La empresa Viejo Lobo de Mar se ha anticipado a los nuevos requerimientos sobre recuperación de elementos náufragos en el fondo marino, tanto para la prospección como recuperación de ellos.
Desde hace ya varios años, especialistas en sonares y profesionales del área marítima vislumbraron la necesidad de aplicar sus conocimientos en la recuperación de elementos náufragos en acuicultura, mejorando las operaciones con el objetivo de colaborar a la sustentabilidad de la industria y el medioambiente.
Alfonso Rival -perteneciente al grupo de empresas familiares exportadoras de productos del mar por más de 30 años- inició una división de servicios acuícolas, comenzando el 2019 con una primera etapa dedicada a las exploraciones submarinas con sonares; y una segunda etapa enfocada en el arriendo de boyas oceanográficas, conforme a los futuros requerimiento de las leyes para finales de este 2021.
Actualmente la industria de las prospecciones y retiro de elementos náufragos en CES se realiza principalmente con R.O.V., estos suelen tener un campo visual muy reducido lo que significa un esfuerzo robusto en términos de tiempo y logística, siendo poco eficientes en la georreferenciación y generando incertidumbre en los resultados.
Frente a ello, la propuesta de Viejo Lobo de Mar para una óptima recuperación de elementos náufragos, es realizar una prospección inicial con tecnología sonar, donde es posible visualizar globalmente los elementos que hay en el fondo, contribuyendo así a una gestión más certera del proceso de recuperación. Adicionalmente, en la etapa final se realiza una nueva prospección con sonar, para confirmar que dicha labor se haya completado exitosamente.
“Por lo tanto, nuestros clientes tienen un respaldo de dichas labores entre cada ciclo de cultivo, cuidando así del medio ambiente para la sustentabilidad de la acuicultura”, señala Alfonso Rival, Gerente General de Viejo Lobo de Mar.
El servicio de la compañía no solo contempla identificar rápida, precisa y con gran resolución los elementos náufragos, sino también su posterior retiro. En ese sentido, ambos equipos se complementan con herramientas como el R.O.V. Seabotix LBV300, el GPS GNSS Atlas Link (con un margen de error del 10 Cm.) y el sistema USBL.
“USBL se trata de un sistema de posicionamiento acústico, con el cual se puede monitorear la posición y desplazamiento del R.O.V. hasta encontrar el elemento señalado en el sonar y guardar su ubicación”.
Viejo Lobo de Mar también incluye el procesamiento de los datos de sus sonares para una fácil comprensión por parte de sus clientes, apoyándose en computadores con software de gran capacidad, y un equipo profesional altamente calificado. Así, se entrega un informe dinámico con las coordenadas de los elementos encontrados, imágenes de la zona cubierta por el sonar, todo en diversos archivos como son KMZ, DWG, JPG y TIFF de alta resolución del mosaico generado con cada sonar para visualizar cada detalle.
Con esto, podemos ofrecer un servicio integral identificando, recuperando y respaldando el trabajo realizado, proponiendo ser la mejor alternativa para mantener un monitoreo constante del fondo marino con respecto a elementos náufragos.
Con cobertura desde la región de los Lagos hasta Magallanes, Viejo Lobo de Mar ya ha prestado sus servicios a algunas de las principales compañías salmonicultoras, ejecutando prospecciones de fondo marino en zonas de más de 30 hectáreas y 300 Mts. de profundidad.
Para realizar una prospección del fondo marino en zonas extensas, utilizan un sonar de barrido lateral (o remolcado) que genera una imagen de amplia cobertura, utilizando frecuencias simultáneas de 600 KHz y 1200 KHz.
“Se trata de un equipo único en el mercado y que permite combinar baja con alta frecuencia, optimizando los tiempos en cada barrido. La frecuencia de 600 KHz posee una cobertura de 280 metros con resolución de 10 cm y la frecuencia de 1200 KHz posee una cobertura de 90 metros con una resolución de 7,5 cm. Esto se traduce en poder identificar pequeños objetos como barandas u otros elementos”, detalló Rival.
En tanto, para trabajar en zonas más complejas, como debajo de las balsas-jaulas en los centros de cultivo, poseen un sonar de barrido mecánico en 360°, que mediante un trípode es colocado en el fondo marino. Este sonar opera con dos frecuencias: una de 675 KHz, cubriendo un radio de hasta 100 metros; y otra de 935 KHz, cubriendo un radio de 40 metros. Ambos sonares y USBL utilizan GPS de alta precisión GNSS Atlas Link (con un margen de error del 10 Cm.)