Si bien varios recursos muestran signos positivos, distintas especies de merluza que se capturan tanto en la zona centro y sur se mantienen agotadas o en sobreexplotación.
La ley dispone que Subpesca informe anualmente sobre la evolución de 27 recursos, sin perjuicio de que el reporte entregue antecedentes sobre un total de 44 pesquerías. En los hechos, el informe opera como un barómetro que refleja la condición en que se encuentran peces, moluscos, algas y crustáceos sobre los que opera el sector pesquero.
Al respecto, Verónica Ceballos Barrón, gerente de asuntos públicos de la Asociación de Industriales Pesqueros, ASIPES, explicó que en la macrozona centro sur de Chile, el 75% de las pesquerías en las que tienen participación las empresas socias del gremio se encuentran en plena explotación.
“Estamos muy comprometidos con el cuidado de los recursos, porque pesquerías sanas es riqueza para el país hoy y para el futuro, así como trabajo para miles de familias del sector artesanal e industrial”, señaló
“Hoy trabajan más de 6 mil 500 personas en la pesca industrial y más de la mitad de ellas son mujeres y jefas de hogar. Producto del buen estado de los recursos y el compromiso con sus colaboradores, ninguna empresa socia se ha acogido a la Ley de Protección del Empleo, por lo que nadie ha sido desvinculado producto de la emergencia sanitaria”, agregó.
Para Monserrat Jamett Leiva, jefa de sustentabilidad de ASIPES, el cambio de estatus favorable de la Anchoveta (V – X) es resaltable, pues es uno de los recursos pelágicos más importantes para la pesca artesanal del Biobío. Su biomasa total aumentó en un 41% con respecto al 2019, llegando a su valor más alto en los últimos 10 años. Esto le permitió alcanzar un estado de plena explotación”, agregando que, por otro lado, el jurel, principal pesquería industrial de la zona centro sur, que cuenta con certificación internacional de sostenibilidad, sigue mostrando una recuperación continua, con una tendencia creciente de su biomasa.
Recursos agotados
“La merluza común ha transitado siempre entre el agotamiento y la sobreexplotación desde que la autoridad empezó a publicar estos informes”, aseveró César Astete, Director de la Campaña de Pesquerías de Oceana Chile, quien comentó además que “a estas alturas el programa para recuperar esta especie ya debería estar elaborado y en implementación, pero desgraciadamente aún no hay avances sustantivos”.
«Si bien la ley establece que todas las pesquerías en estado de sobreexplotación y colapso deben tener un programa de recuperación, en la práctica ello no ha ocurrido por el lento avance de la Subpesca en el trabajo con los Comités de Manejo» señalan desde Oceana.
En ese sentido, desde Asipes señalan que “lamentablemente, la merluza común sigue encontrándose en estado de sobreexplotación, con algún riesgo de agotamiento. En los últimos años, esta pesquería ha mostrado leves signos de recuperación, pero en el crucero efectuado en agosto de 2020 se muestra una desaceleración de este proceso. Los objetivos de manejo no han sido suficientes para lograr la recuperación de este recurso, debido al alto nivel de pesca ilegal al que está sometido, principalmente en la región del Maule”
Como parte de las propuestas que la ONG Oceana ha planteado para la recuperación de la merluza común se encuentran la eliminación de la pesca de arrastre de fondo, la extensión de la veda a todo el periodo reproductivo de la especie, el manejo espacial que permita el resguardo de las zonas de reproducción y mejorar los sistemas de fiscalización para abordar la pesca ilegal. Además, propone generar un registro de comercializadores e intermediarios que permita saber quiénes componen la cadena de valor asociada a esta pesquería tan emblemática. Muchas de estas propuestas podrían ser abordadas en un programa de recuperación, medida que ha demostrado buenos resultados a nivel internacional.
Actualmente la Cámara de Diputadas y Diputados discute un proyecto donde se analiza la eliminación de la pesca de arrastre de fondo como método de captura por parte del sector industrial. “Esperamos que el Congreso avance en esta materia pues el estado de fragilidad de la merluza común es crítico y se necesitan señales claras» indicó Astete.