En el segundo semestre del 2019, Fundación Chile produjo en sus laboratorios de ambiente controlado más de 200 millones de larvas competentes de ostión del norte, las que fueron fijadas...
En el segundo semestre del 2019, Fundación Chile produjo en sus laboratorios de ambiente controlado más de 200 millones de larvas competentes de ostión del norte, las que fueron fijadas en forma remota en instalaciones del Liceo Técnico Carmen Rodríguez de Tongoy (Mundo Acuícola).
Como resultado de las actividades prácticas de acuicultura en el Liceo Técnico Carmen Rodríguez de Tongoy, 40 estudiantes lograron producir 1.500 bolsas colectoras con post larvas de ostión, las que luego fueron trasladadas a los centros de cultivo en el mar de la Cooperativa M31.
Se trata de un hito para un establecimiento educacional, el que se obtuvo en el marco del proyecto impulsado por AquaPacífico y cofinanciado por Corfo. Como consecuencia indirecta, aumentaron las matrículas y la asistencia en el liceo.
“Los estudiantes estaban tan entusiasmados con esta actividad que algunos venían a trabajar en horarios que no les correspondía. Hasta teníamos que llamarles la atención para que se fueran a sus clases”, relata Óscar Leiva, docente de la especialidad de Acuicultura en el Liceo Técnico Carmen Rodríguez Henríquez. Su experiencia da cuenta de la motivación de los alumnos frente al proyecto que busca validar un modelo socio-productivo para el cultivo del ostión del norte, que tiene como beneficiarios principales a la comunidad educacional y a los acuicultores a pequeña escala de Tongoy.
A través de este modelo propuesto por AquaPacífico, los estudiantes se capacitan en acuicultura, principal actividad productiva de la bahía de Tongoy; los pequeños cultivadores se abastecen de semillas de ostión, un recurso fundamental para los productores, mientras el Centro Acuícola Tongoy de Fundación Chile actúa como proveedor de las larvas.
Durante el segundo semestre del 2019, Fundación Chile produjo en sus laboratorios de ambiente controlado más de 200 millones de larvas competentes de ostión del norte, las que fueron fijadas en forma remota en instalaciones del liceo. “Este es un hecho histórico, ya que es primera vez que se realiza una actividad productiva en conjunto con los estudiantes. Los alumnos fueron responsables de la producción a gran escala de microalgas y del manejo de los cultivos post larvales de ostiones, hasta que alcanzaron una talla cercana a las 700 micras de longitud valvar”, destaca Daniel Arriagada, director del proyecto.
Desde el 2006 se imparte la especialidad de Acuicultura en el liceo, con el objetivo de brindar a los alumnos una preparación técnico-profesional acorde al polo productivo de la localidad. Según el profesor Óscar Leiva, “aunque siempre buscamos los recursos para poder realizar un trabajo en el hatchery y hacer actividades acuícolas, ahora con este proyecto logramos una producción de gran escala, a niveles de una empresa y pasando por todas las etapas, por lo que pudimos traspasar un conocimiento integral a los estudiantes”.
40 estudiantes, de tercero y cuarto medio, fueron los que participaron del proyecto. Sin embargo, es la comunidad educacional completa la que indirectamente se ha visto beneficiada, al constatarse un incremento tanto en las matrículas como en la asistencia. “Esto ha sido positivo para todos. Para alumnos y profesores”, sostiene el docente.
Ejemplo educacional y productivo
“Hasta la fecha, el proyecto ha permitido validar las tecnologías para la producción de larvas competentes a escala comercial y su posterior fijación remota, asociando las actividades productivas con la formación de los alumnos del liceo. Esto es un hito para la acuicultura en Tongoy y un ejemplo para replicar en otras localidades que carecen de una adecuada formación para los estudiantes, donde los jóvenes terminan emigrando en busca de oportunidades”, sostiene Axel Klimpel, director ejecutivo de AquaPacífico.
Al respecto, Carolina Oliú, gerente de proyectos de AquaPacífico, resalta los beneficios de este proyecto, que demuestra “cómo, a través de un proyecto acuícola, podemos colaborar en la formación de los alumnos y entregar herramientas que se pueden traducir en una posibilidad de inserción laboral en el futuro, con un impacto directo en mejorar su calidad de vida, sobre todo en zonas de riesgo social o de bajo desarrollo económico”.
Durante este 2020, se evaluarán los indicadores productivos (crecimiento y supervivencia) en la producción de semillas y su engorde en el mar. Con estos resultados se podrá validar la existencia de un modelo de negocio cooperativo entre los pescadores artesanales, el Liceo Técnico de Tongoy y AquaPacífico – Fundación Chile.
En tanto, en el liceo se fijan nuevos logros. “En marzo, volvemos a empezar con el cultivo de microalgas, que es el alimento de los ostiones, y en lo posible pretendemos acondicionar reproductores para poder hacer el proceso larval completo”, finaliza Óscar Leiva.