Actividad tuvo una nutrida participación entre los asistentes al encuentro realizado el 27 de mayo, en Iquique (Mundo Acuícola). En el contexto del XXXIX Congreso de Ciencias del Mar, el...
Actividad tuvo una nutrida participación entre los asistentes al encuentro realizado el 27 de mayo, en Iquique (Mundo Acuícola).
En el contexto del XXXIX Congreso de Ciencias del Mar, el Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola, INCAR, organizó el simposio “Desafíos de investigación y gestión para una acuicultura compatible con la conservación del ecosistema marino”, el que tuvo una nutrida participación entre los asistentes al encuentro realizado el 27 de mayo, en Iquique.
El simposio contó con la participación de una importante delegación del Centro INCAR, encabezada por el Director del Centro e Investigador Principal de la línea “Sustentabilidad Ambiental”, Dr. Renato Quiñones; el Subdirector e Investigador Principal de la línea “Genómica Acuícola”, Dr. Cristian Gallardo; el Investigador Principal de la línea “Salud Animal en estados de vida de agua dulce de salmónidos”, Dr. Rubén Avendaño-Herrera, y la Investigadora Principal del Programa Integrativo, Dra. Doris Soto. Además, como investigadores invitados estuvieron presentes el junto al Dr. Sergio Neira, del Centro COPAS SUR-Austral; la Dra. Maritza Sepúlveda, del Centro INVASAL; la Dra. Sandra Marín, del Instituto de Acuicultura de la Universidad Austral de Chile, y Cristina Torres de la WWF Chile.
“El objetivo del simposio fue presentar avances y brechas en investigación para una acuicultura más sustentable, en particular para la salmonicultura donde se ha concentrado la percepción de impactos y la investigación. Durante el evento se discutieron los impactos evaluados y potencial en relación con el control de enfermedades, parásitos, escapes de salmones, aportes de nutrientes y materia orgánica, interacciones con mamíferos marinos, efectos ambientales generales y sinérgicos y el papel de la certificación”, explicó la Dra. Doris Soto, quien estuvo a cargo de la actividad.
La jornada comenzó con la Investigadora del Programa Integrativo del INCAR, Dra. Doris Soto, quien enfatizó que toda actividad productiva (sector alimentario y otros) tiene impactos ambientales. Desde la perspectiva del estado solo tendría sentido permitir desarrollos productivos que no causen pérdidas permanentes de servicios ecosistémicos y biodiversidad y que los beneficios sociales (equitativamente compartidos) contrarrestan significativamente las externalidades.
La Dra. Soto enfatizó también la necesidad de evaluar los impactos de la salmonicultura a nivel ecosistémico “ya que todas las evaluaciones, investigación y monitoreo se ha centrado en el entorno inmediato de los centros de cultivo mientras que se desconocen los impactos a mayor escala y por lo tanto no es posible establecer si su efecto es significativo”, añadió.
Las presentaciones sobre control de enfermedades infecciosas (Dr. Rubén Avendaño-Herrera) y de parásitos como caligus (Cristian Gallardo-Escárate) dejaron en claro el alto nivel y calidad de la investigación que se realiza en Chile incluyendo herramientas moleculares, generación de cepas apropiadas, ensayos de vacunas etc.
Por medio de su exposición el Dr. Avendaño-Herrera mostró que el uso de antibióticos, aun mucho mayor que en Noruega, responde al hecho de lidiar con una bacteria intracelular que no es de fácil manejo pero existen grandes avances en el control incluyendo desde la fase de agua dulce.
En tanto, el subdirector del Centro INCAR, Dr. Cristian Gallardo-Escárate, dio a conocer los potenciales avances en vacunas para controlar el Caligus y como se aborda el control de enfermedades y parásitos para minimizar los impactos ambientales de sus tratamientos.
Dos presentaciones que abordan efectos más bien ecosistémicos de la actividad salmonera fueron aquellas que se refieren a escapes de salmones e interacciones con la fauna silvestre incluyendo mamíferos y aves.
