El 1er Encuentro Internacional de Refugios Marinos reunió en la región de Valparaíso a integrantes de sindicatos de pescadores artesanales, representantes del sector público, la academia y organizaciones de la sociedad civil para profundizar en torno a estas áreas de mar con fines de conservación administradas por pescadores artesanales.
El intercambio y la colaboración entre diversas actorías sobre al establecimiento de Refugios Marinos fue parte de los resultados que dejó el 1er Encuentro Internacional de Refugios Marinos, una instancia organizada por Fundación Capital Azul con la colaboración de The Nature Conservancy (TNC) Chile, el Instituto Milenio en Socio-Ecología Costera (SECOS), la municipalidad de Zapallar y los sindicatos de pescadores artesanales asociados al programa de Refugios Marinos, el cual cuenta con el apoyo de BHP Foundation.
El evento tuvo a Cachagua como sede principal, pero también se llevaron a cabo actividades en Maitencillo y Zapallar, abarcando así tres de las cinco localidades donde Fundación Capital Azul ha logrado establecer Refugios Marinos en la región de Valparaíso, un programa basado en ciencia para implementar estas áreas de mar con fines de conservación ubicadas dentro de las Áreas de Manejo y Explotación de Recursos Bentónicos (AMERB) administradas por sindicatos de pescadores artesanales.
Entre quienes asistieron, además de integrantes de los cinco sindicatos que son parte del programa participaron pescadores artesanales y líderes locales de otros lugares de Chile como Puerto Raúl Marín Balmaceda, Huiro, Robinson Crusoe y Rapa Nui. También llegaron desde Perú delegaciones de Ancón y Tumbes, quienes se sumaron a representantes del sector público, la academia y organizaciones de la sociedad civil de nuestro país buscando fortalecer la plataforma de aprendizaje creada por Capital Azul tras varios años de trabajo en asociación con las agrupaciones de pescadores artesanales.
“Estamos muy contentos por el desarrollo del encuentro, en particular por la presencia de las directivas y comisiones de Refugios Marinos de todos los sindicatos asociados a nuestro programa, y también de sindicatos que están interesados en establecer Refugios Marinos al interior de sus Áreas de Manejo. Eso nos llena de esperanza y de expectativas para llevar estas áreas de conservación a más localidades y hacer crecer la red”, valoró Rodrigo Sánchez Grez, director ejecutivo de Fundación Capital Azul.
Sumergidos en los Refugios Marinos
Durante el primer día del evento se ahondó sobre el potencial de los Refugios Marinos para ser elegibles como “Otras Medidas Efectivas de Conservación Basadas en Áreas” (OMEC). Bajo esta figura relativamente reciente, los Refugios Marinos podrían eventualmente ser reconocidos internacionalmente como aportes concretos a la conservación de la biodiversidad frente al desafío de proteger al menos el 30% de las zonas costeras y marinas, y que fuera establecido en el Marco Mundial Kunming-Montreal de la Diversidad Biológica.
En tanto, el segundo día fue una instancia colectiva y colaborativa para sumergirse a las profundidades del programa de Refugios Marinos. A través de mesas de trabajo, quienes participaron en la actividad pudieron intercambiar una diversidad de perspectivas, desafíos, oportunidades y lecciones en torno a temas clave como vigilancia costera, monitoreo de biodiversidad, marco regulatorio, educación ambiental e involucramiento comunitario, financiamiento, entre otros.
“Este encuentro de Refugios Marinos representa un hito importante en lo que ha sido el desarrollo de este tipo de iniciativas en que son las comunidades locales las que tienen un rol clave en la conservación y el uso sostenible de los recursos”, destacó Stefan Gelcich, cofundador de Fundación Capital Azul y director del Instituto SECOS.
“Este nuevo hito que genera esta red nos incita a pensar en cómo se sustentan en el largo plazo los Refugios, y desde esa perspectiva surgen distintas iniciativas, desde donaciones individuales de filantropía, pero también la colaboración con nuevos instrumentos asociados a nuevas políticas públicas que está desarrollando Chile, y que pudiesen dar beneficios importantes a las comunidades que están haciendo conservación en sus propias costas”, añadió Gelcich, académico de la Facultad de Ciencias Biológicas UC.
En este sentido, se espera que la información levantada en las mesas de trabajo permita fortalecer el programa de Refugios Marinos y, eventualmente, seguir proyectando su escalamiento a otros sitios del país.
«Estos encuentros son una excelente instancia de intercambio de experiencias para las comunidades costeras y las agrupaciones de pescadores artesanales que administran estos Refugios Marinos, ya que así podemos mejorar y hacer crecer estos espacios de conservación. Además, nos parece especialmente valiosa la participación de la Asociación Indígena de Pescadores de Huiro, como uno de los primeros acercamientos para llevar los Refugios Marinos a la Reserva Costera Valdiviana, área protegida de The Nature Conservancy (TNC) en la región de Los Ríos», comentó Natalio Godoy, científico líder del programa de Océanos de TNC Chile.
Por su parte, Alejandra Garcés, directora del Programa Chile de BHP Foundation, complementó lo anterior señalando que «encuentros como este, donde se reúnen las comunidades locales, los expertos y diferentes instituciones relacionadas con el cuidado del medio ambiente, son fundamentales para intercambiar experiencias y enriquecer el conocimiento de todos sobre cómo hacer más sustentable la vida junto al mar».
