente, de la Región Metropolitana, el doctor en Ecología de la Universidad Católica, Eduardo Guajardo, presenta “Seguimiento satelital de los bosques de algas: esfuerzos para un nuevo alcance espacio-temporal”, que pretende desarrollar un código en series temporales de filtros multiespectrales para analizar los bosques de macroalgas, ecosistemas reconocidos como uno de lo más productivos y dinámicos de la Tierra, y los cambios que han conocido a causa de los cambios climáticos.
El llamado es al ecosistema de innovación chileno, a investigadoras e investigadores, estudiantes y universidades, a formar parte de los equipos de estas soluciones para desarrollarlas y aportar de manera concreta a la protección de los océanos.