Compañía se encuentra mundialmente a la vanguardia en el desarrollo de sistemas sumergibles, apuntando actualmente al escalamiento comercial e internacionalización de sus operaciones.
Con más de una década de experiencia en el desarrollo de sistemas de cultivo -tanto en superficie como sumergibles- que incorporan jaulas de aleación de cobre antimicrobiano, sustentables y de gran durabilidad, la compañía chilena destaca la validación de su tecnología para la acuicultura de alta energía y oceánica.
Desde el 2018, EcoSea Farming lidera uno de los proyectos Corfo que buscan sentar las bases para el desarrollo de la acuicultura oceánica en Chile. Dicho programa, en el que además participan las compañías Invermar, AEX Group, Innovex, Sitecna, Fraunhofer Chile, Novatech y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, cumplió su primera etapa en abril del presente año, entregando positivos resultados en el desempeño de los sistemas de cultivo sumergibles fabricados por EcoSea, tanto productiva como operativamente.
De acuerdo a lo indicado por la compañía, esta fase contempló un ciclo completo de cultivo (entre agosto de 2019 y noviembre de 2020), en el cual se cosecharon 180.544 kilos de biomasa, un número resaltable considerando que los peces ingresaron con un tamaño 47,5% menor en comparación al cultivo tradicional (cultivo control) y con un desfase de dos meses. Además, el cultivo en jaula sumergible tuvo una menor duración de ciclo, utilizando solamente fotoperiodo natural y con una densidad de cultivo de más del doble de las jaulas control (14, 6 kg x m3 frente a 6,4 kg x m3 respectivamente).
Otras cifras destacables del prototipo fueron el mayor crecimiento de parte de los peces; una menor mortalidad (3,84% vs 5,22% del cultivo control en razón de kilogramos por biomasa total producida); la inexistencia de ataques de lobos marinos; solamente dos tratamiento antiparasitarios y apenas un procedimiento de limpieza de redes en el periodo de 16 meses de cultivo.
Para Nicolás Castillo, CEO de EcoSea, estos resultados no solo evidencian las ventajas de los sistemas de cultivo sumergibles con mallas de aleación de cobre, sino también muestran al mundo la disponibilidad de una tecnología made in Chile ya probada para la acuicultura en zonas de alta energía y acuicultura oceánica.
“Somos la única empresa en el mundo que entrega una garantía operacional de 10 años por sus sistemas sumergibles. Comercialmente no hemos instalado este producto en Chile, pero sí lo hemos hecho en otras partes del mundo. En ese sentido, pronto ejecutaremos el primer centro de 6 jaulas de cultivo sumergible en China, el que se ubicará aproximadamente a 80 Km. de la costa”, aclaró Castillo.
Y es que EcoSea se encuentra mundialmente a la vanguardia en el desarrollo de este tipo de soluciones, superando hace años la fase de investigación y desarrollo para apuntar al escalamiento comercial e internacionalización de la compañía. De hecho, el año 2017 abrió su primera oficina en Japón, país donde ha instalado un total de 5 sistemas para áreas costeras y oceánicas.
“Buscamos ser una compañía de referencia mundial para la acuicultura offshore, y para ello estamos trabajando fuertemente acá en Chile, pero aún más fuerte en el mercado asiático que es el mayor polo de producción y centro de consumo de pescado del mundo. A pesar que en China están más atrasados en comparación a la acuicultura local, existe un elevado interés por la acuicultura offshore, financiando varios proyectos de los cuales nosotros estamos participando y esperando que pase la pandemia para poder iniciarlos”, relató el ejecutivo.
Junto con el mercado Asiático, Castillo comenta que la expansión de EcoSea también se enfoca a otras regiones del mundo como Oceánica (Nueva Zelanda y Australia), Europa y Norteamérica, objetivo para el cual se encuentran gestionando la incorporación de nuevos inversionistas y socios estratégicos.
En el plano local, la etapa 2 del proyecto desarrollado junto a Corfo no contempla un nuevo ciclo de cultivo para este 2021, aunque seguirá avanzando en la validación de los demás componentes para la acuicultura oceánica, como son la tecnología, monitoreo, manejo de mortalidad, pontones, Etc.
De todas maneras, es importante destacar que EcoSea posee clientes a nivel local que actualmente operan con sus sistemas de superficie, y si bien ya está evaluando la instalación de jaulas sumergibles en los sitios autorizados de alta energía, estas se tratan de inversiones de mediano a largo plazo de mayor envergadura que la tecnología tradicional.
“Sin embargo, estamos en conversaciones con varias compañías y contamos con el apoyo de entidades financieras, las cuales entregan alternativas de financiamiento como el leasing, el que ya hemos realizado con nuestros clientes en Chile y el extranjero”. Indica Castillo.
“Como compañía somos expertos y profesionales, y por eso nuestra motivación no es solo vender por vender. Con nuestra tecnología ya validada, y mediante ingeniería y análisis de elementos finitos, entregamos soluciones que aplican a las condiciones de los centro de cultivo, integrando con ello la información que nuestros clientes nos facilitan (batimetrías, estudios de corrientes, Etc), así podemos hacer pequeñas modificaciones, a fin de garantizar el factor de seguridad optima siempre”, enfatizó Castillo.