La presentación del Dr. Sergio Neira fue sobre un modelo para predecir potenciales impactos de los salmones escapados, quien mostró las complejas tramas tróficas en las cuales se podrían insertar los salmones escapados en los mares interiores considerando también la presencia de especies que ya estarían asilvestradas como la trucha café y el salmón Chinook y generando impactos directos e indirectos. De las discusiones con el público se planteó la necesidad de agregar a estos modelos la pesca artesanal que tiene una alta presión sobre los escapados y también el efecto de los lobos.
Este último tema lo retomó la presentación de Maritza Sepúlveda (INVASAL, Universidad de Valparaíso) quien destacó el avance en los estudios de poblaciones de lobos describiendo su reciente incremento y como estos podrían ser beneficiados por la presencia de la salmonicultura, recalcando que los datos no son aún concluyentes.
La presentación también describió interacciones de la acuicultura con aves y otros mamíferos marinos destacando también la necesidad de estudiar más en profundidad los efectos e interacciones que se producen por los escapes de salmones incluyendo la pesca artesanal.
La Dra. Sandra Marín de la Universidad Austral de Chile describió una amplia base de datos sobre indicadores de estado ambiental de comunidades en sedimentos blandos donde se relaciona el indicador AMBI y otros con los parámetros exigidos por el RAMA. La Dra. Marín destacó la utilidad y efectividad de este indicador que no está incluido en la normativa, insistiendo además en la necesidad que futuros estudios aborden impactos de la salmonicultura sobre funciones ecosistémicas de manera de evaluar si los efectos de esta actividad productiva trascienden a la escala de ecosistema.
Cristina Torres, de la WWF Chile presentó una mirada diferente con una perspectiva más desde lo socioeconómico para describir el proceso de certificación del “Aquaculture Stewardship Council” (ASC) que se generó en un proceso participativo conocido en este caso como “diálogos del salmón” que permiten mejorar el desempeño ambiental de la producción.
La profesional destacó que “aun cuando esto ha contribuido a la implementación de buenas prácticas, existe una brecha relacionada a la medición de los impactos generados”, insistiendo también en la necesidad de avanzar en la evaluación de impactos a nivel ecosistémico y no a nivel de centro, como ocurre actualmente.
Finalmente, Renato Quiñones, director de INCAR, realizó un análisis exhaustivo sobre lo que se sabe y lo que no se sabe sobre los impactos ambientales de la salmonicultura.
En particular, el Dr. Quiñones recalcó la necesidad de entender la combinación y o diferenciación de impactos, incluyendo los efectos de los antibióticos y otros químicos y nutrientes que se generan a partir de las aguas servidas que se vierten al mar interior.
Finalmente, también enfatizó la necesidad de estimar la capacidad de carga de los ecosistemas, y el impacto de la salmonicultura más allá de los centros individuales, necesidad urgente en Magallanes donde la presencia de la industria es aún incipiente y donde tenemos la oportunidad de conocer una situación antes y después del establecimiento de la actividad.
El panel final con el incentivo de las preguntas y comentarios del público, redondeó algunos de los temas más relevantes y se reiteraron algunas recomendaciones.
Se destacó como consenso la necesidad de conocer los impactos de la salmonicultura a nivel de ecosistema considerando también la presencia de otras actividades y permitiendo evaluar efectos sobre la productividad de peces, tramas tróficas incluyendo las poblaciones de lobos.
Se estimó también como importante entender los efectos de las enfermedades y su control a nivel de ecosistema. El Simposio destacó también la necesidad de mayor coordinación e integración de la información que generan diversas instituciones, ello podría contribuir a un mejor manejo integrado de la actividad y podría también ayudar a informar a la sociedad con datos más objetivos sobre los potenciales impactos y formas de mitigarlos. “Sin duda el simposio fue una buena oportunidad de discutir el avance de la investigación relevante en Chile y para fomentar colaboración entre diversos centros de investigación e instituciones que abordan el desempeño ambiental de la acuicultura”, concluyó la Dra. Doris Soto.