Investigación es parte de un estudio colaborativo entre la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), Universidad de Playa Ancha de Valparaíso (UPLA) y Universidad de Antioquía (UdeA) de Colombia...
Investigación es parte de un estudio colaborativo entre la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), Universidad de Playa Ancha de Valparaíso (UPLA) y Universidad de Antioquía (UdeA) de Colombia (Mundo Acuícola-UCSC).
Los estuarios son ecosistemas acuáticos que conectan los ríos con el océano, en donde se combina materia orgánica de origen autóctona (acuático) y alóctona (terrestre). El fitoplancton y los microbios se encargan de la transformación y flujo de energía (materia orgánica) en las redes tróficas. Bajo este contexto, la estudiante Sara Arenas, del Magíster en Ecología Marina de la Facultad de Ciencias de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, se encuentra trabajando en una investigación que combina análisis de laboratorio en Chile y muestreos en Colombia.
El objetivo de esta investigación es determinar la composición de la comunidad microbiana planctónica, la biomasa fitoplanctónica, y la cantidad de materia orgánica y nutrientes en la columna de agua del Golfo de Urabá en su época lluviosa y seca. La idea es determinar si la variabilidad hidroclimática estacional en la zona de estudio produce cambios contrastantes en las condiciones físico-químicas del agua que influirían en la composición de las comunidades planctónicas. El Golfo de Urabá es el segundo estuario más grande del Caribe, con aportes fluviales importantes como el Río Atrato, que es el segundo con mayor caudal en Colombia.
“Realicé un viaje, que fue el primero de dos muestreos que vamos a realizar en Colombia, ya que el proyecto es colaborativo entre tres universidades. Evaluamos la comunidad microbiana y del fitoplancton y cómo se asocian a nutrientes y materia orgánica que llega al Golfo de Urabá. Este sector es muy poco explorado, de ahí su importancia en estudiarlo. Este será el primer gran inventario de microbios que se realizará dentro de él”, enfatiza Sara Arenas.
El Golfo de Urabá es un ecosistema sensible a cambios ambientales y climáticos, lo cual puede producir alteraciones en los aportes de nutrientes, modificación en la cantidad
y disponibilidad de materia orgánica y composición, distribución y abundancia de comunidades de organismos como el fitoplancton y el bacterioplancton.
“El Golfo de Urabá está dentro de las zonas más lluviosas del mundo. Se caracteriza por tener dos épocas climáticas: la época seca y la época lluviosa. Pretendemos comparar esos microbios y biomasa fitoplanctónica en las dos épocas climáticas en una malla oceanográfica que abarque todo el Golfo de Urabá”, agrega la científica.
La investigación está siendo patrocinada por el investigador doctor Sergio Contreras, docente de la Facultad de Ciencias y miembro del Centro de Investigación y Biodiversidad en Ambientes Sustentables (CIBAS) de la UCSC; Héctor Levipán de la Universidad de Playa Ancha (Upla) y Lennin Flórez de la Universidad de Antioquía (UdeA) de Colombia, donde se espera fortalecer la colaboración científica internacional y obtener los resultados de este proyecto a fines de 2020.