Investigación revela la presencia de Anisakis pegreffii en merluza y jibia, abriendo camino a futuros estudios epidemiológicos.
“Morfometría y diagnóstico molecular de larvas de Anisakis (Nematoda: Ascaridida) en Merluccius gayi (Chordata: Gadiformes) y Dosidicus gigas (Mollusca: Teuthida) en la región del Biobío, Chile”, es el título de la investigación de la Dra. Luisana Lugo. El estudio fue publicado en la Revista de Biología Marina y Oceanografía de la Universidad de Valparaíso.
Esta investigación se desarrolló en el marco del Doctorado en Ciencias con mención en Biodiversidad y Biorecursos (DCBB) de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC). El estudio contó con la colaboración del Dr. Iván Vera, Dr. Mario George- Nascimento, Dr. Antonio Brante y la Dra. Maribet Gamboa, quien además fue la tutora de tesis.
La idea del estudio fue realizar un diagnóstico a nivel de especie de las larvas de Anisakis en Chile, presentes en hospedadores intermediarios de importancia comercial, como lo son la merluza común y la jibia. “Anisakis es un parásito nematodo que se desarrolla en los ecosistemas marinos y se transmite de hospedador a hospedador a través de la red trófica”, contextualizó la Dra. Lugo.
El objetivo del estudio fue realizar una identificación molecular de larvas de Anisakis ante la problemática de que en Chile, no han sido descritos a nivel de especie. La idea nació a partir de los seminarios realizados durante sus estudios de doctorado. Las muestras fueron obtenidas desde el mercado pesquero de Talcahuano y del Puerto de San Vicente. Para ello, se recolectaron las larvas desde la cavidad abdominal tanto de la merluza común como de la jibia.
Desde el punto de vista de la morfometría, se realizó una caracterización a través del ventrículo, esófago y largo total de las larvas. “Las larvas extraídas de jibia fueron ligeramente de mayor longitud con respecto a las extraídas en la merluza común”, agregó.
Resultados
Desde el punto de vista molecular, el estudio identificó solamente una especie presente en ambos hospedadores analizados que es Anisakis pegreffii. “A nivel morfométrico, nos dimos cuenta que las larvas extraídas de jibias eran un poco más largas en comparación con las de merluza. Esto es posiblemente por el nivel trófico y el tiempo del desarrollo de la larva cuando es consumida por la jibia”, explicó.
Respecto a la importancia de la temática, la Dra. Luisana Lugo destacó en la generación de conocimiento de la biología de las larvas. “Durante décadas estas larvas eran identificadas solamente a nivel de género, pero escasos estudios habían logrado la identificación a nivel de especie. En nuestra investigación, detectamos a través de marcadores moleculares la presencia de Anisakis pegreffii, una especie patógena. Es decir, puede generar una zoonosis que va desde obstrucción intestinal, malestar gástrico y hasta urticaria”, complementó.
Otro punto importante a destacar es que la merluza común es altamente consumida por la población. “De este modo, se logra identificar una especie patógena en uno de los pescados que son altamente consumidos por la población. Esto abre puertas para estudios epidemiológicos futuros”, finalizó.