Productores de choritos participaron de esta experiencia, que tuvo una inversión total de casi 300 millones de pesos, con un aporte de 82 millones de Corfo y 67 millones de...
Productores de choritos participaron de esta experiencia, que tuvo una inversión total de casi 300 millones de pesos, con un aporte de 82 millones de Corfo y 67 millones de St. Andrews, más un apalancamiento de recursos de otros instrumentos del Estado, que alcanzó los 145 millones de pesos (Mundo Acuícola).
Después de tres años de trabajo se dio por finalizado el Programa de Desarrollo de Proveedores (PDP) impartido por la empresa St. Andrews, con el apoyo de Corfo, a los proveedores de la industria del mejillón de las localidades de Curanue y Queilen.
El objetivo del PDP consiste en capacitar a los proveedores para subir tanto el nivel técnico como económico de una agrupación en un territorio específico y que forman parte de una cadena productiva. Es así como 52 productores participaron de esta experiencia, que tuvo una inversión total de casi 300 millones de pesos, con un aporte de 82 millones de Corfo y 67 millones de St. Andrews, más un apalancamiento de recursos de otros instrumentos del Estado, que alcanzó los 145 millones de pesos.
Entre las capacidades adquiridas están el poder afrontar auditorías externas de estándares de inocuidad alimentaria y buenas prácticas de acuicultura, especialmente en BRC, IFS y ASC. Sumado al aprendizaje de conceptos básicos de economía de empresas y administración, con los cuales están capacitados para calcular costos y beneficios y poseer manejo informático de control productivo y del nuevo sistema de Sernapesca, entre otros.
Además, ahora son capaces de manejar la trazabilidad de su producto, acogieron y practicaron el concepto de asociatividad y mejoraron los procesos para ser sostenibles y mejorar sus índices productivos.
Proveedores
El representante de los proveedores participantes en el PDP de Curanue, Lucio Avendaño, valoró la iniciativa señalando que “es una buena idea y hay que avanzar, y para eso estuvimos desde marzo del 2016 en este proyecto, tuvimos altos y bajos, con charlas de capacitación donde llegaron dos o tres personas pero ahí estuvimos presentes y nos fortaleció mucho”.
Además, recalcó que “aprendimos harto, sobre el medio ambiente, la producción, como entregar nuestro producto con una mejor calidad y también a formar un grupo que es como una familia porque estamos siempre unidos. Empezamos con 30 mil kilos, que eran 3 camiones de choritos, y hoy estamos entregando 1200 toneladas anuales”.
Agregando que también fueron capacitados en cuanto a trazabilidad, Ley de Mitílidos, normativa general que atañe al sector, y las exigencias de las plantas y el mercado para alcanzar los más altos estándares de calidad: “Ojalá sea acá en Curanue, en el Estero de Huildad, donde se entregue el mejor producto que las plantas necesitan, porque no solo puede ser St. Andrews, pueden ser otras empresas que sepan que acá hay un grupo formalizado, que tiene todas las características para negociar con ellos”, enfatizó Avendaño.
Por su parte, René Vera, representante de los proveedores de Queilen, indicó que los dos años que duró el programa en su sector fueron una grata experiencia, la que les permitió ver como producir más y mejor a futuro, dándose cuenta de las falencias que tenían en los procesos productivos, sobre todo en documentación, resaltando que temas como la trazabilidad no se estaban llevando como corresponde y que ahora sí lo estaban haciendo de manera ordenada. Asimismo, Vera sumó que “los productores de Queilen son bastante antiguos, aquí se producen hace mucho rato mitílidos, y costaba un poco meter este tema que se viene, que es la normativa, que tenemos que hacerla, que tenemos que cumplirla, pero la gente se dio cuenta que es mejor estar un poco más ordenados, tener todo a la vista”.
Capacitadores
En los tres años de PDP en Curanue se les ha dotado de una plataforma completamente equipada, que ya está cosechando, y de 667 boyas, manteniendo sólo 20 aún de plumavit. A lo que se le suma otro logro importante, que más del 90’% de los proveedores dejó de cosechar en mallas, lo que reduce el impacto de la industria en el Medio Ambiente. En tanto, en estos dos años de programa en Queilen se les ha logrado dotar de una plataforma sin equipos, los que se instalarán prontamente, y de 600 boyas con lo que la erradicación del plumavit en sus cultivos está completamente lograda.
Eduardo Ferrari, gerente de Operaciones de St. Andrews, indicó que están “felices y orgullosos de poder concluir esto. Quedan muchas cosas por hacer pero se han logrado los objetivos iniciales que eran tecnificar, sobre todo en la cosecha; meterlos en el mundo de las auditorias, y hoy están capacitados en BRC, IFS y ASC” añadiendo que “ojalá pueda haber una segunda etapa más adelante, para poder retomar algunas otras cosas”.
En tanto, Hugo Escobar, ejecutivo de negocios de Corfo de la Dirección Regional Puerto Montt, señaló que la experiencia vivida en estos sectores y relacionada con St. Andrews, es “tremendamente relevante porque primero que nada están amparados en un programa estratégico; segundo, en un territorio que queremos darle mucho más sentido, más valor y más pertenencia, porque son ellos los que tienen hoy las herramientas para empezar a mejorar en su negocio, para empoderarse, porque forman parte de una cadena productiva y son tremendamente relevantes, no son más ni son menos, son parte de la cadena” finalizó.