Hacia el futuro de la acuicultura
De un tiempo a esta parte conocidas son las cifras de la FAO respecto a la seguridad alimentaria al 2050, fecha para la cual se estima que la población mundial supere los 9 mil millones de personas, representando una carga para la industria alimentaria. Así, en un escenario donde la agricultura y la ganadería empiezan a verse afectados por el Cambio Climático, expertos señalan que la acuicultura cumplirá un rol fundamental para asegurar la alimentación de la población mundial.
Sin embargo, la acuicultura no está exenta de los efectos del calentamiento global y la contaminación, donde el aumento de la temperatura del océano ha comenzado a relacionarse con una mayor ocurrencia de blooms de algas y de enfermedades parasitarías que afectan a la salmonicultura, así como también se investigan las consecuencias del menor ingreso de agua dulce a las zonas estuarinas, la acumulación de nutrientes en el fondo marino y el impacto de los microplásticos.
Por otro lado, la mayor demanda por productos acuícolas supondrá la necesidad de aumentar las concesiones marítimas para la producción, las que hoy se ubican preferentemente en zonas costeras sobrecargadas y muchas veces en conflicto con las comunidades que habitan dichos sectores.
Frente a estos desafíos es que, desde su nacimiento, EcoSea se ha orientado al desarrollo de sistemas que buscan una acuicultura ambientalmente más limpia y trazable.
“Como he descrito, nuestra tecnología ha sido probada a escala industrial y ha demostrado ser eficiente en todo tipo de climas, condiciones oceanográficas y para distintas especies de peces, tanto en zonas costeras como en alta mar”, afirmó Castillo.
Los sistemas de cultivo de EcoSea destacan por la incorporación de mallas de aleación de cobre antimicrobiano y sistemas de flotación en HDPE, características que en primera instancia explican la durabilidad de los sistemas, pero que, aún más importante, son la razón de diversos beneficios en producción, bienestar y sanidad animal, costos operacionales, seguridad laboral, cuidado del medio ambiente y economía circular.
“Las mallas de aleación de cobre no contaminan como el plástico y tienen una durabilidad de 10 años, sin existir hasta la fecha usuarios que hayan reportado roturas, escapes de biomasa o ingreso de predadores por falla de nuestros sistema. Por otra parte, el material disminuye la deformación de las mallas frente a condiciones marítimas adversas, que en el caso de las jaulas sumergibles es prácticamente nulo, evitando condiciones de estrés y mejorando el bienestar para los peces”, afirma Castillo.
Igualmente, las propiedades antimicrobianas de las redes limitan la formación de fouling, favoreciendo la circulación del agua, las condiciones sanitarias y evitando costos asociados a la limpieza de redes.
“Esto mejora la salud y el crecimiento de los peces, reduciendo además la proliferación de parásitos y patógenos, asi como el uso de químicos y antibióticos. En definitiva, hay una mejora sustancial en los resultados operativos y productivos, así como en la calidad del producto final”, detalla.
Además, la instalación de los sistemas de EcoSea no requiere de “malla lobera”, lo que implica menos elementos en la columna de agua, disminuyendo los riesgos en las labores de buceo y evitando las capturas incidentales de fauna marina.
Finalmente, todas estas ventajas se potencian cuando se trata de jaulas sumergibles, pues la profundidad de las mismas protege a la biomasa del impacto de las floraciones de algas nocivas y brotes de caligus.
Medio ambiente y economía circular
Según la compañía, en los últimos 12 años, productores acuícolas chilenos produjeron 50 mil toneladas de pescado utilizando los sistemas de EcoSea en zonas costeras. Dicha producción evitó el uso de 160 toneladas de nylon y la generación de 8 mil toneladas de fouling -que se hubieran depositado en vertederos o en el fondo marino- y 184 toneladas de químicos que se utilizan en pinturas antifouling. Asimismo, estiman que el conjunto de estos impactos evitaron la emisión de 10.300 toneladas de CO2 al ambiente.
Durante el 2020 al presente, la empresa recuperó 60 sistemas que cumplieron su vida útil, reciclando de manera completa 420 toneladas de aleación de cobre y HDPE.
Castillo estima que si los actuales 31 millones de toneladas anuales de producción mundial de la acuicultura, se realizaran con los sistemas desarrollados por EcoSea, se evitaría la emisión de 4,7 millones de toneladas de CO2 al año.
Con todo, la tecnología chilena de EcoSea abre una oportunidad para la industria acuícola del futuro. Son sistemas que no utilizan mallas de nylon, principal fuente de contaminación de los mares, son 100% reciclables y pueden operar de manera continua por una década lejos de las costas, y así desarrollar cultivos en zonas oceánicas con beneficios significativos para la industria acuícola y la alimentación mundial de las actuales y futuras generaciones.