Mundo Acuícola conversó con el Dr. Iker Uriarte, experto en cultivo de pulpo, quien ha trabajado desde hace diez años investigando los diferentes puntos críticos del cultivo. Actualmente, junto a...
Mundo Acuícola conversó con el Dr. Iker Uriarte, experto en cultivo de pulpo, quien ha trabajado desde hace diez años investigando los diferentes puntos críticos del cultivo. Actualmente, junto a su equipo de trabajo, ha logrado el desarrollo masivo del cultivo del pulpo rojo o patagónico (Enteroctopus megalocyathus), lo que se ha convertido en un nuevo hito que permite pensar en una proyección y diversificación de la acuicultura chilena a través de una producción sostenible y repoblamiento.
Ya a fines del 2012, el Dr. Uriarte y su equipo, habían obtenido por primera vez el desarrollo completo del ciclo de cultivo de esta especie, lo que se convirtió en el primer hito de esta naturaleza, en la ocasión, se obtuvieron los primeros juveniles, que llegaron hasta talla adulta, en 2014. Sin embargo, esta vez es diferente, ya que “por primera vez pudimos producir más de 100 juveniles, porque hasta ahora lográbamos sólo seis, tres, cuatro cada año”, cuenta el Dr. Uriarte, destacando la importancia del acontecimiento.
Para conocer en detalle los avances de la investigación y el estado actual del cultivo, Mundo Acuícola visitó el Hatchery de Invertebrados Marinos de la Universidad Austral de Chile (HIM-UACh). En el lugar, el Dr. Uriarte explica este ciclo, partiendo desde el acondicionamiento de reproductores en adelante, pasando por el cortejo, apareamiento, fertilización, incubación, eclosión y juvenil temprano.
En Chile son dos las especies más importantes, en el norte encontramos Octopus minus que se distribuye hasta la Región del Maule, y el Enteroctopus megalocyathus (pulpo rojo o patagónico, que se encuentra desde la Región del Maule al sur. Una de las principales características de este animal, es que tienen un crecimiento acelerado, llegando a talla comercial a los 26-28 meses.
“Es una especie merobentónica, significa que tiene una fase paralarvaria y una fase bentónica. Estas especies son de desarrollo indirecto, antes de alcanzar la fase juvenil deben pasar por una fase planctónica. El Octopus maya (de México), por ejemplo, tiene desarrollo directo, es decir, del huevo eclosiona un juvenil, en nuestro caso, del huevo eclosiona una paralarva planctónica”, aclara el especialista, marcando la diferencia entre las especies.
“El ciclo de vida del recurso pulpo del sur es corto, de no más de dos años. El peso de primera madurez sexual, para las hembras, se registra a los 1.329 gramos y a los 1.424 gramos, en los machos, y su periodo de madurez máxima se registra desde la primavera hasta el verano, seguido de actividad mínima en otoño e inicio de un nuevo periodo de maduración en invierno”, indica el informe Técnico (R. Pesq.) N° 078 -2011 de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura del año 2011.
En el documento se detalla, además, el método de captura, indicando que: “se realiza con un gancho que se introduce en las cuevas y, al verificar la existencia de ejemplares en su interior, hiere a los ejemplares encontrados y no permite la recuperación de hembras o ejemplares menores a 1 kilogramo de peso. Este sistema de extracción es altamente eficiente, sin embargo, presenta limitaciones como el rompimiento de los ejemplares capturados, lo cual no permite la devolución de hembras o de ejemplares pequeños al medio (bajo el peso mínimo de extracción), así como disminución del precio en playa”.
“Obtener pulpos buenos, sanos, libres de cualquier daño fue uno de los puntos críticos que tuvimos. No es fácil que el buzo capture los pulpos sin daño”, dice el Dr. Uriarte, quien además explica el procedimiento de acondicionamiento que utilizan en el HIM UACh.
Acondicionamiento
Los reproductores que son capturados en ambiente natural se llevan al laboratorio, ahí los reciben en un ambiente apropiado, con control de temperatura, disponibilidad de alimento, flujo de agua de mar, entre otros. Los pulpos son sexados y se mantienen en estanques individuales, para alcanzar el desarrollo pleno de la gónada. “El desarrollo gonadal que traiga el animal del ambiente, nosotros lo completamos en laboratorio hasta que, una vez que está la gónada madura lo que se hace es el cruzamiento”, acota el experto.
Cortejo, apareamiento y fertilización
A diferencia de otras especies, “el cortejo está asociado a una danza, donde el macho abraza a la hembra, el brazo derecho lo mantiene en los ductos de la hembra hasta que le transfiere los espermatóforos, después de la danza viene el apareamiento”, precisa el Dr. Uriarte, agregando que “a una hembra le pasamos un macho diariamente (diferente). El macho le inserta los espermios a través del tercer brazo derecho, llamado hectocotilo, en su interior transmite los espermatóforos (15 hasta 20), y la hembra va fertilizando los huevos. Es ella misma quien los protege, los limpia y oxigena”.
