Los arrecifes artificiales se construyen con bases de concreto con un sistema de alimentación que atrae a especies marinas (El Mercurio de Valparaíso). Arrecifes artificiales que permiten albergar a especies...
Los arrecifes artificiales se construyen con bases de concreto con un sistema de alimentación que atrae a especies marinas (El Mercurio de Valparaíso).
Arrecifes artificiales que permiten albergar a especies marinas como locos, lapas, jaibas, algas y erizos, y a peces que habitan la zona, bilagay, pejegallo o cabrilla, optimizando así el uso de las zonas de manejo de la pesca artesanal.
Así se resume el proyecto en el que trabajan, en Quintay y Maitencillo, un grupo de expertos de la Facultad de Ciencias del Mar PUCV. La iniciativa busca fortalecer la competitividad de las caletas de pescadores artesanales de la Región de Valparaíso y abrir un nicho de desarrollo turístico para quienes viven en las zonas mencionadas.
María Isabel Toledo, ingeniera en pesca y académica de la Facultad de Ciencias del Mar y Geografía PUCV, y quien lidera el proyecto, explica que «la idea es extenderlo a otras caletas de la Región, porque es una iniciativa que tiene un importante componente de innovación. Es la primera zona que apoya el desarrollo de productos que crecen en el fondo del mar y en sus alrededores a través de los arrecifes, y apoyaremos de forma complementaria el desarrollo turístico como aporte para mejorar la competitividad de las caletas», explica.
Concreto submarino
El proyecto es financiado con recursos del Fondo de Desarrollo Regional para la Innovación y se extenderá hasta enero de 2020, fecha en que los pescadores ya tendrán en sus manos las herramientas y un modelo de negocio participativo para empezar a implementar su oferta turística en Quintay y Maitencillo.
En términos de la estructura del arrecife, la investigadora señala que se trata de una base de concreto con un sistema de alimentación que sirve para atraer el recurso. Ha sido creado por el mismo equipo de la PUCV para el sistema oceanográfico costero y «no produce daño al ecosistema, porque este tipo de tecnología, llamada AATN, permite que el arrecife se convierta en autosustentable y la cantidad de recursos se autocontrola con el alimento disponible».
Junto con realizar capacitaciones a los pescadores y entregar un manual de cómo construir y habilitar un arrecife, el proyecto contempla ofrecer visitas turísticas a los arrecifes. «Es una gran oportunidad para ellos. Están motivados con el proyecto y se está pensando en ofrecer servicios de buceo científico, de recreación y deporte. Aquí lo importante es que se optimizará el área de manejo del recurso de manera sostenible», señala.