Las iniciativas favorecidas se vinculan con los ámbitos de infraestructura, equipamiento, capacitación, asistencia técnica y promoción de caletas e incentivo de consumo de recursos pesqueros (Mundo Acuícola-Subpesca). Con el objetivo...
Las iniciativas favorecidas se vinculan con los ámbitos de infraestructura, equipamiento, capacitación, asistencia técnica y promoción de caletas e incentivo de consumo de recursos pesqueros (Mundo Acuícola-Subpesca).
Con el objetivo de promover los principios de agregación de valor y diversificación productiva, el Fondo de Administración Pesquero (FAP) de Subpesca destinó $552 millones a organizaciones artesanales de la Región del Biobío.
Los recursos, que serán entregados próximamente a las entidades favorecidas, derivan del concurso «Programa transferencia para la gestión y fomento productivo en pesca artesanal», una de las líneas de financiamiento con que el FAP apoya a quienes se desempeñan en el rubro. (Ver aquí los resultados del certamen)
En esta versión del concurso, distintas agrupaciones del Biobío presentaron un total de 115 proyectos enfocados en el fomento productivo. De ellos, 42 resultaron seleccionados, al obtener máxima calificación, de acuerdo con las bases correspondientes.
Las iniciativas favorecidas se vinculan con los ámbitos de infraestructura, equipamiento, capacitación, asistencia técnica y promoción de caletas e incentivo de consumo de recursos pesqueros.
La agregación de valor y la diversificación productiva -premisas con que se alinea el concurso- darán pie a la pesca artesanal para proyectarse de manera segura hacia el futuro, según ha planteado el subsecretario de Pesca y Acuicultura, Eduardo Riquelme, a partir de orientaciones del ministro de Economía, José Ramón Valente.
El primer principio se materializa cuando el pescador manufactura en alguna medida los recursos que extrae del mar. Al hacerlo, queda más «cerca» del consumidor final y obtiene mayores ganancias, pues disminuye el número de intermediarios en la cadena.
A través de la diversificación productiva, en tanto, quienes trabajan en el sector artesanal tienen la posibilidad de mejorar sus ingresos y calidad de vida, al incursionar en una actividad distinta de la mera extracción de recursos marinos, sin cambiar ni dejar de lado su forma de vida tradicional.