La hembra va trenzando los huevos y los va fijando con una sustancia sementante en el techo o en las paredes de la guarida, materia que permite sujetar racimos de 30 a 50 huevos, añade el investigador, mientras muestra un video de huevos embrionados, y nos expone el movimiento interior del huevo, el latido del corazón y los ojos del embrión.
Incubación
La incubación se realiza a una temperatura de 12 a 14 grados celsius. De cada huevo sale una paralarva y una hembra puede producir entre 1.000 a 5.000 huevos por puesta, con un promedio de 3.500 huevos/hembra. Son aminales semélparos, las hembras se reproducen sólo una vez en su vida, y luego muere, esto ocurre cuando logran entre 1 a 1,5 kg.
“La hembra una vez que termina la incubación de los huevos muere, ya cumplió su tarea y no es capaz de alimentarse por sí misma, ha dedicado mucho tiempo en cuidar los huevos sin salir a alimentarse, es una dedicación exclusiva”, dice el Dr. Uriarte, quien asevera que las “hembras grandes producen huevos grandes y las hembras pequeñas, huevos pequeños, pero no siempre las hembras grandes producen más huevos”.
Desde la fertilización del huevo hasta la eclosión, transcurren 174 días, sea la incubación en presencia o ausencia de la madre, dura 174 días aproximadamente, indica el Dr. Uriarte.
Eclosión y juvenil temprano
De cada huevo eclosiona una paralarva, que a los 70 días empieza a fijarse a las paredes, lo que significa que está cerca del asentamiento, de tener individuos juveniles, pero todavía no, recalca el profesor, indicando que tienen que llegar a 114 días para llegar a fondo y buscar una guarida. Esa es la fase en que una paralarva se transforma en un juvenil temprano. “Aquí hay una conducta propia, cuando ya están cerca del asentamiento buscan una guarida, cuando entran a la guarida hablamos de juvenil temprano”, indica Uriarte.
Una vez eclosionados, se vuelven voraces inmediatamente, cuenta el profesor de la UACh, mientras muestra cómo se alimentan de artemias. Sin embargo, las paralarvas pueden estar hasta 27 días sin alimentarse, tienen una gran reserva que proviene del huevo que le permite la sobrevivencia hasta que en el plancton encuentren presas.
“Nosotros hemos visto que si alimentamos con artemia enriquecida podemos lograr una cierta sobrevivencia, no es muy buena, porque se ve una gran caída en todas las dietas incluso con zoeas de centolla, pero lo que hemos visto es que si manejamos bien la artemia enriquecida podemos seguir adelante”, puntualiza el investigador.
La fase de asentamiento ocurre desde los 90 a 115 días después de la eclosión. El profesor muestra un juvenil temprano, de 115 días, 0,5 gr. y 3 cm., indicando que “es un juvenil temprano cerca del asentamiento. De éstos tenemos que producir millones para pensar en escalamiento industrial, no miles, millones. Este es otro punto crítico: obtener juveniles tempranos,” relata.
Crecimiento acelerado
Los juveniles tempranos han ingresado a su guarida y adoptan otra conducta, ya no comen artemias, sino que se alimentan de cangrejos pequeños. Al principio crecen lentamente y luego se dispara, desde los 40 días, comienza el crecimiento acelerado, luego se le ofrecen dietas artificiales (formuladas). Cuando los pulpos tienen 26 a 28 meses de cultivo, llegan a los 2,5 kg.
“Esta especie tiene una alta tasa de crecimiento, de 3 a 6% de peso al día, presenta una alta síntesis de proteínas, más del 80% se retiene y se usa para crecimiento”, indica el Dr. Uriarte, aunque todavía la dieta formulada genera bajo crecimiento si lo comparamos con la dieta a base de pescado fresco agrega.
Actualmente, luego de este importante acontecimiento, el desafío está enfocado a realizar un estudio transcriptómico para determinar la expresión de los genes y características deseadas para la selección. Esto con la finalidad de superar la fase piloto, masificar el cultivo y transferir la tecnología a los pescadores artesanales para repoblamiento en áreas de manejo.
Pesquería
El pulpo del sur o pulpo rojo patagónico es una especie vulnerable a la sobreexplotación pesquera, por ello, la producción de juveniles en hatchery es muy importante. En Chile, solo tres regiones han presentado desembarque los últimos años, con un promedio de 657 toneladas, siendo la más significativa la Región de Los Lagos, con un 99% del total.
Katherine Silva A.,
Edición N° 116
Mundo Acuícola