Cerca de 40 científicos y representantes de organismos públicos dialogaron en torno a la necesidad de contar con un sistema de monitoreo que dependa del Estado y que pueda medir...
Cerca de 40 científicos y representantes de organismos públicos dialogaron en torno a la necesidad de contar con un sistema de monitoreo que dependa del Estado y que pueda medir en tiempo real lo que ocurre en las costas chilenas (Mundo Acuícola-UdeC).
En la Universidad de Concepción se reunieron científicos y representantes del Estado en materia oceanográfica para impulsar la necesidad de contar con un sistema unificado de observación unificado, que permita al país contar con datos en tiempo real incidencias en el océano tales como derrames tóxicos o mareas rojas.
En el marco de las actividades previas a la COP 25, este taller, liderado por la coordinadora de la mesa de océanos de esa instancia mundial y académica UdeC, Laura Farías, reunió a cerca de 40 científicos y representantes de organismos públicos para dialogar en torno a la necesidad de contar con un sistema de monitoreo que dependa del Estado y que pueda medir en tiempo real lo que ocurre en las costas chilenas.
En concreto, lo que se propone es contar con estaciones de monitoreo a lo largo de la costa -tal como hoy se cuenta con un sistema meteorológico que alerta las condiciones del clima- y que den cuenta de la gran heterogeneidad del mar frente a nuestro país.
El equipamiento que se necesita para montar una red como esta es diverso. “Se trata de un sistema integrado de observación como lo que tienen los meteorólogos y se necesitan estaciones para observar océanos, radares que midan corrientes, boyas para observar parámetros físicos como la salinidad o el nivel de oxígeno, y satélites internacionales que asimilen información”, explicó Farías.
En esta línea, el centro COPAS Sur-Austral se encuentra trabajando en un prototipo, denominado CDOM (Centro de Datos Oceanográficos y Meteorológicos), que trabaja con datos de cinco plataformas ubicadas en el océano y que pertenecen a las universidades de Concepción, de Chile, de los Lagos y al Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA), de Coquimbo.
Sin embargo, los asistentes al taller reconocieron que el esfuerzo debe unificarse y es necesario crear conciencia en el mundo político y en la ciudadanía respecto a la necesidad de este sistema. Así lo aseguró Silvio Pantoja, director de COPAS Sur-Austral, quien señaló que esta fue la principal conclusión del encuentro. “Estamos todos convencidos que si no lo hacemos juntos no va a funcionar, porque estos sistemas hay que mantenerlos y repararlos”, explicó.
En COPAS, calculan que para crear una red nacional se necesitan al menos 100 puntos de observación a lo largo del océano, con un costo de entre 70 y 100 millones de dólares en 10 años para su instalación y mantenimiento, señaló Pantoja.
Este costo no incluye la contratación de expertos que trabajen de manera permanente en la recepción e interpretación de los datos, una arista crucial para que un sistema de monitoreo sea realmente efectivo.
Próximas gestiones
Farías comentó que la idea es generar un documento en las próximas semanas para hacerlo llegar al gobierno, aprovechando además todo el impacto que se espera que tengan estos temas durante la celebración en Chile de la COP 25, en diciembre de este año. También se encuentra en preparación una carta para el Ministro de Ciencias, firmada por un amplio grupo de investigadores, sobre el mismo tema.
Sobre el taller, explicó que asistieron representantes de las universidades más importantes del país, además de miembros de servicios del Estado que están interesados en la materia. Se trata de un tema que se viene trabajando hace varios años y existen esfuerzos aislados, pero se requiere mayor coordinación para lograr instalar una red de alcance nacional, explicó Farías.
Pantoja agregó que también es relevante pensar en la realización de un taller con agencias del Estado, y continuar dialogando sobre el tipo de gobernanza que necesitaría la institución a cargo del sistema, así como el rol que debieran jugar las universidades en este nuevo escenario.