En la revisión del estado de la Acuicultura para Latinoamérica contribuyeron 3 expertos chilenos: Dra. Doris Soto, Carlos Wurmann y Ricardo Norambuena.
Si bien la pandemia retrasó en casi dos años la publicación de este informe, sin embargo es la información global mas completa y abierta contribuyendo así a la democratización de la ciencia y el conocimiento.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) publicó las Revisiones Globales y Regionales del Estado de la Acuicultura para el 2020, en las que participó la Investigadora Principal del Programa Integrativo del Centro INCAR, Dra. Doris Soto. La experta en ecología contribuyó, junto al experto en Acuicultura de Chile y Latinoamérica, Carlos Wurmann y al Director de Divulgación y Transferencia del Centro COPAS Sur-Austral, Ricardo Norambuena, a la Revisión del Estado de la Acuicultura para Latinoamérica y El Caribe (LAC), en el que se describe el desarrollo de la industria acuícola con énfasis en el periodo 2015-2020.
Es importante destacar que la información productiva que se utiliza sobre el sector se basa en los datos que proveen los países miembros para el periodo 2013 al 2018 puesto que el proceso de reunir y pulir la información le toma a FAO aproximadamente 2 años.
Los documentos tienen como objetivo proporcionar una perspectiva integral y confiable, durante los últimos 5 años, del estado y las tendencias de la acuicultura en las principales regiones del mundo y a nivel mundial, enfatizando los éxitos y desafíos más significativos, destacando las tendencias futuras y considerando escenarios probables.
La revisión para LAC indica que en el 2018, la producción acuícola ascendió a un estimado de 3,1 millones de toneladas de productos acuáticos (excluidas las algas marinas) por un valor de USD 17.200 millones. Este sector alimentario está muy concentrado en pocos países con la producción combinada de Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y México representando más del 85% de la producción regional total. Asimismo, las especies como el Salmón del Atlántico, trucha arcoíris, tilapia, el camarón patiblanco y el mejillón chileno contribuyeron colectivamente con el 80,4 por ciento y el 85,9 por ciento de la producción regional por volumen y valor, respectivamente.
El texto además contiene una reflexión sobre el aporte que realiza la acuicultura a las Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, de las Naciones Unidas. En el caso chileno la acuicultura contribuye de manera significativa al logro de los ODS 1 y 8 (reducción de la pobreza, trabajo decente y empleo femenino), pero tiene importantes desafíos en áreas como seguridad alimentaria (ODS 2), pues la mayor parte de la producción de Mejillón Chileno y de Salmón, se exporta, y por los desafíos ambientales que el sector enfrenta para la vida submarina (ODS 14).
“La industria requiere en general mejorar la gobernanza, la adopción a todos los niveles de tecnologías apropiadas y mejores prácticas, y esfuerzos renovados para garantizar la sostenibilidad ambiental y la aceptación social, así como como la competitividad y la previsión para hacer frente a los cambios climáticos y de mercado. Las recomendaciones claves se centran en las mejoras relacionadas con la gobernanza destacando la necesidad de sólidos planes de desarrollo sectorial, políticas de apoyo, normas y reglamentos. Una mayor cooperación técnica entre los países de la región es clave para fomentar la inversión y ayudar América Latina y el Caribe a ganar una posición sólida entre los productores mundiales de proteína marina”, sugieren los autores.
Cada revisión regional y la síntesis global contienen nueve capítulos: “Contexto social y económico”; “Características generales del sector”; “Recursos, servicios y tecnologías”; “Acuicultura e integridad ambiental”; “Mercados y comercio”; “Contribución de la acuicultura a la seguridad alimentaria y al desarrollo social y económico”; “Presiones externas sobre el sector (incluyendo cambio climático)”; Gobernanza y gestión del sector”, y “Contribución de la acuicultura a los objetivos estratégicos de la FAO incluyendo los ODS”.
Las Revisiones Globales y Regionales del Estado de la Acuicultura pueden ser de utilidad para los gobiernos nacionales, las organizaciones regionales, los encargados de formular políticas, los acuicultores, los inversores, las organizaciones de la sociedad civil, las instituciones de investigación y capacitación y el público en general.