Este ecosistema es considerado un “hotspot” (o punto caliente) de biodiversidad global, mientras que la Fundación Mission Blue la cataloga como “Hope Spot” (punto de esperanza)
Un grupo científico, liderado por el Dr. Víctor Aguilera de CEAZA, busca, por primera vez, registrar, analizar y dar a conocer información de la variabilidad temporal oceanográfica y dinámicas del plancton en la reserva; para así poder entender por qué algunas especies carismáticas frecuentan la reserva, mientras que otras deciden quedarse permanentemente.
La Reserva Nacional Pingüino de Humboldt es un ecosistema único sustentado por uno de los sistemas de surgencia menos conocidos de Chile. Localizada entre las regiones de Atacama y Coquimbo, está conformada por las islas Choros, Damas y Chañaral de Aceituno, y cuenta con especies endémicas como el pingüino de Humboldt o el delfín nariz de botella, además de animales migrantes como las ballenas.
Este ecosistema es considerado un “hotspot” (o punto caliente) de biodiversidad global, mientras que la Fundación Mission Blue la cataloga como “Hope Spot” (punto de esperanza). Sin embargo, se conoce muy poco sobre los procesos marinos y oceanográficos que permiten esta alta diversidad, información que resulta clave para los planes de manejo, la conservación y la gobernanza de la reserva.
Investigar la productividad y riqueza biológica
En este contexto, un equipo científico se encuentra levantando información de base para identificar variables y procesos oceanográficos determinantes de la productividad y riqueza biológica de este ecosistema. Al respecto, el investigador del Centro Científico CEAZA y líder del trabajo, Dr. Víctor Aguilera, explica que se busca monitorear diferentes parámetros oceanográficos, para lo cual se instalaron sensores de medición continua en las cercanías de Isla Chañaral de Aceituno, junto a la realización de campañas oceanográficas mensuales.
“Los sensores están acoplados a un anclaje cuya profundidad es de 130 m en medio del canal entre la caleta y la punta sur de la isla. El fondeo cuenta con tres puntos de monitoreo en la columna de agua a 10, 30 y 100 m de profundidad, con sensores de temperatura, oxígeno, salinidad y pH que entregan una lectura cada 30 minutos”, precisa el oceanógrafo.
En tanto, las campañas oceanográficas, consideran el despliegue de un instrumento llamado CTD o perfilador, el cual genera un perfil continuo de temperatura, salinidad, oxígeno, clorofila y pH desde la superficie hasta los 100 metros de profundidad. De esta forma, y mediante botellas oceanográficas, se colecta agua para medir variables como clorofila (o concentración de microalgas en el agua), oxígeno, pH, alcalinidad y salinidad. También se colecta plancton mediante redes para conducir experimentos de alimentación y reproducción.
Información para un manejo sostenible y conservación
El Dr. Aguilera explica que se ha iniciado un estudio que permitirá abordar y aportar información de la variabilidad temporal del sistema, a distintas escalas de tiempo: “desde la diaria, la escala sinóptica de la surgencia, o la escala interanual, donde procesos como El Niño pueden tener importantes efectos en la dinámica de la reserva. Con esta información se pretende apoyar la generación de líneas de base para el manejo sostenible y conservación de este verdadero patrimonio natural”, añade.
Cabe destacar que, tanto el monitoreo oceanográfico continuo como la información biológica de la composición y procesos del plancton, no han sido abordados previamente en la reserva. En este sentido, el investigador asegura que “a través de la investigación buscamos relevar la necesidad de comprender la dinámica oceanográfica de estos sistemas, y también, relevar el papel de las comunidades planctónicas en los servicios ecosistémicos que provee la reserva. Estos organismos son responsables de la productividad y diversidad de la reserva, aunque muchas veces pasan desapercibidas”.
De esta forma, y en el mediano plazo, se espera aportar también información de los ciclos anuales, considerando que actualmente no existen datos oceanográficos de larga data o series de tiempo, los cuales son vitales para entender comprensivamente la dinámica biológica y ecológica del Archipiélago de Humboldt, como, por ejemplo, conocer por qué algunas especies carismáticas frecuentan la reserva y algunas, incluso, deciden quedarse permanentemente.
Principales beneficiarios
Dentro de los beneficiarios directos de esta iniciativa, están las instituciones del Estado mandatadas a través del Decreto N°159 para levantar y generar los planes de administración, manejo y conservación para estas reservas marinas, como Sernapesca, Subpesca, Ministerio de Medio Ambiente y CONAF. Igualmente, la comunidad costera de Chañaral de Aceituno también se verá favorecida con información para brindar sustentabilidad a actividades como el turismo, la pesca, la gastronomía y la artesanía, entre otras.
Finalmente, cabe mencionar que esta investigación se encuentra sustentada por proyectos ANID, un proyecto Anillo (ECLIPSE) y uno de vinculación internacional (INRELOAD), donde participan investigadoras e investigadores de Estados Unidos, Perú, Eslovenia, Alemania y El Reino Unido, así como también de la Universidad de Concepción, la Universidad Católica del Norte y CEAZA.
En este sentido, y para dar continuidad al estudio, se está evaluando junto a autoridades, unidades estatales y territoriales vinculadas a la gobernanza de la reserva, alternativas que permitan proyectar en el tiempo y espacio el levantamiento de información, idealmente, en la forma de un programa más integral, que involucre de manera más cercana a las comunidades aledañas.