Articulo publicado por la Dra. Paola Andrade, como parte de su investigación postodoctoral ANID, cuyo investigador patrocinante fue el Dr. Ángel Urzúa de la Facultad de Ciencias de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC).
“Ingestión de toxina paralizante de moluscos en el gastrópodo carnívoro (Chorus giganteus): efectos en su composición elemental y características reproductivas”, es el nombre del artículo publicado por la Dra. Paola Andrade, como parte de su investigación postodoctoral ANID, cuyo investigador patrocinante fue el Dr. Ángel Urzúa de la Facultad de Ciencias de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC). El estudio fue publicado en la revista Marine Environmental Research.
El objetivo de la investigación fue identificar el efecto de estas toxinas marinas sobre aspectos bioenergéticos y reproductivos del caracol Trumulco, cuando se alimenta de presas contaminadas con VPM. Esta toxina paralizante es producida por el dinoflagelado Alexandrium catenella, responsable de generar lo que popularmente se conoce como marea roja. “Decidimos trabajar con el caracol Trumulco ya que es una especie de importancia económica y que se distribuye en gran parte de la costa de Chile. Además, conocer su respuesta desde el punto de vista fisiológico, es importante para poder tomar decisiones respecto del manejo del recurso, frente a la presencia de una marea roja, sobre todo en zonas que no presentan registros previos de estos eventos”, comentó la Dra. Andrade.
Otro aspecto interesante del estudio, es que se evaluó cómo la toxina es capaz de transferirse a través de la cadena trófica, mediante vectores. Esto quiere decir que el caracol no consume directamente la microalga y que la adquiere a través del consumo o ingestión de moluscos filtradores. “El caracol es carnívoro, por ende, se puede alimentar de choritos u otro bivalvo filtrador, previamente contaminados con la toxina”, explicó.
En este trabajo se midió el contenido energético de los caracoles, a partir del contenido de carbono (análisis elemental) y características reproductivas, como la fecundidad y eclosión de las larvas del caracol Trumulco.
Resultados
Los caracoles alimentados con una dieta toxica, compuesta por bivalvos contaminados con VPM, disminuyeron su contenido de energía y aumentaron su fecundidad, en comparación con los caracoles del grupo control, alimentados con presas no toxicas.
“La literatura en general, nos indica que hay un efecto negativo de la ingesta de microalgas toxicas en diversos moluscos, causando, entre otras cosas, una disminución en la fecundidad. Pero en este caso pasó lo contrario, en aquellos caracoles con bajos niveles de VPM aumentó la fecundidad, lo que podría ser analizado como una respuesta del caracol frente al estrés inducido por la toxina. Esto se relaciona también, con un mayor gasto energético debido a una redirección de sus reservas hacia la producción de huevos”, complementó.
Sin embargo, en aquellos acuarios donde se cuantificó la mayor cantidad de toxinas en los caracoles, no hubo reproducción. “Cuando la acumulación de toxinas fue demasiada alta, es probable que se haya producido una inhibición del proceso reproductivo, de forma similar a lo registrado en otros moluscos”, explicó.
En Chile, existen floraciones algales nocivas frecuentes, cuya distribución ha ido en aumento desde los primeros registros realizados en la zona sur-austral del país. También, se debe considerar el cambio climático a nivel oceanográfico como un potencial factor para la aceleración de esta distribución. “Por eso es importante conocer de qué forma estas microalgas nocivas pueden tener un efecto en los recursos, sobre todo si tienen importancia ecológica y económica”, finalizó la Dra. Andrade.