Junto a la presentación del reporte, a cargo de la jefa de Sustentabilidad del gremio, expuso el ex ministro de Medio Ambiente Pablo Badenier Martínez, sobre los efectos del Sistema...
Junto a la presentación del reporte, a cargo de la jefa de Sustentabilidad del gremio, expuso el ex ministro de Medio Ambiente Pablo Badenier Martínez, sobre los efectos del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental en la inversión (Mundo Acuícola).
Luego de cuatro años de continuas mejoras, implementación de nuevos procesos y cambios en la estructura interna, la Asociación de Industriales Pesqueros, ASIPES, presentó su Tercera Memoria de Sustentabilidad, documento que da cuenta de las inversiones y medidas que las empresas socias del gremio han incorporado desde 2015 a la fecha.
“Este informe integra los proyectos que ha implementado la Pesca Industrial de la Región del Biobío y los desafíos medioambientales que ha debido enfrentar en estos últimos años. Se trata de compromisos con la protección de los recursos pesqueros, acuerdos voluntarios para las mejoras de los procesos en planta y flota, la participación en mesas de trabajo en las zonas donde opera la industria, lo que hemos invertido socialmente y la recuperación del patrimonio gastronómico marino en caletas pesqueras”, destacó la jefa de Sustentabilidad del gremio Monserrat Jamett Leiva, quien estuvo a cargo de la entrega del reporte.
El evento se desarrolló este miércoles en Suractivo y, además de la presentación de la Memoria de Sustentabilidad, el ex ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier Martínez, expuso sobre la reforma al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental y sus efectos en la inversión.
Respecto al informe entregado por ASIPES, Badenier destacó el trabajo realizado y sostuvo que “el hecho de que lo haga un gremio le agrega valor, pues permite tener mejor información para disminuir impactos como, por ejemplo, el consumo de energía y agua, que son relevantes para todos los sectores productivos”, afirmó.
Según Monserrat Jamett, lo que más se destaca del comportamiento pesquero en estos últimos años es que las empresas han adherido voluntariamente a compromisos y protocolos ambientales, que van mucho más allá de las regulaciones existentes. “Nos exigimos a elaborar un Protocolo de Buenas Prácticas en Gestión de Olores y asumir mayor presencia en mesas sectoriales en Coronel y Talcahuano, así como también establecer acuerdos de producción limpia que se complementan con otras medidas de mejoramientos en los procesos. Estamos en alerta permanente revisando nuestra actividad, autofiscalizando y coordinándonos con las autoridades para un mejor desempeño y lograr minimizar los impactos”, sostuvo.
Desde 2015 a la fecha la Industria Pesquera ha destinado más de US$ 19 millones en materia medioambiental, lo que se suma a otras inversiones para innovar en productos, fundamentalmente, para el consumo humano. La presidenta del gremio, Macarena Cepeda Godoy, enfatizó que las empresas han desarrollado un enorme esfuerzo por mantener las plantas operando, pese a la escasez de los recursos y que, a cambio, la industria ha recibido un duro golpe con el nuevo marco regulatorio de la jibia.
La Tercera Memoria de Sustentabilidad y el impacto en las pesquerías
Las primeras inversiones de la industria tuvieron su foco en el manejo de los residuos industriales líquidos. Posteriormente, se concentraron en flota, con mecanismos que permitieran mantener la materia prima en condiciones óptimas de frescura. Actualmente, la principal preocupación del gremio se centra en minimizar el impacto de olores y mitigar sus emisiones atmosféricas.
Por primera vez la Memoria Ambiental del gremio incluye cifras de sustentabilidad pesquera, donde se señala una positiva evolución de recursos industriales, como el caso del jurel, el langostino amarillo y la sardina común, que hoy se encuentran sanos.
Es un logro para la industria constatar que mejoras tecnológicas, como la utilización de redes cuadradas más livianas, sumadas a la instalación de equipos como sensores de captura y de apertura de portalones; sonares de barco y sonares de red, permiten operar con gran selectividad sobre el recurso objetivo. “Esto ha permitido mejorar el rendimiento de las capturas, optimizando el tiempo en las faenas de pesca y la disminución del consumo de combustible”, agregó la jefa de Sustentabilidad, Monserrat Jamett.
La pesca industrial genera a nivel nacional 36 mil puestos de trabajo directos, de los cuales más de 6 mil se concentran en la Región del Biobío, en las comunas de Tomé, Talcahuano, Coronel y Lota donde operan 17 plantas, abastecidas por una flota de 40 barcos. Asimismo, existen 372 pequeñas y medianas empresas que prestan servicios a este sector, donde laboran otros 3 mil 500 trabajadores. La industria pesquera es hoy una actividad fundamental para el Consumo Humano Directo, ya que actualmente más del 70% de los recursos que captura la flota tiene como destino los congelados y las conservas.