Investigadores aislaron y caracterizaron del agua de cultivo de una piscicultura con peces con flavobacteriosis una nueva especie bacteriana, la cual fue bautizada como Flavobacterium psychraquaticum.
Desde que se describiera por primera vez en 1995, Flavobacterium psychrophilum, este patógeno ha contribuido a generar las mayores mortalidades de salmónidos cultivados durante la fase de agua dulce, con las consecuentes pérdidas económicas y el impacto ambiental debido al uso de terapias antimicrobianas para el control de las infecciones por flavobacteriosis.
Precisamente, el Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola (INCAR) ha priorizado el estudio de esta enfermedad y los otros temas asociados a la etapa de agua dulce, incorporando en la segunda etapa del Centro la Línea de Investigación RP2 “Salud Animal en Estadíos de Vida Temprana de Salmónidos”. Para ello, se ha profundizado en el estudio de diferentes aislados de F. psychrophilum en las piscicultura chilenas, lo que ha permitido el aislamiento de otros microorganismos pigmentados de color amarillo/anaranjado similares fenotípicamente al patógeno, pertenecientes a la familia Flavobacteriaceae, pero con estatus taxonómico desconocido.
En este ámbito, un grupo de investigadores de la Universidad Andrés Bello (UNAB), de la Universidad Bernardo O’Higgins (UBO), del Centro de Investigación Marina (CIMARQ) de la UNAB y del Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola (INCAR), aislaron y caracterizaron del agua de cultivo de una piscicultura con peces con flavobacteriosis una nueva especie bacteriana, la cual fue bautizada como Flavobacterium psychraquaticum.
El equipo integrado por el Dr. Ruben Avendaño-Herrera (UNAB/INCAR), la Dra. Mónica Saldarriaga-Cordoba, (UBO/INCAR), el Dr. Matías Poblete-Morales (UNAB) y la Ingeniera Rute Irgang (INCAR) denota la importancia ecológica de este tipo de estudios.
De hecho, este tipo de estudios conlleva una gran cantidad de análisis, comúnmente denominados polifásicos. Esta bacteria se aisló desde sistemas de cultivo de agua dulce, que contenían smolts de salmón del Atlántico (Salmo salar) y que cursaba un brote de flavobacteriosis en mayo de 2015.
“Esta nueva bacteria no se aisló de la superficie del pez o de algún órgano con algún daño o signo clínico de un proceso infeccioso, por tanto, se podría indicar que la bacteria tiene otro nicho dentro del sistema de cultivo. Precisamente, al identificar con herramientas genómicas, la posición taxonómica de la nueva especie la agrupan con un porcentaje de identidad de 98,8% con la cepa tipo A2-1T de Flavobacterium ardleyense que se obtuvo del sedimento de una planta de tratamiento de aguas en China, mientras que el genoma la agrupó más cercana a Flavobacterium cheniae DSM 22462T recuperada también del suelo de un embalse eutroficado en China. Sin embargo, se requiere realizar estudios complementarios que demuestren la inocuidad de la cepa LB-N7T para peces cultivas, dado que el análisis bioinformático del genoma mostró la existencia de factores de virulencia en como: capacidad de adherirse, antifagocitosis, absorción de hierro, presencia de sistemas de secreción, toxinas, mecanismos de evasión al sistema inmune y la adaptación al estrés”, explicó el Dr. Avendaño-Herrera.
Una de las líneas de investigación que se realizan en el laboratorio liderado por el Dr. Avendaño-Herrera es la taxonomía microbiana, especialmente asociada a ambientes de agua dulce y cultivo de peces. En este contexto, durante estos años han descrito distintas especies bacterianas asociadas a brotes infecciosos de salmónidos cultivados, tal es el caso de Flavobacterium chilense, Flavobacterium araucanum, Flavobacterium salmonis, Chryseobacterium chaponense, Arthrobacter ulcerisalmonis, entre otros. “Algunos de ellos tienen potencial patogénico y se han reportado inclusive como agentes causantes de mortalidad en otras áreas geográficas. Esta información es muy relevante, dado que los microorganismos cumplen distintos roles en la comunidad microbiana y tener conocimiento de su presencia es un primer paso”, destaca el Investigador Principal del Centro y académico de la UNAB.
Sobre los nuevos desafíos que trae consigo el hallazgo, el Dr. Ruben Avendaño-Herrera, sostiene que “nuestra investigación dentro del Centro INCAR prioriza el estudio en F. psychrophilum, sin embargo, continuaremos explorando los componentes microbianos similares a este patógeno y que pueden interactuar para incrementar o inhibir su potencial patogénico. Cabe recordar que en el pasado reportamos que F. psychrophilum junto a un aislado de Flavobacterium-like, identificado posteriormente como Chryseobacterium piscicola, actúan sinérgicamente e incrementan su potencial patogénico. Por tanto, en el futuro profundizaremos en la confirmación de los postulados de Koch para descartar que esta nueva especie Flavobacterium psychraquaticum sea un patógeno de salmónidos, como también demostramos previamente con otras dos nuevas especies, Flavobacterium chilense y Flavobacterium spartansii.
Créditos fotografía principal: Dr. Ruben Avendaño-Herrera.