El producto fue desarrollado por los estudiantes Gabriel Abarca, Diego Alfaro, Karen Alvarado, Constanza Ubilla y Fernanda Veloz. Es bajo en grasas y azúcares e incluye cochayuyo molido, yogures, frutas...
El producto fue desarrollado por los estudiantes Gabriel Abarca, Diego Alfaro, Karen Alvarado, Constanza Ubilla y Fernanda Veloz. Es bajo en grasas y azúcares e incluye cochayuyo molido, yogures, frutas y stevia. Será postulado para la tramitación de una patente (La Nación.cl).
El cochayuyo, ese tradicional alimento que no podía faltar en la cocina de las abuelitas, fue utilizado por un grupo de estudiantes de tercer año de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad Católica para elaborar un helado.
La propuesta, que incluye cochayuyo molido, yogures, frutas y stevia, forma parte de los desafíos universitarios por desarrollar productos saludables, naturales y atractivos para el mercado chileno. El producto será postulado para la tramitación de una patente.
El trabajo fue desarrollado por los estudiantes Gabriel Abarca, Diego Alfaro, Karen Alvarado, Constanza Ubilla y Fernanda Veloz.
Sebastián Tobar, chef y docente de Nutrición y Dietética UC, y uno de los tutores del proyecto, dice que “dentro de las algas, una de las más consumidas y asequible en Chile es el cochayuyo, razón que los motivó a generar un helado con este noble alimento, conservando el desafío de hacerlo nutricionalmente atractivo como producto e imperceptible en la degustación”.
La particularidad de este helado es que bajo en grasas y azúcares y para su elaboración requirió de un acucioso trabajo. Los estudiantes, con el objetivo de disminuir la granulometría del alga molida debieron realizar pruebas de emulsión con el alga en seco y con mezcla humectada. El producto final incluye cochayuyo molido combinado con yogures, plátano o frutilla, endulzante y emulsionante.
Uno de los principales desafíos fue lograr disminuir la salinidad propia del alimento tras un proceso de lavado y molienda fina. El aporte de grasa y el efecto de cremosidad se logró mezclando yogures en reemplazo de cremas, de modo de procurar un resultado saludable y sabroso. El sabor fue logrado al combinarlo con frutas naturales y stevia.
Tobar señala que existe una carga negativa acerca del cochayuyo, al igual que otras como el ulte y luche; y este prejuicio implica que su consumo es básicamente en la adultez y no forma parte de la dieta familiar.
“Creo que falta creatividad a la hora de la preparación, ello considerando que la textura parece algo chiclosa al paladar, pero combinada con otros alimentos, condimentos y una debida cocción, el resultado es supremo”, añade Tobar.