Se calcula que desde la revolución industrial, más del 30% de las emisiones humanas de CO2 han sido capturadas por los océanos.
Prensa nacional recogió estudio liderado por el investigador del Instituto Milenio en Socio-Ecología Costera (SECOS), Instituto Milenio de Oceanografía (IMO Chile) y académico de la Universidad de Concepción, Cristián Vargas.
Se calcula que desde la revolución industrial, más del 30% de las emisiones humanas de CO2 han sido capturadas por los océanos. Esto, ha tenido como consecuencia el descenso en el grado de acidez, o pH del agua de mar, fenómeno conocido como la Acidificación del Océano.
La acidificación tiene diversas consecuencias para la vida marina, como, por ejemplo, una mayor dificultad para que los organismos construyan sus estructuras y conchas, como es el caso de los corales o el de las conchas de moluscos.
De esta forma, choritos, ostiones y almejas se ven afectados, entre muchos otros. Pero además, peces y crustáceos también pueden tener mermas tanto en su crecimiento y desarrollo, como en su abundancia y supervivencia.
Esta investigación, en la que participaron diversos investigadores del SECOS, realiza un metaanálisis de los experimentos de acidificación realizados en todo el mundo, junto con una recopilación y análisis de la información de los niveles de pH y CO2 en la zona costera.
Así, el trabajo titulado «Upper environmental pCO2 drives sensitivity to ocean acidification in marine invertebrates», postula que los impactos de la acidificación en los océanos podrían estar siendo subestimados.
Los investigadores demostraron que poblaciones de organismos marinos que habitan ambientes costeros, ya se encuentran expuestos y adaptados a bajos niveles de pH de forma natural, lo que hace que muchos trabajos concluyan que la acidificación no tiene un mayor impacto en ellas.