Intercambio multicultural y binacional
Con el sol abriéndose paso entre las nubes, la caleta de Zapallar se convirtió en el escenario del tercer día del evento. Allí, de la mano de Sergio Veas, presidente del sindicato de pescadores local, fue posible conocer de primera fuente el trabajo que se ha estado realizando durante los últimos años en torno al Refugio Marino de Zapallar no solo como una alternativa para la conservación y restauración de los ecosistemas marino-costeros, sino que también para mejorar el sustento y la resiliencia de las comunidades costeras de Chile.
Silvia del Carmen Otárola Altamirano representó al Sindicato de Trabajadores Independientes de Recolectores de Algas y Actividades Conexas Sector La Polcura, organización que fue una de las últimas en establecer un Refugio Marino en la región de Valparaíso de la mano de Fundación Capital Azul, y ella reconoce que la experiencia le permitió apropiarse de mejor manera de diversos componentes asociados a estas áreas de conservación marina.
“Yo ahora le tomo más el peso. No se trata simplemente de un pedazo que está protegido: es un refugio para mantener la vida marina y que tenga un cuidado especial. Me voy con más ganas de transmitir la importancia de cuidar este lugar”, comentó, confesando que retorna al poblado de La Ballena con enormes expectativas: “Nos vamos con la tarea de inaugurar nuestro Refugio Marino ante la comunidad. Están las ideas como para poder hacer algo bonito”.
Horacio Antillanca, secretario de la Asociación de Pescadores Indígenas de Huiro,, participó en este encuentro con un interés especial: conocer más acerca de esta figura y evaluar la posibilidad de establecerla en la comuna de Corral, en la región de Los Ríos. “Fue una bonita forma de entender y aprender cómo funciona un Refugio Marino: viendo la realidad in situ. Como asociación de pescadores indígenas somos protectores de nuestro entorno natural y la biodiversidad que hay en el mar. Estamos preocupados por eso y, por lo mismo, estamos interesados en poder conservar a través de esta figura de Refugio Marino, así que ahora nos toca conversar sobre esto con nuestras bases, y seguramente con el apoyo técnico necesario vamos a lograr que nuestra organización en algún momento cuente con un espacio para seguir protegiendo nuestra costa”, explicó el directivo.
Pero la proyección de los Refugios Marinos también podría trascender las fronteras de Chile. María Fernanda Chávez Pérez, coordinadora de involucramiento comunitario y género para el programa Océanos de TNC Perú, explica que si bien en su país no existen las Áreas de Manejo, sí cuentan con una figura similar que también podría reunir el potencial de albergar Refugios Marinos.
“A los pescadores les llamó mucho la atención el hecho de que los Refugios Marinos sirven de fuente de semillas, de fuente para una mayor productividad de las zonas aledañas. Eso es algo que siempre se preguntaban, cómo asegurar que realmente el cuidar y conservar sus recursos se vea reflejado en una mayor productividad para mantener o mejorar sus ingresos. Tener a los compañeros de Chile, que ya vienen trabajando desde hace años, es como una prueba viviente de que esto funciona”, reconoció Chávez.
En esa línea, Víctor Johnny Rengifo, del grupo de marisqueros de Ancón (Perú), confesó que “me quedé impresionado con cómo tienen sus Áreas de Manejo y los Refugios Marinos. Esperamos aprender de pescadores como los de Zapallar y también poder hacer este tipo de proyectos”.
Mientras tanto, todavía resta un largo camino para seguir fortaleciendo esta figura y allanar su reconocimiento dentro de las políticas públicas de Chile. Aun así, este 1er Encuentro Internacional de Refugios Marinos permite también seguir involucrando a la sociedad en su conjunto en una tarea de tintes colectivos.
“Uno de los puntos y de las lecciones importantes de estos primeros cinco años que creo que se demostró en este evento es cómo no son sólo las comunidades de pescadores artesanales, sino que también la comunidad más amplia; los municipios, las escuelas, juntas de vecinos, clubes deportivos, la que empieza a consolidar el avance de todo este proceso en torno a los refugios. Los refugios pasaron de ser algo sólo asociado a la pesca exclusivamente a estar co-administrados y acogidos por la comunidad completa. Y esto también genera nuevos desafíos tanto para la ciencia que está apoyando los Refugios -que es lo que hace el Instituto Milenio SECOS-, como para las organizaciones, municipios y
“Uno de los puntos y de las lecciones importantes de estos primeros cinco años que creo que se demostró en este evento es cómo no son sólo las comunidades de pescadores artesanales, sino que también la comunidad más amplia; los municipios, las escuelas, juntas de vecinos, clubes deportivos, la que empieza a consolidar el avance de todo este proceso en torno a los refugios. Los refugios pasaron de ser algo sólo asociado a la pesca exclusivamente a estar co-administrados y acogidos por la comunidad completa. Y esto también genera nuevos desafíos tanto para la ciencia que está apoyando los Refugios -que es lo que hace el Instituto Milenio SECOS-, como para las organizaciones, municipios y Capital Azul respecto a cómo ir dirigiendo estos intereses en el futuro”, sentenció Gelcich.