Iniciativa busca proponer mejoras en la metodología que actualmente se usa en el seguimiento de la pesquería de jaiba marmola, para ello es relevante estimar algunos indicadores biológicos y pesqueros...
Iniciativa busca proponer mejoras en la metodología que actualmente se usa en el seguimiento de la pesquería de jaiba marmola, para ello es relevante estimar algunos indicadores biológicos y pesqueros que permitan conocer el estado de esta pesquería (El Divisadero).
En el marco del proyecto “Línea base biológica-pesquera del recurso jaiba marmola: Insumos para su manejo sustentable en la región de Aysén”, la semana pasada, se reunió el equipo de trabajo, para analizar la información de indicadores pesqueros y biológicos que se generaron a partir de trabajo en terreno y laboratorio.
Uno de los principales objetivos de esta iniciativa es proponer mejoras en la metodología que actualmente se usa en el seguimiento de la pesquería de jaiba marmola, para ello es relevante estimar algunos indicadores biológicos y pesqueros que permitan conocer el estado de esta pesquería. Los resultados obtenidos serán un insumo importante para el comité de manejo de crustáceos (jaiba y centolla) que comenzará a funcionar a finales de este año y que tiene la particularidad de ser regional.
La Subsecretaría de Pesca y Acuicultura es mandante de este proyecto de Bienes Públicos, que financia Corfo, en este contexto, el sectorialista, Ramiro Contreras, nos cuenta que “todos los insumos que se están generando a través de este proyecto serán utilizados en el comité de manejo de jaibas y centollas de la región de Aysén, que actualmente está en proceso de evaluación y que probablemente se constituya a finales de este año, entonces además de aportarnos datos del manejo pesquero de la jaiba marmola, será información importante para la toma de decisiones. Recordemos que la Región es el tercer territorio que tiene participación en el desembarque a nivel nacional tanto de centolla como jaiba, sólo en jaiba se extraen más de 300 toneladas anuales”, puntualizó.
Durante el proyecto se realizaron cuatro campañas de terreno, para cubrir diferencias estacionales (verano, otoño, invierno y primavera) en los estimadores pesqueros (captura por unidad de esfuerzo) e identificar variables que pudieran estar afectando estas capturas (como ventanas de escape, profundidad de calado de las trampas, tamaño de estas, entre otras). En forma paralela, en cada una de estas campañas se recolectaron individuos para estimar talla de primera madurez reproductiva, época de madurez de las gónadas, tanto para machos como para hembras y potencial reproductivo (número de huevos que puede portar una hembra).
La directora del proyecto y coordinadora de la Línea de Pesca Artesanal CIEP, Madeleine Hamamé, señaló que “el proyecto termina en enero del 2020, y aunque el trabajo en terreno asociado a indicadores pesqueros ya culminó, quedan algunos meses de trabajo en el laboratorio para estimar los indicadores reproductivos. El proyecto contempla en su fase final un último recorrido por las faenas de pesca (Caleta Vidal, Playas Largas, Pilcomayo, Isla Traiguén e Isla Costa) para difundir los principales resultados a los pescadores artesanales de estos sectores y agradecer su apoyo y trabajo en conjunto, ya que, sin ellos no hubiésemos podido lograr resultados tan satisfactorios”, destacó.
Por su parte, Andrés Olguín, profesional de Instituto de Fomento Pesquero (IFOP) y Mg. en gestión de recursos acuáticos, resaltó que a través de este proyecto el actual monitoreo de recursos de IFOP incorporará mejoras. “Nuestro interés es abordar los problemas de cobertura que teníamos con el monitoreo, debido al extenso borde costero que tiene la región, por eso el objetivo es encontrar soluciones para mejorar las metodologías y técnicas actuales de levantamiento de información, lo que contribuirá a reducir costos y tiempo involucrado, además ser más eficientes y obtener mejores resultados”, subrayó el profesional.
En el transcurso del proyecto se han encontrado resultados importantes, uno de los principales son las ventajas comparativas de utilizar ventanas de escape en las trampas que se utilizan en la pesquería de la jaiba. Luis Miguel Pardo, investigador de la Universidad Austral y del Centro Ideal, enfatiza que esto implica “que los pescadores van a obtener sólo un producto legal en términos de tamaño. Entonces hay un beneficio de mercado pero también un beneficio biológico pues no se estarán extrayendo individuos más pequeños, que pueden entrar a la trampa pero salir a través de las ventanas sin problemas. Esta debería ser una implementación masiva no sólo en Aysén sino en todo Chile”.
Por su parte el Director regional de Corfo Aysén, Enrique Garín López, indicó que “una de las definiciones estratégicas que ha tomado la Corfo en este período, ha sido mirar hacia el mar, incorporar el litoral en la mirada de desarrollo económico de nuestra región y proyectos como este lo que permiten es precisamente eso, disponer de mejor información para tomar decisiones que impactan en la economía de los pescadores y la industria pesquera. Por ello es un proyecto que fue apoyado a través del PER Pesca y del Gobierno Regional de Aysén, de donde provienen los fondos para su financiamiento”, puntualizó.
El equipo de trabajo de esta iniciativa está integrado por profesionales de la Universidad Austral (Miguel Pardo, Alejandra Lafon), Instituto de Fomento Pesquero (Andrés Olguín), Subpesca (Ramiro Contreras) y CIEP (Gustavo Aedo, Madeleine Hamamé y Sebastián López).