La mayoría de los pozos de agua dulce para uso agrícola provienen de suministros de agua subterránea, pero el cambio climático ha provocado que en algunas zonas costeras de nuestro país, el agua de mar contamine esas fuentes debido a su alto grado de salinidad, la que es tóxica y dañina para el desarrollo vegetal.
El déficit hídrico que afecta actualmente a nuestro país es una consecuencia directa del cambio climático. Esta problemática se ha acentuado durante los últimos años y se proyecta que continúe avanzando, poniendo en riesgo no sólo la posibilidad de acceder al agua de la forma en que hoy en día estamos acostumbrados, sino que también la sostenibilidad de los cultivos que nos alimentan.
Bien lo saben las comunas que conforman la provincia de Petorca, en la región de Valparaíso, donde la disponibilidad de agua se ha vuelto compleja, incluso para el consumo humano. En esta zona del país, el 79,8% del agua dulce se destina a la agricultura, donde predominan los cultivos de palto, cítricos como limonero, mandarino y naranjo y frutos secos, como nogal y almendro. Respecto, al consumo humano, se destina un 12,4% del agua dulce de la zona a este propósito.
Debido a que los pozos de agua dulce para riego a menudo provienen de suministros de agua subterránea, la contaminación por agua salina representa una amenaza global, particularmente cerca de las costas, donde el agua de mar cercana altera las fuentes de agua dulce. Entre los problemas más comunes que se encuentran en el agua de riego están las altas salinidades y dureza interna del agua que son altamente tóxicas y dañinas para los cultivos.
Por esta razón el HUB Ambiental de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), en cooperación con el Gobierno Regional de Valparaíso, la Delegación Provincial de Petorca, la empresa de ingeniería Vigaflow y la comunidad de Agricultores de Pullally, de la comuna de Papudo, crearon el proyecto “Desalación para la Agricultura” con el objetivo de experimentar con agua desalada en cultivos propios de esta zona del país y otros que puedan adaptarse mejor a las nuevas condiciones de cambio climático.
“Nosotros hace 20 años empezamos con la producción de frutillas y a medida que avanzó el tiempo, nos dimos cuenta de que teníamos problemas con la producción y era porque el agua de nuestros pozos estaba salinizada. Con esta iniciativa hemos podido retomar cultivos como las frutillas, frambuesas y otros berries”, destaca el agricultor Jesús Basáez, de la comuna de Papudo.
Fuente alternativa de agua
En Chile, hoy existen 24 plantas desaladoras operando, con una capacidad de desalinización total de 7,8 m³/s. De ellos, el 83% se utiliza en operaciones mineras y el 17% en agua potable para consumo humano, pero hasta la fecha no se habían utilizado con fines agrícola.
El director del HUB Ambiental UPLA y coordinador de la iniciativa, Dr. Claudio Sáez, señala que: “Este proyecto es pionero en Chile y consiste en una planta desaladora modular móvil de osmosis inversa para riego agrícola, la que consigue eliminar del agua salada o salobre, los componentes nocivos para riego hortofrutícola, y para el proceso de alimentos en la industria agroalimentaria”.
El especialista además explicó que: “Utilizando equipamiento modular, esta iniciativa aplica a los cultivos distintas condiciones de agua desalada, comenzando con cinco litros por segundo. Esta acción la realiza en suelo abierto, hidropónico y de invernadero, tomando en cuenta buenas prácticas ambientales de reúso de salmueras. Además se está desarrollando mucho conocomiemto que servirá para las próximas generaciones “comentó.
“Durante los últimos años se ha demostrado que el agua desalada es apropiada para regar distintos cultivos. Sin embargo, solo el 2% de este tipo de agua en el mundo está destinada para la agricultura. España es un precursor en esta materia, y actualmente utiliza más del 21% de agua desalinizada para uso agrícola. Como ministerio creemos que esto es perfectamente replicable en Chile”, así lo aseguró el subsecretario de Agricultura, José Guajardo Reyes; al recorrer las instalaciones de esta planta modular en las Salinas de Pullally, en la comuna de Papudo.
La iniciativa, además, espera ampliar sus áreas de experimentación, innovar en sistemas de riego y seguir explorando distintas mezclas de agua desalada. Algunos de los cultivos con los que se ha experimentado son: lechugas, frutillas, quínoa, tomate y tunas.